Me siento a escribir esto cuando ya llevo una semana en Madrid después de seis años en Nueva York. Aclaro: no estoy de vacaciones. He venido para quedarme. He vuelto.
¿A Barcelona o a Madrid?, me preguntaba la gente a medida que se iba sabiendo que liaba el petate neoyorquino. Ser catalana es una especie de profesión a tiempo completo, ya habrán notado ustedes algo. Una profesión tan exigente y tan dura como ser estrella de rock o ser Papa. Menos mal que últimamente yo me he puesto de autónoma y voy bastante por libre.
Para que se hagan una idea de por lo libre que voy, acabo de romper relaciones con un periódico catalán llamado Ara (ahora), cuya contraportada de los martes llevaba servidora escribiendo desde su fundación, hace ya más de siete meses. Voluntariamente he renunciado a proseguir mi colaboración después de varios conatos de presión, represión y bullying que el pasado 28 de junio culminaron con la censura de un artículo entero. Tras lo cual, del mejor de los rollos y con todo el dolor de mi corazón, les tuve que pedir que por favor se metieran la contraportada por la oreja.
A quien le interesen los detalles sórdidos de la historia puede serle útil este link. A quien, siendo igual de cotilla, leer en catalán se le haga arduo o, contra todo pronóstico, le aburra, con placer le resumo, por supuesto según mi leal saber y entender, lo esencial del tema: periodista y escritora catalana y española, cada vez más orgullosa de ser ambas cosas, cada vez más irremediablemente crítica con el independentismo catalán, llega a la conclusión de que está siendo objeto de una caza de brujas en la prensa catalana. Y lo deja.
Buceando en el link que antes pasé se llega a leer mi artículo censurado, que, contra lo que podría pensarse, no es de catalanes. Es de negros racistas en un autobús de Nueva York, una ciudad de Estados Unidos donde se ve la mayor mezcla racial del país y una de las más apasionantes del mundo, pero por eso mismo, me temo, también se ven tremendas simas de intolerancia. De todos contra todos. La experiencia demuestra que la mayoría de la gente se mezcla por obligación, porque a la fuerza ahorcan, más que por un verdadero afán de ampliar horizontes y costumbres.
Mi artículo fue censurado con el argumento de que el cuadro de racismo inverso que yo describía “no sería entendido por el lector catalán medio”. (¿O temían que lo entendiera demasiado bien?) Me pidieron que lo cambiara. Me negué. Sobre esto me gustaría precisar una cosa. Me gustaría decir que la censura en prensa está mucho más extendida de lo que parece. Se practica en casi todas partes casi todos los días. Quien tenga años de profesión a sus espaldas y diga que no le han censurado nunca, miente.
Entre otras cosas porque la censura, como antes Hacienda, somos todos. Se tiende a pensar en una omnipotente tijera mítica como la que por ejemplo operaba en la época de Franco. Eso puede darse hoy en día, pero es la excepción. Sucede mucho más a menudo que en el momento en que se escribe un artículo, en que este sale de las tripas de su autor y empieza a dar sus primeros y –a veces- tambaleantes pasos en las mesas de correctores, editores, directores y demás, se activa un campo magnético lleno de…pues eso, de magnetismo. De fuerzas que vienen y van, arrastrando la verdad en múltiples direcciones.
Todo el mundo tiende a creer que tiene razón y que quien discrepa de él se equivoca, a veces imperdonablemente. Todo dios (bueno, unos más que otros) se lanza al cuello del dios rival con enfebrecido ánimo redentor. Si se pudiera tachar, desleer y desescribir todo aquello que nos disgusta, asusta y ofende… Pasa en las mejores familias y pasa en todos los niveles del proceso informativo. Censura es cuando el jefe de prensa de un partido político llama a un periodista o a su jefe para obtener el titular más favorable o para frenar aquel que le puede hacer más daño a su señorito. Censura es por supuesto la gran empresa que amenaza con retirar su publicidad si se cuestionan sus prácticas comerciales. Pero censura es también el padre de una joven drogadicta asesinada en Estados Unidos que protestó ante el reportero que había publicado que el asesino le pateó la cara a su hija mientras la estrangulaba y se burló de ella por hacer “el mismo ruido que hacen las cucarachas al morir”. Ese padre seguramente tenía su razón al protestar. Pero lo que estaba pidiendo era pura y dura censura.
Por eso mismo, porque a veces hay buenas razones para censurar, todos hemos dudado alguna vez. A todos nos han convencido alguna vez de que nos habíamos “pasado” en algo. Que íbamos a pisar más callos de lo justificable para informar, opinar o incluso zaherir. El censor más inteligente es el que te hace dudar de la pertinencia de lo que has escrito. Yo me he encontrado un par de censores inteligentes en mi vida, y no descarto que por lo menos uno me hiciera un favor.
Pero para censurar bien hace falta mucha inteligencia, insisto, y una noción muy clara de los objetivos y de los límites, porque la censura es un instrumento extremo. Es la quimioterapia del periodismo. Mata todo a su paso. Sólo está justificada en caso de fuerza muy pero que muy mayor. De cáncer para arriba.
¿Tan canceroso era mi artículo sobre el racismo inverso en un autobús de Nueva York? Si en algún momento –muy breve- llegué a tener dudas, se me han quitado todas gracias a la cálida cascada de muestras de apoyo y de elogio que recibo desde que el texto saltó a las redes sociales. De la Cataluña macro y generosa, no de la micro y mezquina. A día de hoy tengo la sensación, debo decir que muy agradable, de que todo lector con capacidad de articular un comentario de acuerdo con las leyes más elementales de la lógica y la gramática me ha entendido. No quisiera faltar demasiado al respeto a los que no. Pero no me resisto a hacer constar que algunos de los argumentos que he leído por ahí a favor de censurarme es que escribo en la prensa española o que mi marido es madrileño.
Y es que ese es el tema, precisamente. Que conste que yo no le hago ascos a las críticas. Nunca he pretendido ser incriticable. Pero, ¿en qué momento lo criticable deviene impublicable, quién lo decide y por qué? Yo me negué en redondo a modificar el artículo, y me niego a seguir escribiendo –aunque me lo han pedido- en el medio que lo censuró, porque percibí con toda claridad que algunos elementos de ese medio pugnaban por eliminar no tanto una opinión concreta como la voz que la emitía. Era mi entera figura, la de una catalana de pura cepa, y a la vez española sin complejos, lo que sacaba de quicio a algunos. Lo que había que silenciar con cualquier excusa.
Debo decir que el independentismo catalán a mí no me quita ni una hora de sueño como española. ¿Para qué, si sé que con toda seguridad nunca han dado ni darán pie con bola? No hay mucho peligro de que Cataluña se independice de nada ni de nadie, visto el nivel de los gurus independentistas. Menuda tropa. La amenaza no es para España. Es para los catalanes. Es la propia sociedad catalana la que empieza a frustrarse, a agrietarse y a fracturarse de manera quizás trágica. Ya tenemos comité de actividades anticatalanas y todo. ¿No era Cataluña lo bastante pequeña como para tener que achicarla aún más?
El verdadero peligro de estas cosas es que consigan hacerte dudar de que tu tierra es tu tierra. De si todavía soy o merezco ser catalana. Privarme del derecho a la armonía en libertad. Robarme la lengua de mi infancia y de mi madre, la luz del atardecer en Besalú mientras mis pasos se guardan en la piedra ancestral como en un sueño, el querido latigazo canalla de irme de copas por el Raval de Barcelona, etcétera, a no ser que acates cierta ley del silencio. Que aceptes taparte la boca y la nariz y ahogarte en una espesa sopa de “cosas que no se pueden decir si no quieres que te llamen facha”.
Pues ni soy facha, ni me callo. Desde Madrid, ciudad que amo a rabiar, visca Catalunya...libre, es decir, completa. Conmigo dentro, o viviendo fuera pero cantando las verdades. Y a quien no le guste, ajo y agua.
Gracias, Anna por ser libre.
Si mis amigos catalanes (barceloneses) fueran como tú, no los habría perdido.
Felicitats i endavant !!!
Fantastico artículo y fantástica ilustración
Visca la Grau!
Me parece ridículo que por lo que hagan en «Ara» juzgues a la Cataluña actual. A mi no me la pegas. Los que emigran a Madrid por motivos económicos se sienten obligados a hablar mal de Cataluña, sobre todo si van a parar a cierta prensa. Tampoco hace falta retratarse tanto, mujer.
La Grau tindrà feina segura i ben pagada als diaris de dretes de Madrid.
Por favor pedir a amigos,conocidos,familiares que no voten ni al psoe ni al pp pasarlo por favor.Si nadie vota a estos dos partidos los que ganen tendran que cambiar las cosas sin posibilidad de no hacer nada.Estarian obligados a cambiar la justicia y la leyes electorales la clave es que psoe y pp no tengan ni un voto.GENERACION NI NI,NI PSOE NI PP PASARLO PORFAVOR,hablar de ello con familiares y amigos y que nadie les vote y TODOS A VOTAR.Que voten a quien sea menos psoe y pp gracias.
Un valiente y estupendo artículo, Anna.
Anna, … dedica solo unos instantes, con tranquilidad, y rodeada de un ambiente sereno, … a pensar en tus abuelos; … como vivían, como se divertian, que les angustiaba,…. que significabas tu para ellos; …. luego lo entenderás todo.
Muchos no soportan que no se elija: ¿debo elegir entre Barcelona y Madrid? No me da la gana, las quiero a las dos. ¿Entre el catalán y el castellano? Tampoco me da la gana. Sumar para conseguir gama de grises siempre es más difícil -y más incomprendido-que escoger entre blanco o negro. Por supuesto, los del blanco o negro son incapaces de soportar a los de la escala de grises. Patético. Ánimos con tu nueva etapa europea – o sea: española, catalana, madrileña, barcelonesa, mediterránea…todo a la vez, sí-.
te deseo la mejor de las userte……eso si, te recomiendo que te vayas a TELEMADRID, ahi una temporadita, igual te hace reflexionar con eso que dices de que hay censura.yo, que llevo unso años fuera de Catalunya, me siento totalmente maltratada, por la prensa mediatica española, asi que…mira tu, prefiero que me insulten en mi tierra, que fuera de ella. Telele5, Antena3, trata «muy bien» a Catalunya, pide que te dejen escribir ahi, puedes criticar lo que quieras, eso si, menos lo español. Suerte guapa.
Es increible que una periodista que escribe en ABC, un periódico de ultraderecha, hable de censura.Y también que un medio como Cuarto Poder admita un artículo como este.Ultraderecha pura y dura.
Curioso. En tiempos de tanta ‘globalización’, a los fachas se les ha ido haciendo pequeño el mundo. Hace unos años, te decían que te fueras a Rusia (que entonces estaba bastante más lejos que ahora), mientras que hoy sólo te mandan a Madrid.
Gracias por decir en voz alta lo que estamos viviendo en Cataluña. Gracias por tu valentía. Somos muchos, MUCHOS los que te admiramos por contar lo que hay. Se necesita más gente como tú.
Au, ja t’has guanyat els de Madrid. A triumfar Anna!
Anna, mira que et vaig defensar quan varen fotre’t al carrer, però aquest article és de deficient intel.lectual. Suposo que fent-te la víctima pots evitar l’autocrítica.
Hola Ana.
Comets un error. Creure que pots separar el teu món entre el personal i el social. Són un de sol. I el teu personal ha afectat al teu social. Aprén del cas del racisme del negres. Tota la vida ens han dit com hauria de ser el món però en la realitat el món és com és. El món que voldries projectar del teu mon personal al món social no funcionará mai. Perquè es basa en uns presupòsits falsos. 🙂
Espero que aquest missatge no et confongui. Sort a Madrid.
Enhorabuena por tu decisión y por tu valentía. Tiene que haber más personas hablando en voz alta sobre lo que está pasando en Catalunya. Soy extranjera (de NY) viviendo en Catalunya durante 7 años, y yo también he experimentado ese clima socio-intelectual (con)gelado y sofocante respeto a la expresión de opiniones que, en mi país natal, serían consideradas el colmo de liberales. También me han llamado facha por expresarme como cualquiera disfruta como su derecho… en un país libre, claro.
No se pero, ¿a quien piensas que engañas?. Si me dijeras que vas a The Guardian o a Le Monde te felicitaría, pero francamente, al ¿ABC?. En la prensa de Madrid no existe censura como tal no, es peor, hay una selección previa tajante. Sencillamente si no eres de su cuerda y te retratas publicamente, no entras. Si además hablas mal de Cataluña siendo catalán, 500 puntos, es lo más de lo más.
Mucha suerte en Madrid! Eras una corresponsal fabulosa!. Yo también soy catalán y te comprendo perfectamente. Todos los que somos de allí conocemos perfectamente la situación, una situación que de «demócrata» tiene muy poco por cierto. Y luego los que nos mandan nos hacer ver que somos muy europeos! jeje, menuda banda!
Un sarrianenc convençudament independentista i, ver per on, casat amb una madrilenya també t’ha defensat, ara i quan vas deixar l’Avui per anar a l’ABC. Aquí tens l’enllaç
http://elradardesarria.blogspot.com/2011/07/anna-grau-deixa-lara.html
Uy, si! Quina persecució més terrible! Me’n vaig a Madrid que allí seré lliure… sempre que em cagui en Catalunya.
Tu vas a mamar-la, a Madrid o a Barcelona.
Anna, llàstima que estiguis a Madrid, perquè aniria molt bé que fossis aquí a Catalunya, on hi ha molt poca gent que s’atreveixi a parlar com tu.
Jo estic molt d’acord amb el que dius i també sé que aquests comentaris, aquí fan entrar esgarrifances a més d’un.
El problema no és discrepar. El problema és que molts pensen que les seves idees són les úniques idees que pot tenir un català.. a menys que tingui alguna mena de tara o d’interès ocult…. El colmo és si els teus dos cognoms són catalans. «I com és que penses així?, et diuen»… Com si l’independentisme formés part de l’ADN català.
Pel que fa a l’Ara, què és el que se suposa que els catalanets no havíem d’entendre dels articles. Especialment de de l’últim? Potser hauríen de fer passar un test de lectura als responsables d’opinió.
Anna, lástima que estés en Madrid, porqué iría muy bien que estuvieras en Catalunya, donde hay muy poca gente que se atreva a hablar como tu.
Yo estoy muy deacuerdo con lo que dices y también se que estos comentarios, aquí, levantan ampollas a más de uno.
El problema no es discrepar. El problema es que muchos piensan que sus ideas son las únicas ideas que puede tener un catalán.. a menos que tenga alguna mena de tara o de interés oculto… El como es si tus dos apellidos son catalanes. “¿Y por qué piensas así, pues?», te dicen.. como si el independentismo formara parte del ADN catalán.
Por lo que respecta al Ara, ¿qué es lo que se supone que los «catalanets» no podemos entender de los artículos? Especialmente del último. Quizás deberían hacer pasar tests de lectura a los responsables de opinión.
Sr Grau vosté ha tingut problemes amb un diari que és de Barcelona però podria ser de León o Sevilla. Només li ha passat que no ha trobat un equip de professionals que l’hagi respectat. De presión, represión y bullying n’hi ha a tot arreu perquè és un problema relacionat amb la condició humana no amb Catalunya o amb tots els mitjans i professionals del país. Tot i així vosté ens fa un article amb el titol de la censura en microCataluña. I jo em pregunto què te a veure Catalunya i el país sencer amb això que li ha passat? aquest tipus de regles de tres només les fan persones q estan tarades i q aprofiten una situació personal per fer interpretacions sociològiques i identitaries de pa sucat amb oli. Fa gala d’aquell espanyolisme tronat i resentit q encarna boadella o Ciudadanos. Realment increible on l’hem de veure. Amb aquestes regles de tres té nomina assegurada a Madrid fins la jubilació. El català renegat és cotitza amb Madrid.
En Cataluña siempre pasa lo mismo. El nacionalismo está por todas partes. Son cuatro gatos y todos peleados. Y digo que son cuatro gatos porque, aunque desde fuera de Cataluña no lo parezca, a la mayoría de los catalanes el nacionalismo nos importa muy poco. Ya se vio con el referendum del Estatut o con la abstención en las elecciones autonómicas o, sobre todo, con las avasalladoras derrotas que sufrió el PSC durante años y años (ay, el bueno de Obiols, del que me sorprende saber que aún tiene admiradores en su partido), y que ahora ha vuelto a sufrir.
La gente lo que quiere son soluciones a los problemas y que haya partidos de izquierdas, para variar. Gente que ponga por delante del nacionalismo la ideología. O por lo menos, un sentido de cohesión que vaya más allá del nacionalismo, que signifique impuestos progresivos y servicios públicos para todos. Pero el nacionalismo es más barato para cohesionar una sociedad, claro.
Hay quien dice (catalanes de pura cepa, que nadie piense mal), que en Cataluña sólo existe el PUC (Partit Únic Catalanista). Para hacer pareja con el Partido Unido Españolista, por supuesto. Y entre esos dos, estamos la mayoría de los catalanes, a los que nadie nos hace demasiado caso.
PD: Lamento mucho saber que la censura es habitual en la prensa. Aunque no me sorprende saberlo, la verdad. Suerte en Madrid, Anna. La necesitarás.
Acabo de leer el artículo que te censuraron en Ara. Es bueno. Y lo es porque es real. Así son las cosas de verdad. Sigue así, con la realidad por delante. Aunque duela.
Excelente artículo, Anna. Aquí tienes a otro catalán inconformista, como tú, que quiere vivir en paz y armonía, y que dice las verdades como son, sin mordazas. Que haya nacido en Santander, y vivido en Madrid, nada importa, hace casi 20 años que vivo en Barcelona, y puedo asegurar que lo que se vive aquí es una auténtica «ley del silencio». Un fuerte abrazo, Luis.
Entiendo que te sientas asi y me alegro que puedas y te expreses tan abiertamente. Pero solo hay dos cosas que no entiendo. Quizas fallo mio por no pensarlo muy detenidamente. Pero son: a) un periodico lastimosamente es una empresa privada que mira el numero de ventas y por lo tanto «cuidar» a su lector. Creo que el lector esta preparado para leerte, pero deben pensar que si cada dia metes canya el cliente se resiente ( aun y asi te apoyo, ya q creo q es bueno q el lector tope con miradas distintas) Y B) que tiene q ver los independentistas con los del periodico y los dirigentes politicos? Y mas aun, que tiene q ver querer un estado propio catalan y dejar de ser «completa» . El movimiento ciudadano es completamente pacifico y democratico. Y bien sabes q en catalunya se puede escuchar miles de opiniones distintas: tenemos las radios,tv y periodicos q en madrid, mas alguno mas que ahi no tienen. Completa lo es. No creo que en todos los sitios haya esta pluralidad informativa. Por cierto, coincido contigo q madrid es maravillosa. animos y espero volver a leerte temprano por catalunya
T’han censurat a l’ARA un article sobre negres americans. No entenc que té a veure tot això amb l’independentisme, suposades «lleis del silenci», etc. Els no independentistes són majoria en diaris i mitjans catalans i així ho expressen sense problema. Vols dir que no portes una empanada mental de por?
Que tinguis sort.
A mi m’hauria avergonyit profundament llegir un article com el que pretenia publicar la senyora Grau (ja sigui a l’Ara com a l’ABC). M’avergonyeixen profundament els prejudicis d’algú que escriu «un barri de Nova York on viuen molts negres. Però no negres orgullosos de ser pacíficament dins de la seva pell, [sino del tipus] que ha nascut i morirà sense orgull, emprenyadíssim amb tots els blancs, convençut que del primer a l’últim hem vingut al món a fotre’l. Sense matisos. Sense excepcions.» I a més, rebla el clau amb sexisme: «el fenomen s’aguditza entre les dones».
Em puc imaginar la mirada de l’autora sobre les cares dels veins iveïnes d’aquest barri que tan odia.
És una mirada que coneixem molt bé els catalans.
Jo tampoc no hi veig ni la censura ni la relació d’aquesta suposada censura amb el catalanisme. Escrius un article ple de clixés que, des d’aquí, afirmo que són racistes (i pitjor encara, et penses que no en són), que no s’addiuen amb la línia editoral d’un diari (ni de cap diari europeu digne) i et rebotes perquè t’ho retreuen. Tens un problema.
Racismo es también la idealización irracional del negro o el indio como si no pudieran odiar a los blancos o ser groseros en un autobús. Una de las formas curiosas de esa visión del “buen salvaje” adoptada por la cultura occidental es la del “magical negro”. Un concepto acuñado por el director cinematográfico Spike Lee en sendos debates desarrollados en el 2001 en las universidades del Estado de Washington y de Yale. Lee se refería a unos estereotipos secundarios en las películas de Hollywood caracterizados por el color de su piel y sus poderes sobrenaturales. También por su altruismo y por sacar de apuros a los protagonistas blancos. Lee puso como ejemplo “La leyenda de Bagger Vance”, pero podía haber mencionado “Ghost”, con Whoopi Goldberg en el papel de médium, o “La milla verde”, con Michael Clarke Duncan como el condenado a muerte John Coffey. Posterior a esos debates fue “Siete almas”, con Will Smith en el papel de salvador salido de la nada.
Muchos afro-americanos manifiestan su desagrado con estos personajes mágicos. En un artículo de la revista “Time” del 2012 sobre la reelección de Obama, el escritor y crítico cultural Touré Neblett argumentaba el carácter infantiloide y ofensivo de un estereotipo que sugiere que la excelencia en las personas de color es tan insólita que sólo puede provenir de lo mágico o sobrenatural.
El problema del artículo -si es que realmente es un problema- no es la cuestión que literalmente aborda, sino la velada que se intuye entre líneas de los racismos paralelos, que no tienen nada que ver con colores de piel, y que, por desgracia, están mucho más presentes en nuestra sociedad y en determinadas orientaciones políticas, de lo que estamos dispuestos a reconocer. Creo que es ahí donde reside la reticencia del «Ara» a publicarlo. Para la mayoría de nosotros es duro confrontar nuestros defectos -o las verdades que nos delatan- delante del espejo.
@vito y @fit. Lo que la autora trata de mostrar es una realidad en EEUU. La conocen los que han vivido alli. Por cierto, lo único que hacer la autora es llamar paletos a los censores…que resultan que son racistas a muerte, porque odian todo lo español -por cierto una actitud muy española en algunas gentes de Cataluña.
Patètic
Anna/Ana,
T’has passat la vida buscant la provocació des del Pau Vila de Sabadell, has viscut de TV3 molt temps (i ara te’n queixes…) i ho barreges tot. Aclareix-te una miqueta sisplau i no barregis naps amb cols. Ets intolerant des del moment que acceptes els copets a l’espatlla que reps i menystens les crítiques. No tens la veritat absoluta, ni tu ni ningú, però tu sempre has viscut en aquesta línia de la provocació sense fons, ara no te’n queixis reina, això és l’empresa privada. L’article és interessant però la teva anècdota no m’interessa gens, ni per com escrius ni pel que suposadament té de missatge, cal escollir bé les dosis de demagogia per demostrar una tesi, això ho devies aprendre a la Facultat, no? Has fet una tria discutible per demostrar una obvietat.
Salut i visca una Catalunya on tothom pot dir el que vulgui, com tu. Cosa que no passa al teu Madrid, reina…
Grau, soy un madrileño orgulloso viviendo en Cataluña y orgulloso tambien. Me ha encantado tu artículo, este y el otro. Enhorabuena por ser valiente y sincera
Anna, tens tot el meu suport. Necessitem urgentment gent com tu, que proclami sense por i sense complexos la seva veritat, encara que aquesta no es correspongui amb els dictats politicament correctes.
Avui m’ha vingut al cap. I he buscat a veure si trobava aquest article teu.
A veure. Recordo perfectament un article teu publicat a l’Avui, a la contraportada, si no vaig molt errat, en què explicaven amb tot luxe de detalls una vegada que en Jordi Pujol et va fotre una hòstia perquè li havies recriminat no recordo exactament el què.
Ho recordo perquè era molt fort el que explicaves. I també ho recordo perquè em va semblar tremendament honest per part de la redacció que et permetessin escriure-ho sense cap censura.
Aleshores, que ara t’exclamis d’una presumpta censura per un tema que, torno a dir, em sembla molt mal plantejat, de veritat, o tens molta gana o te l’agafes amb paper de fumar. I crec que tu no tens el que s’acostuma a agafar.
Que tinguis sort i et paguin molts articles, guapa.
Los últimos tres párrafos de tu artículo son sublimes, los suscribo totalmente. Vamos al choque de trenes y que sea lo q Dios quiera. Lo normal es q el pez grande se coma al chico, pero oye, eso ya lo advertimos hace tiempo.
La gent que encara ara es pensa que «el pez grande se come al chico» no ha entès res de la història d’Europa en els últims 100 anys. Precisament quan hem aconseguit que deixeu de menjar-vos el que no és vostre, hem aconseguit la llibertat i la unió d’Europa.
A veure noia si ara t’atreveixes a criticar, encara que sigui un sol cop, la catalanofobia que es respira a “los madriles”.
Tot el meu suport Anna, em de ser més els que sortim de l’armari per frenar aquest desgavell en que ens ha portat el nacionalisme irracional. «Si borden, es que cavalquem amic Sancho».
He leído el artículo «racista» sobre su experiencia en un autobús de Nueva York y… entiendo que se le comentara que no era conveniente. Confundir la libertad de expresión con el derecho a escribir cualquier barbaridad es no haber entendido nada. Claro está que determinados autores confunden un sano objetivo de originalidad con el de decirla más grande, como esta señora o su colega Sostres. Otra perla que le he leído recientemente es definir a Sara Carbonero como periodista vaginal…