Los partidos gastan 50 millones en la campaña

Los grandes partidos políticos, PP y PSOE, se van a gastar más de 30 millones de euros en la campaña electoral que acaba de empezar. Es una cifra ligeramente inferior a la de 2008, cuando los socialistas invirtieron 17 millones de euros en atraer los votos hacia Zapatero y los conservadores gastaron algo más si incluimos las cuentas de la Unión del Pueblo Navarro (UPN) con la que formaban coalición. La fiera de la crisis económica ya asomaba entonces la zarpa por debajo de la puerta, pero no había que hacerle caso porque la lámina era blindada y no iba a entrar.

El resto de la historia es conocido: aunque sonaron las alarmas, siguió la fiesta hasta que la crisis, que no sabemos si entró por la ventana o por la chimenea, decidió instalarse en casa por tiempo indefinido. Pese a ello, determinadas instituciones de nuestro apreciado sistema democrático siguen sin enterarse. Los partidos políticos no escatiman medios, piden y obtienen créditos, se endeudan e hipotecan como si no hubiera ocurrido nada.

La suma del gasto de todas las formaciones políticas en concurso se estima en unos 50 millones de euros, en los que se incluye el coste de las reuniones, convenciones, viajes y ágapes durante la larga precampaña. Es como si la prédica de la austeridad sólo sirviera para los demás. Los líderes del PP y el PSOE disponen de aviones de alquiler para desplazarse; los demás viajan en vuelos regulares, en coche o en tren.

Los grandes líderes van precedidos de un ejército de técnicos que montan y desmontan grandes escenarios para los mítines o reuniones multitudinarias con los militantes y simpatizantes, y seguidos del tradicional concierto de los medios de comunicación que difunden urbi et orbe sus monólogos, promesas y ocurrencias. Son las tradicionales caravanas. El seguimiento de Alfredo Pérez Rubalcaba es el más costoso para los medios. Cada periodista empotrado con el PSOE desembolsa 15.000 euros. La caravana del PP es algo menos cara. El seguimiento de Mariano Rajoy sale por 11.000 euros.

Las caravanas para el seguimiento de los demás dirigentes en liza son mucho más económicas. Por ejemplo, la del coordinador general de IU, Cayo Lara, cuesta 1.800 euros, es decir, un 87,5% menos que la del PSOE. Esto ocurre porque Lara se va a centrar mucho en Madrid y porque los hoteles agenciados por su formación no tienen tantas estrellas como los elegidos por quienes aspiran a no estrellarse. Por lo demás ya sabemos que la democracia es cara.