Candidatos socialistas quieren que Zapatero anuncie su renuncia cuanto antes

Los réditos electorales que supuso, según las encuestas publicadas, la crisis de gobierno realizada por José Luis Rodríguez Zapatero el pasado 20 de octubre se ha dilapidado en menos de un mes. Esa remodelación, según asegura un barón regional socialista, “era necesaria, pero no fue suficiente”. Como él, candidatos a Comunidades Autónomas y alcaldías están convencidos de que Zapatero anunciará su retirada y su voluntad de no presentarse a las próximas elecciones generales. Pero confiesan en privado que esperan que Zapatero anuncie su retirada antes de las elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo de 2011 y no después, como planea el entorno del secretario general del PSOE.

De hecho, la guardia pretoriana de Zapatero ha intentado sin éxito acallar el debate de la sucesión dentro del PSOE hasta nuevo aviso, pero el mar de fondo se mantiene y no falta quien,  como el presidente del Congreso, José Bono, lo saca a la superficie de repente, para disgusto del entorno gubernamental.

Barones y alcaldes del PSOE lo pueden decir más alto, pero no más claro: la marca ZP les perjudica de cara a las próximas elecciones y por eso esperan que esa incógnita que se empeñan en mantener echando mano de la frase “José Luis lo dirá cuando llegue el momento…” esté despejada antes de la celebración de sus comicios. Pero desde el entorno del líder socialista tratan de calmar a los suyos argumentando que los ciudadanos saben distinguir entre elecciones y que las municipales no tienen nada que ver con las generales; que los ciudadanos así lo demuestran con su voto elección tras elección y que, en todo caso, la campaña del PSOE irá dirigida a reforzar esa idea de que el PP quiere convertir los comicios en unas primarias de las generales, pero que no es eso lo que se juega, sino quiénes gestionan las alcaldías y los gobiernos autonómicos.

Con todo, los intentos por tranquilizar a los compañeros no están dando sus frutos y los candidatos socialistas para mayo de 2011 siguen aumentando el ruido de fondo en el partido. Algunos, como un barón socialista, revestía su comentario de un toque amistoso hacia Zapatero: “yo le aconsejaría- aseguraba el mencionado barón- que si va a marcharse lo haga cuando todavía pueda decir que se retira él y no cuando todo indique que lo retiran los propios ciudadanos en las urnas. Y eso quiere decir que no puede arriesgarse a asumir un pésimo resultado en las elecciones municipales y autonómicas. Debería anunciar su marcha antes.”

Otros aspirantes a alcaldes consultados por cuartopoder.es aseguran, como un candidato a alcalde de una gran ciudad,  que “la marca ZP no va a ser el elemento determinante de las elecciones, pero si antes nos aportaba, ahora parece que la tendencia es la contraria. Por eso, si Zapatero tiene decidido marcharse y dejar paso a Rubalcaba o a quien sea, es mejor que lo haga cuanto antes”.

En cuanto al nombre del sucesor, Rubalcaba es sin duda quien despierta más simpatías declaradas en este momento, pero la mayoría de dirigentes socialistas no ven con buenos ojos una designación “a dedo” para convertirlo en sucesor de Zapatero y próximo candidato. “El partido, como ha demostrado una y otra vez –asegura un destacado miembro de la cúpula del PSOE– no digiere con facilidad imposiciones ni dedazos. Por eso, si tiene que ser Rubalcaba, tendrá que someterse a un Congreso y a unas primarias siempre que sea necesario. Si no es así, le ocurrirá lo que le sucedió a Joaquín Almunia”. Otro dirigente regional del PSOE advierte de que “nadie puede garantizar a Rubalcaba que, llegado el caso, no vaya a tener un rival en unas primarias, pero lo que sí tiene garantizado es que, si intenta eludirlas, está perdido”.

Otra de las constantes que corren de boca en boca en la familia socialista tiene que ver con la posibilidad de que Zapatero presente su dimisión y deje en su puesto a Rubalcaba, que se alzaría con la presidencia del gobierno en segunda votación solamente con los votos del Grupo Socialista. Pero todo aquel socialista que la invoca lo hace para desecharla. Esta opción, para la mayoría de los consultados, sería tirar la toalla antes de tiempo y dar por asumida una derrota que todavía no se ha producido.

La dimisión de Zapatero como presidente del gobierno es una posibilidad descartada (salvo en el caso de que se produjese una intervención de la economía española por parte del BCE) por buena parte de la dirección socialista. Apenas mencionársela provoca casi idéntica reacción en ellos, que se apresuran a decir que “ni Zapatero es Adolfo Suárez, ni Rubalcaba es Calvo-Sotelo. Y mucho menos el PSOE se parece a la UCD”. Hay también quienes atraviesan fronteras para rechazarlo de plano: “¡Eso es lo que intentó hacer Tony Blair (ex premier británico) dejando a Gordon Brown y así les fue”. En definitiva, ven la marcha de Zapatero como una realidad, esperan que se produzca antes de las elecciones municipales, pero niegan que el presidente tenga la potestad de decidir cómo acometer su relevo.