Los comunistas ya no tienen rabo y cuernos; eso son los nacionalistas catalanes. Además de oler a rayos y azufre, estos nuevos demonios os van a quitar la pensión. No es el cronista quien lo dice, sino la dirigente catalana del PP Alicia Sánchez Camacho quien lo repite de mitin en mitin con un aplomo capaz de poner los pelos de punta a los jubilados. Ante las más de dos mil personas que acudieron a escucharla y ver a Mariano Rajoy en el pabellón comercial de las Arenas el martes, primer aniversario del triunfo electoral nacional, la candidata del PPC reiteró el mensaje de que “los nacionalistas secesionistas amenazan y ponen en riesgo las pensiones de 1.600.000 pensionistas catalanes”. Al advertir el desasosiego de algunos oyentes, amachabró: “¡Eso es verdad!”
Sentado a la izquierda del escenario, Rajoy suspendió el intercambio de confidencias con Esteban González Pons e hizo un gesto que desde lejos parecía de asentimiento y admiración. ¿Será verdad lo que está diciendo esta mujer? Si miramos los datos de la Seguridad Social, que ahora dirige el exdiputado del PP Tomás Burgos, enseguida vemos que Cataluña, que aporta cerca del 20% de la actividad y el empleo existente en España, posee un saldo negativo de 280 millones de euros entre lo que ingresa por cotizaciones y lo que gasta en pensiones.
Significa esto que si el nacionalismo secesionista consiguiese el objetivo de un Estado propio, con la consiguiente ruptura de la caja única de la Seguridad Social, tendría que hacer frente de golpe y porrazo al déficit mencionado para pagar las pensiones. La afirmación de la Camacho es cierta, aunque no sea nueva, pues el sistema de pensiones ya registraba un déficit de 260 millones en 2011 que, igual que ocurría y ocurre en Galicia, Castilla-La Mancha, Andalucía y Castilla y León, es compensado con el superávit de Madrid, Navarra, Baleares y Canarias. Una caja para todos y todos para una, ha sido el principio inveterado hasta el momento.
Los pensionistas catalanes a los que la candidata del PPC intenta meter el miedo en el cuerpo para que no voten a “los separatistas” de CiU y ERC son 1.609.456 y perciben una paga media mensual de 861,52 euros, 29 más que la media nacional, que está en 833,43 euros. Cobran algo más que los andaluces (1.424.153 personas), que reciben una paga media de 759 euros. Si Camacho no les llamó privilegiados, se pudo deber a que los pensionistas madrileños, que son 1.017.662 según los datos de la Seguridad Social a 31 de octubre, reciben 102 euros mensuales más que los catalanes, concretamente una media de 986,69 euros mensuales.
Aunque el cronista desconoce cuál será a estas alturas la rentabilidad del mensaje amedrantador –y falsario porque omite la parte catalana de los 65.000 millones de euros de la hucha de los pensionistas, en su 90% invertida en deuda del Estado--, debe suponer que la mercadotecnia electoral del PP la ha evaluado correctamente y habrá añadido además la circunstancia de que 200.000 de los 840.000 parados catalanes carecen de prestación alguna y han de sobrevivir con la ayuda de los abuelos. Sólo así se explica que, en contra del Pacto de Toledo de no utilizar las pensiones en campaña electoral, la candidata Camacho vaya metiendo miedo. Y que Rajoy asienta y le diga: “muy bien, Alicia”, mientras guarda silencio sobre si compensará o no los dos puntos de pérdida del valor de las pensiones respecto al IPC. Es el “tente mientras cobro”, que decía el vendedor al burro viejo que se caía de hambre.
Quienes suponen una burricie tan grande a los electores como para manejarles mediante el miedo, les están negando la capacidad de discernir entre separadores y separatistas, entre los promotores de la gresca -esas derechas (PP y CiU) agresivas e incapaces de dialogar y alcanzar acuerdos- y las fuerzas del diálogo, la concordia y el entendimiento. Y sería deseable que las urnas disipen la cretina suposición de que los electores votan con miedo y coloquen en su lugar a las derechas litigantes y dañinas que viven para mandar y crear problemas a costa de las pensiones y los impuestos a los que siempre pagan, los trabajadores.
Ni un voto a las derechas corruptas separatistas y a las corruptas derechas separadoras. Que se cuezan en su salsa podrida.