La estadística predice que las guerras civiles se reducirán a la mitad en 2050

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Jóvenes palestinos celebrando ayer, día 21, la tregua acordada entre el Gobierno de Israel y Hamas. / Oliver Weiken (Efe)

Puede parecer osado que, con el enésimo estallido del conflicto palestino, cuando los rebeldes del Movimiento M23 recrudecen su ofensiva en la República Democrática del Congo y  los talibanes que nunca acaban de irse, haya quien afirme que los conflictos que vive el mundo se habrán reducido a la mitad  en unas décadas. Pero eso es lo que dicen los números. En concreto, una serie de simulaciones estadísticas que prometen un planeta más pacífico en 2050.

Si en 2009 el 15,1% de los 169 países analizados sufrían algún conflicto interior, en 2050 sólo serán el 7,1%. En cuanto a los grandes conflictos (aquellos en los se producen más de 1.000 muertos en un año), la cifra pasará del 3,5% actual al 1,6%. El envejecimiento de la población, la drástica reducción de la tasa de mortalidad infantil y el efecto pacificador de la educación serán los tres principales vectores de la paz. Esas son al menos las conclusiones de un grupo de investigadores de la Universidad de Oslo y el Instituto de Investigaciones para la Paz también de la capital noruega que han aplicado la estadística para dibujar los escenarios más probables de guerras civiles y conflictos interiores del futuro. El trabajo aparecerá en la próxima edición de International Studies Quarterly.

"El número de conflictos se está reduciendo. Esperamos que esta caída se mantendrá. Predecimos una reducción continuada en el número de conflictos en los próximos 20 años. Los estallidos con un alto grado de violencia, como el de Siria, serán cada vez más raros", explica Håvard Hegre, director de la investigación, en la revista científica Apollon.

Por regiones geográficas, las mejor paradas serán Europa y América. A partir de 2030, no habrá conflictos incluso en países como Colombia o Perú donde siguen golpeando hoy en día. Donde la mejoría será más destacada será en África del Norte y el Próximo Oriente, con un descenso de la conflictividad de dos tercios. Le siguen Oriente Medio y los países de Asia más al este. La zona con un mayor número de conflictos será el África Subsahariana, en especial el centro y este del continente negro.

En cuanto a las previsiones por países, en los próximos años veremos desaparecer el conflicto en Sri Lanka, Ruanda, Etiopía o Argelia. En la mayoría de los escenarios dibujados por la estadística, los conflictos en Afganistán y Pakistán seguirán pero muy reducidos. Sin embargo, dentro de 40 años, sociedades como la india, la nigeriana o la tanzana podrían ver agravados sus conflictos. Incluso habrá zonas donde hoy no hay problemas pero sí los habrá en el futuro. Entre estas aparecen Mozambique, Kenia, Burkina Faso, Camerún o la gran potencia emergente, China.

Para adivinar este futuro, los investigadores han tirado de estadística. Su simulación se basa en un modelo estadístico en el que el conflicto está determinado por un conjunto de variables que, a su vez, dependen del historial conflictivo de cada país y de sus vecinos. La tasa de mortalidad infantil es una a las que más peso otorgan. Para los expertos, este dato muestra el desarrollo de una sociedad mejor que el PIB o las exportaciones. Otros predictores para realizar sus simulaciones han sido el progreso de la educación, la existencia de petróleo en la zona o la conflictividad en los países vecinos. La mayor parte de los datos proceden de la ONU. Pero extraña que no contaran con la economía, la religión, la raza o la voluntad política como variables.

"Cuando la unidad de análisis es el país, como en este modelo, la única de esas otras variables realmente robusta para estudios de este tipo es la composición étnica, que incluímos en nuestro modelo. Nos dice si hay una dominante y al menos un grupo étnico minoritario pero relevante en el país. En esos casos, aunque también suele haber fracturas religiosas, la variable religión aporta poco a la predicción", sostiene Hegre en un correo electrónico.

Aún así, fenómenos políticos como la Primavera Árabe les han pillado a contrapié. Antes de las revueltas democratizadoras, su proyección de reducción de conflictos era del 5%. Pero las revoluciones árabes la han elevado al  7,1%. El factor político ha debilitido la correlación entre desarrollo socioeconómico y la ausencia de conflictos. Por eso, están revisando el modelo para introducir la variable de los procesos democratizadores.

Los autores del trabajo idearon nueve escenarios diferentes, realizando unas 2.000 simulaciones sobre cada uno, haciendo después una media con los resultados. Para comprobar la validez de su modelo, lo aplicaron al período de 2001-2009, basándose en datos históricos desde 1970 para establecer el valor de cada variable. Sus predicciones coincidieron hasta en un 80% con lo sucedido en la realidad. Por su supuesto, se trata de probabilidades, lo que deja un buen margen a la incertidumbre y la propia acción humana.

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