Historia de dos debates

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Un joven interviene en el 'Debate del Pueblo sobre el Estado de la Nación', ayer, en la Puerta del Sol. / Luca Piergiovanni (Efe)

Mientras los de fuera aseguraban que el suyo era el verdadero debate del pueblo, los de dentro no se sentían obligados a justificar que lo suyo fuera ni verdadero ni debate, y el pueblo se les supone. Se trató del clásico choque de legitimidades: el 15M la reclama porque no la tiene, pero eso pone automáticamente en cuestión la del Congreso. Sólo con convocar su debate alternativo, el 15M ya ha modificado nuestra percepción de la realidad.

Los de Sol se reunieron porque consideraron necesario abordar asuntos ausentes de la agenda política: es otra forma de cuestionar la legitimidad de los discursos parlamentarios. Los de la Carrera de San Jerónimo, por el contrario, no mostraron gran interés en convencer a nadie de que su debate tenía sentido. Por momentos, algunos de ellos dieron la impresión de dudarlo. Y los que se marcharon al acabar el combate a dos demostraron su concepción del hemiciclo como plató en el que escenificar su reality. La diferencia es considerable: el 15M celebra una discusión que cree necesaria; el Congreso porque ha llegado el veranito.

¿Tenía razón el 15M al subrayar la lejanía existente entre el Congreso y la realidad del país? Oyendo los discursos de Zapatero y Rajoy, no cabe ninguna duda. Ambos fueron autorreferenciales sin recato, como es habitual. Las cifras, los datos, el paro, todo, fue utilizado de forma instrumental para construir un relato de su interés particular. El presidente optó por una narrativa funeraria, como si estuviera escribiendo su propio obituario para que sepamos cómo quiere ser recordado. A este discurso, ya de por sí inaudito, se sumó la ridiculez de un líder de la oposición explicándole al muerto que está muerto –cuando él ya se estaba enterrando- y pidiéndole, si es tan amable, que se meta en la fosa de una vez. La cámara baja se consagró como cámara mortuoria.

Sin embargo, resultaría injusto negar a las intervenciones de los partidos pequeños sus buenos momentos, aquéllos en los que hablaron de política, y no de sí mismos. Con ellos se produjo una triangulación interesante que ha dado sus frutos en el asunto de las hipotecas. Digamos en primer lugar que han sido necesarios 300.000 desahucios y una revuelta popular para que este asunto fuera considerado seriamente por el Congreso. Después hizo falta que partidos minoritarios, como ERC e IU hicieran propuestas de máximos, como la dación en pago. Y finalmente los partidos del establishment, PP, PSOE y CiU, han aprobado unos mínimos: la subida del salario mínimo intocable en los embargos. Apenas tengo dudas de que lo han hecho a regañadientes, sí, pero ése es justo el mérito del 15M: que su reclamación de una mayor participación en la democracia ya la está provocando. El debate en la plaza era simbólico. Que la plaza haya llegado al debate es real.

4 Comments
  1. Manuel Goti says

    La resolución del Congreso sobre el asunto de las hipotecas es meramente propagandístico y testimonial. Es un intento de que algo «parezca» pero sin entrar en el fondo.

  2. Ricardo says

    Decía Zapatero «Me arrepiento de no haber pinchado antes la burbuja», así tal cual. Oiga uste, compadre, lo primero uste no podría haber pinchado la burbuja ni “antes” ni “después” porque uste no ha pinchado nada de nada. Uste ni sabía que eso existía, y aún más, la negaba. La burbuja ha ido viéndola crecer sin verla, y le ha explotado en las narices. Y segundo y mas importante, uste, con millones de parados, con cientos de miles desahuciados uste si tuviera vergüenza no debería decir “me arrepiento” debería decir “pido perdón” por todas las calamidades y sufrimientos que su ineptitud ha provocado.

    Y otra cosa, amigo, uste en su discursito decía “proceso hipotecario” para hablar de “desahucios” y “ejecuciones”, ¿qué pasa? ¿le dan miedo esas terribles palabras que evocan al moribundo o al que va a morir en el paredón? No se corte, ya pa qué. Y no diga “bancos” que no tienen boca ni ojos, ni manos que redactaran las leoninas y usureras hipotecas, diga “banqueros” sí, los que toman las decisiones que esos sí tienen ojos, boca y manos, y son igualitos al mercader de Venecia en ambición, rapiña, y engaño. Diga “banqueros” o “aves de rapiña” igual da, pero no siga con “bancos”. Ah, y ahora, después de dos años y medio de estallar la “burbuja” esa, nos quiere dar las migajas del 60% de mínimo en subasta, cuando a los promotores los “banqueros” les aceptan el suelo como dación. Si tuviera pundonor hubiera obligado a los banqueros a aceptar como mínimo el 80%, si no le temieran a los banqueros esos, a los mercaderes de Venecia, Bilbao y Santander, si le quedara algo de conciencia. A uste y a los del PP.

  3. FRANCISCO PLAZA PIERI says

    Cierto es que no se trata de la panacea, esto ya lo sabemos.
    Pero, ¿cómo solucionar algo tan difícil como es decirle a los bancos que se quedan sin un botín por el que, a lo largo de los tiempos tanto han peleado?
    ¿Quién es el guapo que se enfrenta a semejantes personajes?
    -«¡Yo no lo haría, Joe!»

  4. magarq says

    El 15M nos ha abierto los ojos para muchas cosas relacionadas con la democracia que estaban ahí pero no las veíamos

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