Zapatero visita al Papa antes de aprobar la ley de libertad religiosa

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José Luis Rodríguez Zapatero madruga el jueves para ir a besar el anillo al Papa. La cita es a las 11 en el Vaticano. La visita incluye la reunión con Benedicto XVI y unas pláticas con su número dos, Tarsicio Bertone, viejo conocido de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, y con el arzobispo de relaciones con los Estados, Dominique Mamberti. Las relaciones bilaterales y los dos próximos viajes programados por el Pontífice figuran en la agenda del diálogo.

Zapatero ha creído conveniente retrasar la aprobación del proyecto de ley de libertad religiosa hasta mantener esta audiencia en la que tratará de obtener alguna impresión sobre si la “nítida y clara” separación entre el Estado y la Iglesia católica y la “igualdad de trato” a todas las confesiones por parte de los poderes públicos, prevista en el anteproyecto, puede desatar otra campaña de los obispos, similar a la del aborto.

Según el ministro Francisco Caamaño, que ha cincelado el texto con De la Vega, “la laicidad y la tolerancia” inspiran la nueva ley. La laicidad figura en el artículo 16.3 de la Constitución y fue interpretada en 1982 en una sentencia en la que el Tribunal Constitucional dejó claro que los valores e intereses religiosos no pueden erigirse en parámetros de la justicia y legitimidad de las normas y los actos de los poderes públicos. Y la “tolerancia” forma parte del paisaje social español hacia todas las confesiones.

La laicidad conlleva una “separación clara y nítida”, dice Caamaño, entre el Estado y las confesiones. Se suprimirán los símbolos religiosos en los centros públicos, de enseñanza, sanitarios, penitenciarios, militares, etcétera, “pero de acuerdo con la tolerancia, el reconocimiento de la igualdad proporcional y el mínimo sacrificio de la libertad religiosa y de culto, reconocida como un derecho fundamental”. En la práctica serán las autonomías y los ayuntamientos los que autoricen el uso de símbolos religiosos en cada lugar y ocasión.

Para explicar la igualdad de trato a todas las confesiones, el Gobierno apela al nuevo mapa de las creencias. Si en 1980, cuando se aprobó la ley de libertad de creencia y de culto, el número de entidades religiosas minoritarias registradas era de trescientas, hoy superan las 2.300. Los lugares de culto de confesiones ajenas a la Iglesia católica eran 1.102 y hoy se cuentan más de 4.000. Un millón doscientos mil españoles se confiesan fieles de la Iglesia evangélica, un millón son seguidores de Alá, 800.000 son ortodoxos y 125.000, testigos de Jehová.

Según una encuesta del CIS de febrero de 2008, el 14,5% de los españoles se declaran no creyentes y el 9,6% se confiesan indiferentes. Todos ellos tienen tantos derechos como los católicos, que superan el 70%, aunque sólo el 26,7% se declaren practicantes. Pero en este punto, el ministro Caamaño se apresura a aclarar que “la igualdad de trato a las confesiones tendrá en cuenta las diferencias proporcionales y de arraigo”.

En la práctica, la Iglesia católica no va a sufrir mengua con la nueva ley. Será el mensaje de Zapatero al Pontífice. Cierto es que la crisis económica puede repercutir a la baja en los 6.300 millones de euros anuales que la Iglesia y las organizaciones católicas reciben por su misión educativa, sanitaria, de caridad y evangélica. Pero el trato deferente y preferente está garantizado.

Sobre las próximas visitas del Papa, el Gobierno aportará los medios necesarios para que la prevista a Barcelona y a Santiago de Compostela en octubre se desarrolle con normalidad. Y ya ha introducido los incentivos fiscales necesarios –incluida la exención del gasto publicitario-- para que las jornadas mundiales de la juventud en Madrid, en 2011, a las que también tiene previsto acudir, no resulten gravosas a los organizadores ni, mucho menos, al excomulgador Rouco Varela.

6 Comments
  1. Anselmo says

    Gran prudencia demuestra el jefe de gobierno al «pulsar» el sentir Vaticano, como si esos señores de faldón indumentados y un tapón en la cabeza fueran a cambiar de hábitos. La igualdad de trato a las confesiones y el nuevo mapa de las creencias indica que si aplicamos la lógica de los privilegios de la I.C., ya son más a repartir. ¿Qué trato recibirán los ateos e indiferentes? Si se cumple el dicho, han de ser incluidos en la próxima legislación vigente.

  2. lucas says

    Yo no me creo que vayan a quitarle privilegios a la Iglesia Católica, que, cmo dice un amigo, tiene un militante en cada barrio y un programa que no se cumple porque es para después de muertos. Las creencias son un negocio, y el que las tenga, que se las pague. ¡Fuera las religiones de las escuelas!

  3. Un hermano says

    Con la Iglesia no quiere topar, amigo Sancho, este gobernante carismático ni para legislar sobre los ateos. Compañero Zapatero, se te ve el plumero.

  4. catalina says

    Empiecen los obispos por no permitir el bautismo infantil, o prohibir bautismos, comuniones y bodas a esas personas que no vuelven a aparecer por la iglesia hasta la siguiente amén de poner todas las facilidades por apostatar y borrar a la gente que lo pida del redil, despues echen cuentas, y si son abrumadora mayoría los católicos entonces exijan organizandose en partidos politicos, asociaciones civiles, pero sin ingerencias de un estado extranjero.

  5. Chano says

    A mendigar a Roma, al fin y al cabo es uno de los estados más ricos y que manejan los grandes capitales del mundo. Aunque seguramente al Vaticano le interese más hablar de la pasta que recauda en la educación concertada y los ingresos que percibe indirectamente de las declaraciones de la renta que de la «igualdad de trato».

    Es posible que esto no sea lo último que me quede por ver.

    !! Todavía nos tocará volver a pagar el diezmo !!

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