El PP da por hecho que De la Vega dejará el Gobierno para ir al Consejo de Estado
El comentario pasó desapercibido en medio del rifirrafe que la portavoz parlamentaria del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, sostenía este pasado miércoles con la vicepresidenta primera, Fernández de la Vega, a cuenta del veto del Gobierno al debate en el Congreso de una proposición de ley contra la congelación de las pensiones. “Tiene usted un proceso abierto en el Tribunal Supremo por falsear el BOE y ahora por poner trabas a la labor de este Parlamento. Curioso currículum para quien aspira a un puesto en el Consejo de Estado”, le espetó la dirigente del PP, tal y como consta en el Diario de Sesiones de la Cámara.
Sáenz de Santamaría se hacía eco de esta forma de la noticia que publicó este diario el pasado 5 de agosto, en la que se informaba no sólo de la inclinación que habría manifestado De la Vega por ocupar un cargo permanente en el Consejo de Estado en el caso de tener que abandonar el Ejecutivo, sino de la existencia de una vacante, tras la renuncia a principios de julio del nonagenario Miguel Vizcaíno a seguir al frente de la sección VII de este organismo. El de consejero permanente es un puesto muy codiciado, ya que lleva aparejado un sueldo como los de Nescafé para toda la vida, pero con el mismo importe que se paga a los secretarios de Estado. Lo normal es que el Gobierno cubra las vacantes con inusitada rapidez, pero en este caso sigue sin designar sustituto.
Lo sorprendente no es que Sáenz de Santamaría diera por hecho el nuevo destino en lo universal de la vicepresidenta, sino que ésta no respondiera al envite y recibiera sus palabras como quien oye llover. Sobre todo porque, a lo largo de los últimos días, ha manifestado especial empeño en desmentir que Zapatero prepare una crisis de Gobierno así como en sostener que si se produjera alguna salida, como la prevista del ministro Corbacho, sería puntual. Seguramente, se distrajo.
