Últimos mítines para reflexionar unos contra otros

A reflexionar tocan unos contra otros. Mariano Rajoy llamó a los suyos en el cierre de campaña, en Huelva y en Madrid, a clausurar  “el paréntesis del gobierno socialista”, tan nefasto que su triunfo, el del PP, es el mejor mensaje que España puede dar a Europa, a los mercados y a la “prima de riesgo”. Eso dijo. Y como se siente presidente añadió con la mano en el pecho: “Será una tarea difícil, pero de ésta saldremos”.

Rajoy llamó a reflexionar a los cinco millones de parados, que, cuantitativamente han sido su principal argumento de campaña. La reflexión de estas personas ha de orientarse contra el Gobierno socialista, que, como ya sabemos, es el causante del desempleo y de los males y desgracias de este país, con independencia de que la española de fútbol haya ganado el mundial. Como ahora se trata de apelar al optimismo y a la esperanza (lo último que se pierde), Rajoy clamó contra el “voto del miedo” y gritó: “¡Os pido el voto de la esperanza!” La señora Aguirre, que se llama Esperanza, hizo una mueca de complacencia, y el señor Aznar, que asistió para que le aclamaran, pero no habló, fue la mueca propiamente dicha. Dicen que el único adversario  de Rajoy va a ser la magnitud de su éxito.

Luego ya, como hay que votar contra alguien, afirmó: “Esta gente nos ha dejado tiesos y arruinados” y manifestó que los libros de historia resaltaran “la cualificación profesional de algunas personas que estuvieron en el Gobierno de España”, es decir, su tancredismo e inoperancia. Para echarlos y enderezar el camino reclamó el apoyo de los partidos, los agentes sociales y los medios de comunicación. Luego afirmó: “Asumo el honor y la responsabilidad", como si las urnas ya hubieran hablado.

En la acera de enfrente, Alfredo Pérez Rubalcaba, pidió en Fuenlabrada el "voto útil" al PSOE para parar a la derecha e hizo saber que “cuando los progresistas fragmentamos el voto, nos debilitamos”. “Sólo un PSOE fuerte puede hacer frente a esta derecha de Rajoy”. Y a partir de ahí solicitó el voto contra el “monopartidismo del PP”. Con  su mensaje a la defensiva, un Rubalcaba voluntarioso e incansable –ha llegado a protagonizar seis mítines por día--, llamó a votar contra la derecha y las políticas de derechas. Mucho ojo con Rajoy, advirtió, porque su programa oculto será perjudicial para los trabajadores, los pensionistas y las personas dependientes. Eso dijo.

Para la reflexión queda el voto al PP porque los socialistas no han sabido gestionar la crisis y hace falta un cambio. Y también queda el voto al PSOE porque para estar peor de lo que estamos ahora habrá que remontarse a los tiempos venideros, y los socialistas son la mejor garantía contra los recortes sociales o, al menos, eso dicen. Además, en la izquierda hay otras opciones como IU-ICV y los nacionalistas de ERC, BNG y Amaiur, que si el reglamento en manos del probable nuevo presidente del Congreso, Jorge Fernández Díaz, promotor de la placa a sor Maravillas, no lo impide, darán bastante juego, casi tanto como UPyD, la nueva fuerza del centro progresista con la que hay que contar.

Bajo la llovizna del anochecer, los indignados se concentraron el viernes para reflexionar colectivamente en la Puerta del Sol de Madrid, bajo la atenta mirada y los bruscos modos de la policia de local a las órdenes de Gallardón. Así pues, a solas o en grupo, cada cual reflexione en libertad. Y si no se rebela o no lucha por lo que quiere o no se suma al cambio, no será porque, machaconamente, no se lo hayan dicho.