Solo Gómez y el PSM pueden incordiar a Rubalcaba, que pacta con Puig, el posible ganador en el PSPV

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Rubalcaba y Griñán, ayer, tras la celebración del Comité Territorial del PSOE en Oviedo. / J. L. Cereijido (Efe)

Los procesos congresuales en el seno del PSOE no terminan con el canto de La Internacional al final del correspondiente congreso federal, como el celebrado en Sevilla hace ahora un mes. A partir de ese momento arranca un meticuloso mecanismo que renueva completamente las estructuras orgánicas del partido, desde las cúpulas de las federaciones regionales hasta la dirección de la más pequeña de sus agrupaciones locales, un total de 4.000 en toda España. Es un complejo calendario que no terminará hasta finales de la primavera.

En el modelo orgánico del PSOE este mecanismo no es baladí. Al margen de la influencia del poder territorial en el conjunto del partido, con una estructura marcadamente federalista, del resultado de los congresos de la diferentes federaciones dependerá la composición definitiva del Comité Federal, el máximo órgano del partido entre congreso, que se encarga de fiscalizar y supervisar la gestión de la dirección así como aprobar las listas electorales. Los 250 miembros de este órgano – el número varía tras cada congreso federal – se reúnen al menos dos veces al año y en cada cita se generan vivos debates que, si derivan en críticas generalizadas, podrían censurar al secretario general y provocar su caída.

Este proceso se presume trascendente tras el resultado producido en el recientemente celebrado XXXVII congreso federal en el que Alfredo Pérez Rubalcaba ganó la secretaría general a su oponente, Carmen Chacón, por apenas 22 votos de diferencia entre casi mil votantes. Los delegados pusieron en evidencia que el partido estuvo partido por dos en esa ocasión. ¿Quedará reflejada esa partición en los congresos de las federaciones?.

De momento se han celebrado congresos en tres federaciones, en Castilla-La Mancha, en Baleares y en La Rioja. Solo en el primer caso no hubo pelea interna al elegirse a un único candidato, Emiliano García-Page, alcalde de Toledo, para ocupar la secretaría general de la federación con el 95,80% de los votos de los delegados. Sustituye en el cargo a José María Barreda. García-Page apoyó a Rubalcaba, pero su federación acudió dividida al congreso federal y con su anterior líder Barreda respaldando a Chacón. Sin embargo, hubo pacto de cara al congreso regional.

Ese consenso no se logró en los otros dos congresos. En Baleares Francina Armengol, que apoyó al nuevo dirigente del PSOE, logró imponerse con el 67% de los votos a un candidato “crítico”, Carles Bona, aunque no necesariamente alineado con Chacón. La representante de este sector, Aïna Calvo, no compitió. En La Rioja también hubo enfrentamiento entre dos candidatos con un resultado más ajustado: el diputado nacional César Luena, cercano a Rubalcaba, logró la secretaría general con el 55% de los votos frente a José Ángel Lacalzada.

Estos resultados, tranquilizadores para Rubalcaba y su equipo – que se volcó en estar presente en esto cónclaves – pueden no seguir en los congresos de federaciones como la madrileña y la valenciana, dos pesos pesados dentro de la organización por su número de militantes. El PSM celebra este fin de semana su congreso con dos candidatos que representan fielmente, a escala reducida, los esquemas previos al congreso federal. En el PSPV la situación es similar, aunque con características propias de la cuna de la familia de los Borja.

El líder del PSM, Tomás Gómez, alineado con Chacón, deberá competir con la ex diputada regional y concejala en Alcobendas Pilar Sánchez Acera, que cuenta con el apoyo de los sectores alineados con Rubalcaba y el “aparato” de Ferraz, la sede federal del PSOE. Todos los pronósticos conceden una mayoría a Gómez, aunque sin fijar por cuánto. En la elección de delegados al congreso federal el resultado fue de 55% para Gómez, mientras sus oponentes lograron el 45% restante.

La organización socialista de Madrid tiene el valor añadido de ser un referente principal para los medios de comunicación de difusión nacional. Esta peculiaridad da una mayor repercusión a lo que sucede en su seno en relación a su peso dentro del PSOE, inferior a federaciones como la andaluza, el PSPV o el PSC. Además, en el PSM militan no pocos dirigentes nacionales del partido. En consecuencia, los debates previos y el resultado están sujetos a un escrutinio especial, tanto de propios como de extraños.

En cualquier caso, el probable “revés” para Rubalcaba en Madrid no será una tragedia para el nuevo dirigente del PSOE. En la federación valenciana, el PSPV, donde el enfrentamiento entre varios contendientes está garantizado, hay aires de pacto. Un pacto con Ferraz, para tranquilidad de Rubalcaba y su equipo.

El candidato Ximo Puig, diputado nacional y alcalde de Morella, es firme aspirante a sustituir al actual secretario general, Jorge Alarte. El primero se alineó con Chacón, de quien fue uno de sus brazos derechos, mientras que el segundo estuvo con Rubalcaba y el aparato que representaba hasta el congreso federal José Blanco. Hay otros dos aspirantes a candidatos considerados menores pero que podrían condicionar el resultado: uno es Manuel Mata, alineado con Izquierda Socialista y cercano históricamente a Puig y sus aliados pero que exige una renovación; el otro es Francesc Romeu, un “outsider” subvencionado por Blanco  en los últimos tres años en una dirección general de Renfe que aportó 10 delegados a la victoria de Rubalcaba en Sevilla.

El esquema para Rubalcaba no es desfavorable. Fuentes fidedignas confirman a cuartopoder.es que el secretario general ha pactado un acuerdo con Puig a espaldas de Alarte. El actual secretario general del PSPV es ya un “valor amortizado” en estos momentos, a juicio del entorno de Rubalcaba donde no es considerado como una opción de futuro.

Sin embargo, dada la fragmentación entre las familias existentes en el PSPV y la complejidad de los acuerdos internos el resultado está en el aire, aunque Puig, que perdió hace cuatro años por 20 votos frente a Alarte, puede tener su oportunidad en esta ocasión si logra unir en torno a su idea de abrir el partido a la sociedad a un colectivo mayoritario. Leire Pajín y Ciprià Cicar están con él.  Pero gane quien gane – la decisión esta en manos de 525 delegados -  Rubalcaba no lo tendrá complicado en esta federación. De momento.

2 Comments
  1. Antonio says

    En el PSOE castellano-manchego hay muchos simpatizantes de Carmen Chacón que siempre han tenido muy claro que García-Page es el mejor líder que puede tener el PSOE regional. Lo uno no es incompatible con lo otro.

  2. gardenia says

    Menos mal que a Rubalcaba se le han aclarado las ideas. Lo de Alarte era de traca.

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