Rubalcaba: "Estamos en el final de ETA"

Ni tanto ni tan poco, vino a decir ayer Alfredo Pérez Rubalcaba ante el comunicado de los presos de ETA que ahora se adhieren al Acuerdo de Guernika y apuestan por la paz. Ni esto es el final definitivo, como dicen algunos –en referencia a la izquierda abertzale-- ni no significa nada –en referencia a las interpretaciones del PP y sus medios afines. “Ni se acabó ni no ha pasado nada; ha pasado una cosa inédita, importante: ha habido un paso adelante de un sector que hasta ahora no lo había dado; estamos en el final, estamos dando pasos hasta el final y hoy estamos más cerca del final que ayer”, manifestó el ex ministro del Interior y candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno.

En el marco de los famosos diálogos de Ferraz, Rubalcaba interpretó con disimulada satisfacción el comunicado de los presos de ETA que piden el final del terrorismo y una salida a su situación. Un miembro del Gobierno que sigue a pie de obra el proceso de paz comentó al cronista que tal vez no haya ni tenga que haber un comunicado sobre la disolución de la banda terrorista. Quizá por eso Rubalcaba evitó repetir la exigencia de un comunicado final. En cambio, el PP reclama la declaración del acabose. Su presidente en Euskadi, Antonio Basagoiti, dijo poco antes del anuncio de los presos que “si ETA desaparece, el PP va a subir (electoralmente) como la espuma”.

A la tesis de la rentabilidad electoral se apunta asimismo la izquierda abertzale, consciente de que el resultado del 20-N puede ser histórico y le va a permitir formar grupo parlamentario en Madrid. Quizá porque Rubalcaba intuye que no le tocará a él, sino a Mariano Rajoy, gestionar la salida de los presos con los parlamentarios de Bildu, el socialista evitó referirse a las medidas de gracia que reclaman. En este punto vale recordar que fue la derecha postfranquista (Adolfo Suárez, Rodolfo Martín Villa, José Manuel Otero Novas y también Marcelino Oreja) la que en mayo de 1977 negoció con Juan María Bandrés la excarcelación de todos los etarras sin compromiso previo de disolución de las dos ramas de ETA.

Ya en los diálogos electorales, en la sede del PSOE, se registró un mano a mano entre Rubalcaba y Javier Solana sobre la seguridad y la dignidad global, en el transcurso del cual, el candidato manifestó que debido al “subproducto” terrorista que hemos padecido teníamos una legislación que no alteró, como ocurrió en otras democracias, el equilibrio entre libertad y seguridad tras el ataque Al Qaeda a las Torres Gemelas, el Pentágono y el fallido contra la Casa Blanca.

En otro momento de su charla con Solana, consideró una gran suerte poder contar con dos cuerpos policiales, uno civil, la Policía Nacional, y otro de naturaleza militar como es la Guardia Civil. Este modelo “es mi Biblia”, afirmó antes de defender a la Guardia Civil frente a quienes, como Diego López Garrido, secretario de Estado para la Unión Europea, presente en la sala, defendían su disolución. “Lo malo no es la existencia de dos cuerpos policiales sino lo que nos encontramos: dos servicios de información, dos bases de datos y una descoordinación total”, añadió.

Rubalcaba y Solana reiteraron el apoyo del PSOE al reconocimiento del Estado Palestino, siquiera sea para lograr “una simetría en la negociación con Israel”, y dijeron que “hay que hablar con Hamas” que, según Solana, “es el hermano pequeño de los Hermanos Musulmanes”, protagonistas destacados de la Primavera Árabe. Sobre el despertar democrático del mundo árabe reconocieron el papel orientador de Turquía, “con una influencia muy superior a la Unión Europea”. Según Solana, “si Turquía es el modelo de aterrizaje estaremos ante un buen verano, ante una democracia cristiana, sólo que musulmana y moderada”. Como elogio del occidentalismo turco añadió: “Cuando yo conocí al primer ministro Tayyip Erdogan, llevaba una barba hasta los pies”.

Entre las anécdotas del diálogo, al que asistió de oyente Felipe González, que intervino el viernes y compartió unos habanos con Rubalcaba y José Blanco en el despacho de éste, Rubalcaba confundió en dos ocasiones Mozambique con Madagascar al hablar de África. Rubalcaba también creía que la alemana Ángela Merkel era física y algo sabría de los neutrinos. Pero Solana se apresuró a sacarle de su error: “No, no, es química, como tu; si lo sabré yo, que le hice la laudatio cuando la nombraron doctora honoris causa de la universidad de Leipzig”.