Zapatero protege a los hipotecados y desea suerte personal a Rajoy

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Zapatero y Rajoy en dos momentos de sus intervenciones de ayer. / Ballesteros y Juanjo Martín (Efe)

José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno, anunció en el debate sobe el estado de la nación la promulgación de un decreto por el que la banca no podrá embargar las viviendas de aquellos trabajadores que ingresen menos de 961 euros mensuales o 1.350 euros si tuvieren dos hijos. Ésta medida que eleva un 50% la tasa de inembargabilidad, fue el principal anuncio del jefe del Ejecutivo, quien también afirmó que subirá las pensiones y señaló que los ayuntamientos podrán acceder a nuevos  fondos del Instituto de Crédito Oficial (ICO) para financiar inversiones y pagar facturas.

Si descontamos esos anuncios, el último debate sobre el estado de la nación en el que participa Rodríguez Zapatero se convirtió en una especie de despedida del jefe del Gobierno en la que el líder del principal partido de la oposición, Mariano Rajoy, se dedicó a descalificar la gestión económica, con 4,9 millones de desempleados, y a pedir una vez más elecciones anticipadas para no seguir perjudicando a España.

Zapatero le acusó de mentir en el manejo de los datos económicos y realizó un discurso judicial, de pasado, en el que exhibió sus grandes logros, desde los 700.000 dependientes con ayuda social hasta el incremento del número de becas (1,3 millones de estudiantes), pasando por el aumento de la renta per cápita, que hoy se sitúa en 25.000 euros por ciudadano.

El padre -Juan Rodríguez- y la esposa de Zapatero, Sonsolos Espinosa, siguieron el debate desde la tribuna de invitados. / Ballesteros (Efe)

Zapatero quería demoler a Rajoy. Deseaba emplazarle a que anunciara alguna medida económica que coadyuvara a la salida de la crisis y a la creación de empleo. Pero Rajoy estuvo muy hábil y no desveló ni un solo elemento del ajuste que pondrá en marcha si llega a gobernar. La adrenalina de Zapatero quedó en un flautus vocis sin destino. Es mas, Rajoy logró desarmarle cuando, mirando a la tribuna de invitados, en la que se hallaban Sonsoles Espinosa –esposa de Zapatero–, Juan Rodríguez –padre del presidente–, su hermano mayor, Juan, y otros familiares, le deseó lo mejor para el y su familia.

El presidente saliente, que es un hombre educado y ha intervenido en nueve debates de estas características, devolvió los parabienes personales a Rajoy y afirmó que no le desea ningún éxito político “porque no se lo merece ni me está permitido”. En todo caso, el esfuerzo del presidente por identificar algún tema de confrontación con el jefe de la oposición chocó con el laconismo de Rajoy, que no desveló ni una sola medida de las que adoptará cuando llegue al Gobierno.

Ni Zapatero ni Rajoy aludieron a la situación política general. Al primero no le interesaba, tras la barrida de alcaldes y gobiernos autonómicos en los comicios del 22-M a favor de la derecha (PP, CiU y PNV), y al segundo, Rajoy, tampoco le venía bien anunciar los ajustes que deberán acometer sus gobernantes autonómicos para atenerse al 1,3 de déficit máximo para este año.

Así las cosas, ambos coincidieron en la necesidad de fijar por ley el techo de gasto de las autonomías y de establecer un rendimiento de cuentas trimestral sobre ingresos y egresos, como ocurre en la administración central, que a finales de mayo pasado registraba más de 76.000 euros de ingresos y bajaba del 6% de déficit previsto para ese año.

El portavoz de CiU, Josep Antoni Durán i Lleida, dedicó gran parte de su brillante monólogo a explicar las razones por las que ha apoyado la reforma del sistema de pensiones: mejora de las retribuciones de viudedad, cómputo de los becarios, de los que hicieron la mili, etcétera, y consideró agotado el mandato de Zapatero. Éste replicó que seguirá gobernando hasta el final de la legislatura para “culminar las reformas”. Josu Erkoreka, del PNV, anticipó que será difícil que su partido dé por cuarto año su voto favorable al Presupuesto, si bien mantendrá su coherencia y respaldará el proyecto de ley sobre la negociación colectiva, cuya letra pequeña ya negocian el ministro Valeriano Gómez y el nacionalista Emilio Olabarría.

Llamazares, durante su intervención de ayer en el debate. / Juanjo Martín (Efe)

La izquierda del PSOE –Gaspar Llamazares, de IU; Joan Ridao, de ERC, y Nuria Buenaventura, de ICV– reclamó un reequilibrio fiscal para que las rentas del trabajo tengan, al menos, el mismo trato que las del capital, y solicitó sin gran éxito que el Ejecutivo preste atención al moviendo de los indignados. En este punto, que los portavoces de la derecha ignoraron olímpicamente, el presidente Zapatero reconoció: “Sí, señorías, nuestra democracia es perfectible, tratamos de mejorarla día a día y debemos seguir haciéndolo con reformas normativas y de hábitos y conductas democráticas”.

El Presidente, que dedicó dos párrafos de su discurso inicial al movimiento de los indignados, afirmó que “las manifestaciones, protestas y demandas realizadas al amparo de los derechos democráticos forman parte de la fisiología y no de la patología de nuestro modelo de convivencia y reivindican el valor de la política”. Para no parecer complaciente con las protestas expresó su discrepancia con “muchas de las propuestas” emanadas del 15M  que, sin embargo, “son de un interés indudable para los gobernantes democráticos en estos tiempos en que la crisis arroja sobre nosotros tantos interrogantes.”.

Zapatero reiteró la disposición de los socialistas a renovar el Tribunal Constitucional y no olvidó reafirmar la política antiterrorista. Sobre la coalición Bildu afirmó que el Gobierno se mantendrá vigilante para que respeten la ley, los derechos ciudadanos y la honorabilidad y los derechos de las víctimas. Por una vez, la marca ETA no apareció en el debate.

Aunque el sucesor y vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba se esforzó en pasar inadvertido, eludiendo a los periodistas, Durán i Lleida le señaló directamente en referencia a las hipotecas. Se produjo entonces un intercambio de datos entre él, Zapatero y la vicepresidenta económica, Elena Salgado, cuyo resultado fue la concreción de Zapatero de que no serán embargables las viviendas de los trabajadores que ganen menos del 150% del salario mínimo interprofesional. La discreción de Rubalcaba se quebró asimismo cuando permaneció sentado mientras sus compañeros de ponían en pie para aplaudir a Zapatero.

3 Comments
  1. borja says

    Por favor pedir a amigos,conocidos,familiares que no voten ni al psoe ni al pp pasarlo por favor.Si nadie vota a estos dos partidos los que ganen tendran que cambiar las cosas sin posibilidad de no hacer nada.Estarian obligados a cambiar la justicia y la leyes electorales la clave es que psoe y pp no tengan ni un voto.GENERACION NI NI,NI PSOE NI PP PASARLO PORFAVOR,hablar de ello con familiares y amigos y que nadie les vote y TODOS A VOTAR.Que voten a quien sea menos psoe y pp gracias.

  2. FRANCISCO PLAZA PIERI says

    Por favor, diría yo, votar a aquella formación política que os merezca cierta o toda vuestra confianza.
    Nunca he condicionado a nadie ni lo haré.
    Todos los tiempos de la hmandad fueron negros…, todos.
    Ahora bien, si se me aconsejara conducirme en esta o aquella dirección pensaría antes en la sabia observación que le hizo el gran sabio al joven alumno ante una encrucijada:
    Preguntó el joven al viejo sabio
    -«¿Sabríais, tendríais a bien decirme por qué camino conducirme?»
    A lo que el viejo sabio le respondió:
    -«Es igual, joven, condúcete por cualquiera de ellos, pues has de arrepentirte cualquira que sea por el que te conduzcas…»
    Lamazares, recondúzcase, por favor…

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