El Nobel de Economía Stiglitz: “Con el 25% de paro, España ha caído en la depresión”

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En primer plano, el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, ayer, durante su intervención en el I Congreso sobre Trabajo, Economía y Sociedad, organizado por la Fundación Primero de Mayo. En la mesa, entre otros, Ignacio Fernández Toxo y Rodolfo Benito, primero y tercero por la derecha, respectivamente / ccoo.es

Lo de España tiene nombre y se llama “depresión”. Con el 25% de la población activa en paro, uno de cada dos jóvenes sin trabajo, la economía en recesión y los salarios al nivel de los años ochenta, el premio Nobel de Economía, Joseph E. Stiglitz aplicó la palabra correcta a la situación y dijo el miércoles en Madrid que “la democracia es algo más que votar cada cuatro años, algo más que un voto un dólar, y parece llegada la hora de aplicar el Plan B, cuya clave está en la sociedad, en los sindicatos y en la movilización social”.

Que un Nobel de Economía como Stiglitz haya aceptado impartir una lección magistral en el salón de actos Marcelino Camacho de la sede de Comisiones Obreras tres horas antes de las marchas sindicales de protesta contra la política del Gobierno de Mariano Rajoy es todo un éxito de la organización sindical y especialmente de los promotores del Primer Congreso sobre Alternativas para una salida social a la crisis, que reúne durante tres días a 350 profesores, expertos y sindicalistas. El secretario general de CCOO, José Ignacio Fernández Toxo, abrió el acto afirmando que “hay alternativas” a los ajustes y la austeridad, pero será necesario que los jefes de Gobierno de la UE acepten el “pacto social” en el Consejo Europeo del 28 y 29 de junio y coloquen el empleo en el centro de la política.

Para el líder de CCOO no es de recibo que después de enterrar a Keynes y tras dos años de políticas de ajuste, de doctrinarismo ideológico y de una farfolla en la que el trabajo ha pasado a cuarto plano, estemos “peor que al comienzo de la crisis”. Para Toxo “Europa está mal parida y necesita refundarse; no es posible una moneda única sin fiscalidad europea y sin un Banco Central Europeo que opere como la Reserva Federal Estadounidense”. En este punto coincidió con el Nobel Stiglitz, exasesor de Bill Clinton y profesor de la Universidad de Columbia y de otros centros de enseñanza superior.

Había expectación por escuchar sus palabras. El salón sindical, con aforo para unas mil personas, se hallaba a rebosar. Stiglitz, que no habla castellano y fue traducido a intervalos, anunció: “El progreso está en peligro porque la estrategia de la UE está abocada al fracaso”. Conectó la crisis financiera con el miedo y el paro. Encadenó el paro con la marginación y la desigualdad. Y reclamó “un papel activo de los Gobiernos”, aunque, si como está ocurriendo, adoptan políticas erráticas y negativas, el resultado es “un sacrificio social insoportable y además inútil”. En su último libro, El coste de la desigualdad, que aparecerá próximamente en castellano, aborda el precio de la crisis sobe los asalariados.

¿Por qué es errática la política de la UE, aceptada por el Gobierno de Rajoy e impuesta a los españoles? “Porque ninguna gran economía ha salido nunca de la crisis con políticas de austeridad, y eso no nos da muchas esperanzas”, dijo el Nobel. “La austeridad sólo vale para pequeños países con muchos socios comerciales, y ese no es el caso de España. Los líderes europeos saben de sobra que no se sale de la crisis sin crecimiento y que el crecimiento es imposible con recetas de ajuste y austeridad. Hasta ahora todo han sido parches que no han servido para nada ni han creado confianza”, añadió.

Stiglitz abundó en que “el mal diagnóstico y la solución equivocada, con la reducción de la renta de las personas, los ajustes presupuestarios en los servicios públicos y la reforma laboral no ha hecho más que agravar la crisis. Cuando Alemania dice que Portugal, España, Irlanda, Grecia… están fatal, habría que contestar: pues antes de la crisis no lo estaban”. Aunque se mostró de acuerdo con las reformas estructurales, advirtió que los resultados llevan su tiempo.

En su análisis quiso dejar claro que “no ha habido voluntad política de tener una moneda fuerte y unitaria. Europa está lejos de la divisa única. Suprimió los tipos de cambio, no los sustituyó pensando que se equilibrarían por sí mismos, hizo otras leyes como la libre circulación de mercancías y personas –lo que permite que los hijos se vayan cuando el país está mal-- y actuó tarde y mal en el caso de Grecia. El fallo del euro es que no ha ido acompañado de una política unitaria, sino que es un estereotipo”.

Tras establecer la diferencia de funcionamiento entre la Reserva Federal de EEUU y los endebles mecanismos monetarios europeos que han permitido a los bancos actuar sin control en otros países, atiborrarse de deuda soberana y, finalmente, minar la confianza en el propio sistema bancario y por consiguiente en la deuda, expuso gráficamente el progresivo empobrecimiento de los países con bancos débiles a causa de la transferencia a los más sólidos, en este caso Alemania. “Una salida sería un sistema bancario común, pero los banqueros no lo quieren y han hecho todo lo posible para colocarse por encima de los Gobiernos”.

Para el Nobel norteamericano “si Alemania invirtiera, tendría efectos positivos para España; una expansión equilibrada de la inversión multiplicadora, con impuestos progresivos y un plan bien diseñado en materia educativa y de capital humano tendría un efecto extraordinario, porque el todo es más que la suma de las partes”. Pero para eso hay que utilizar herramientas como el Banco Europeo de Inversiones y dar crédito a las Pymes y financiar los servicios públicos esenciales. “En EEUU, dos tercios del gasto público es federal”, señaló. “Además hace falta algo parecido al Tesoro norteamericano, los eurobonos. Si el BCE tomara el dinero y lo prestara, facilitaría el crecimiento y el empleo. En cambio, el pacto de la austeridad es el pacto del suicidio”.

Sobre el comportamiento de Alemania, Stiglitz añadió que “cuando hay desequilibrios, es el país con superávit el que debe responder. Eso que se ha exigido a China, la UE no se lo exige a Alemania. No todos los países pueden tener superávit. Y con la receta de la austeridad no va a ser fácil que el euro funcione, entre otras cosas porque el 25% de paro es inaceptable. Si el euro sobrevive, lo va a hacer a costa de un gran desempleo y de un enorme sufrimiento. Y un cortafuegos no puede funcionar si se alimenta el fuego con queroseno”.

Dicho todo lo cual, el conferenciante consideró “innecesario y una catástrofe” el “dolor que están soportando los trabajadores españoles” y tras acusar a los jefes de la UE de aplicar medidas “inútiles y cortoplacistas con mucho bla, bla, bla”, añadió que “si es costoso descocer un huevo, también son costosísimas las instituciones de la UE, pero siempre hay vida después de la deuda y la devaluación; tenemos los mismos recursos que en 2008 y no hay razón para que la economía no funcione, así que frente a los planes erráticos, hay que apelar a la sociedad y a la movilización”. Grandes y prolongados aplausos, unas preguntas sobre lo antedicho y a la manifestación.

7 Comments
  1. Anton says

    Con la imposición del euro comenzó el desmantelamiento del Estado social, empezando por la apropiación ilegal de las empresas rentables y acabando por arruinar los salarios de los trabajadores. Pero esta gentuza capitalista es insaciable y voraz y ha montado su propia crisis contra los instrumentos de solidaridad social que hemos creado durante tantos años. ¡Hay que apoderarse de las empresas, echar a los banqueros y acabar con ellos antes de que acaben con nosotros!

  2. Aurora says

    De acuerdo con el Nobel: nos han empujado a la gran depresión, y la salida es la revolución.

  3. Ramon says

    Los malditos alemanes nos quieren llevar a otra guerra: desde la unificación y los Balcanes no han parado. La UE y el euro son una entelequia.

  4. Jonatan says

    Me temo que la gran mayoría ha estado de acuerdo o ha ignorado los desfalcos hasta ahora. Deshacer el camino parece una empresa demasiado hercúlea. ¿Revolución? Ya no hay de eso.

  5. Zaratustra says

    Obreros, convertíos en Bancos.

  6. José says

    Estaba cantado que el Marrullero Rajoy y su PPecracia fascista, no eran la solución, sino más de lo mismo. ¿Y ahora qué? Si la soberanía reside en el pueblo, que sea el pueblo quien decida. ¡Referedum ya!

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