Gran 'eficacia' del SEPE: medió en 22.000 de los 13,8 millones de contratos laborales

La riada de euforia desbordada por los 98.000 parados menos en el mes de mayo contrasta con la ineficacia de los servicios públicos de empleo, ya dependan del Gobierno eufórico o de las autonomías. Resulta que, según los datos oficiales, las Oficinas del Servicio Público de Empleo (SEPE) solamente intermediaron en 22.000 de los 13,8 millones de contratos que se realizaron en 2012. Este grado de eficiencia ha llevado a la dirigente de UPyD, Rosa Díez, a pedir cuentas al Ejecutivo sobre la utilidad del llamado Instituto Nacional de Empleo (INEM), un organismo al que ya miles de parados de todas las edades prefieren no acudir como demandantes de empleo.

Ante esa euforia gubernamental por el aumento de la contratación estacional y a tiempo parcial que se produce cada año en el segundo trimestre y que lleva al cronista a recordar la amarga queja de Celestino Corbacho en 2010, cuando era ministro de Trabajo: “El único mes que podía dar una buena noticia sobre la bajada del paro, sale Sebastián y me la eclipsa con el cierre de Garoña”, vale preguntar cuál ha sido la aportación de los servicios públicos de empleo a esa contratación, aunque sea temporal.

Resulta que en las Oficinas del Servicio de Empleo –el antiguo INEM para entendernos–, trabajan 22.000 empleados. Resulta que además los funcionarios del Ministerio de Empleo percibieron 376.594,36 euros el ejercicio pasado por horas extras para “servicios extraordinarios”. Resulta que desde que empezó la crisis, el Ministerio de Trabajo y ahora de Empleo, ha pagado casi dos millones de euros en horas extras a dichos funcionarios. Y resulta finalmente que la intermediación directa en la contratación arroja la cifra antes señalada de 22.000 contratos el último año, bajo la “eficaz” gestión de los gobernantes del PP.

Mientras espera de la explicación de la ministra de Empleo sobre la eficiencia del servicio público de empleo, en contraste con las cifras de colocación de las empresas de trabajo temporal (ETT), Díez añade otro reproche a la ministra Fátima Báñez. Les cuento: la onubense Báñez escenificó días atrás con su homóloga alemana, Úrsula von der Leyen, un acuerdo que “otorga las garantías necesarias para que 5.000 españoles acudan cada año a trabajar al país germano”. Todo fueron aplausos y parabienes. Lógico. Cincomil empleos, aunque sea en Alemania, no es grano de anís en la vigente penuria del “ejército de reserva juvenil”.

Luego resultó el comunicado oficial emitido por las autoridades alemanas no consignó cifra alguna relativa al compromiso del contingente de “estudiantes o aprendices españoles”. Ni garantía para cinco mil, ni para mil ni para un solo aprendiz español. Lo único que el Ministerio de Trabajo alemán dijo en su texto es que necesita unos 30.000 aprendices y que cualquier joven de la Unión Europea puede ocupar los puestos que ofrecen. En definitiva, que tampoco parece que el INEM vaya a servir de mediador en este caso para cubrir esa demanda y más vale acudir a los consulados germanos a informarse e inscribirse que esperar algo de tan eufóricos gobernantes.