Un cabreo fundamentado
El Gobierno en pleno y su vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba de manera singular, por lo que le afecta personalmente, han vuelto a exponer su enfado profundo con todo el PP y Mariano Rajoy en particular, como máximo responsable, por utilizar a saco el terrorismo como ariete político. Aunque Rubalcaba afirmase el viernes tras el Consejo de Ministros que no polemizará con el PP para no estropear los avances en el fin de ETA e incluso ironizase comentando la suerte personal que tiene porque el PP está en el Pacto Antiterrorista (“si no, madre mía, la que me podría esperar”, dijo), desde La Moncloa y Ferraz sí que han decidido contraatacar con argumentos de peso.
El principal argumento es que “mientras el Gobierno trabaja para derrotar a ETA, el PP utiliza a ETA para desgastar al Gobierno” incumpliendo sistemáticamente los compromisos que ha firmado en el Pacto Antiterrorista. En concreto, el punto 1 del Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo que dice: “Manifestamos nuestra voluntad de eliminar del ámbito de la legítima confrontación política o electoral entre nuestros dos partidos las políticas para acabar con el terrorismo”.
Para el Gobierno es demencial que el PP haga esa ofensiva cuando nadie puede negar que ETA está hoy más acosada que nunca, más perseguida que nunca en el País Vasco, en el conjunto de España, en Francia, en Portugal “y allí donde vaya”. Ni que una vez tras otra, se descabeza a la banda y se detiene a sus dirigentes.
A modo de balance condensado, el Ejecutivo recuerda que con el Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero se ha producido el período más largo sin víctimas mortales de ETA en toda la historia de la banda terrorista desde su aparición. Además, se han producido éxitos en la lucha antiterrorista tan significativos como que desde abril de 2004 han sido detenidos 721 presuntos terroristas (es decir, que ETA ha perdido 8 de sus terroristas cada mes), de los cuales 92 cayeron durante el periodo de alto el fuego de ETA.
Por otro lado, Interior destaca que después de la ruptura de la última tregua, la banda ha sido descabezada en cuatro ocasiones y su fuerte debilidad operativa le ha llevado a declarar un nuevo alto el fuego. Desde junio de 2007 han sido desarticuladas 4 cúpulas de ETA. Y han sido detenidos 5 dirigentes del aparato militar, 3 dirigentes del aparato logístico, 1 dirigente del aparato de falsificación y un dirigente del aparato político.
Del PP, Moncloa destaca que lo último que han hecho ha sido dar más credibilidad a los papeles que escribió ETA sobre el último proceso de paz que al Gobierno que ha llevado a la banda al peor momento de su historia. “El PP lleva meses dedicando la sesión de control en el Parlamento a difamar la política antiterrorista del Gobierno y a acusar de delitos al Vicepresidente, a la Policía y a los Jueces. Ningún otro Grupo Parlamentario lo hace. Sólo el PP”, remacha. Y añade “realmente, ¿cuál es el objetivo del PP?, ¿acabar con ETA? ¿o con el Gobierno que está acabando con ETA?”.
El Gobierno, en alusión a la utilización de las actas de ETA y del Caso Faisán, se lleva las manos a la cabeza. “Es la primera vez en la historia de la democracia española que un partido recurre a los argumentos de los terroristas para intentar ganar unas elecciones”, señala. Y vuelve a recordar la distinta actitud política adoptada por los socialistas en circunstancias iguales. Cuando ETA rompió la tregua que hizo cuando José María Aznar fue presidente, el 28 de noviembre de 1999, el PSOE dijo por boca de su más alto responsable, el secretario general Joaquín Almunia: “Hay que tener bien claro que el único responsable de que se haya roto la tregua es ETA”. En cambio, rompió el alto el fuego permanente que mantuvo siendo Zapatero presidente, el 5 de junio de 2007, Rajoy dijo en Vitoria: “La declaración de esta mañana del Presidente del Gobierno no ha sido clara. Le pido que afirme que ya no habrá ninguna cesión ni ninguna negociación con la organización terrorista ETA. Y le pido hechos y pruebas, que todos los españoles necesitamos, de que efectivamente tiene voluntad de rectificar”.
Claro que, en el Parlamento, que es siempre la representación política del pueblo, los partidos que representan casi 15 millones de votos dan claramente la espalda al PP (que tiene 10) y rechazan su política de rentista electoral sin miras. Los populares se quedarán solos cuando la Junta de Portavoces del decida si permite o no que se debata su propuesta de exigir responsabilidades políticas a Rubalcaba por la supuesta connivencia del Gobierno con ETA, en el proceso de paz del 2006, que reflejan las actas incautadas a la banda. Es más, tanto CiU como PNV, IU y ERC han coincidido con el PSOE en calificar como desleal la actitud del PP y consideran que su comportamiento únicamente obedece a una estrategia política encaminada a liquidar a uno de los favoritos a suceder a Zapatero como candidato socialista. Todos los partidos han pedido a Rajoy que saque la lucha antiterrorista del debate político. Pero el presidente del PP no sólo no les hace caso, sino que aprieta la tuerca porque, como dijo en el mitin del jueves en Talavera de la Reina, en una democracia “la oposición tiene la función de controlar al Gobierno». ¡Cosas veredes, Sancho!
