Defensa dice que el 'síndrome afgano' afecta a los militares españoles cuatro veces menos que a los marines

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Soldados españoles, durante la 'Operación Almazak' contra la insurgencia, llevada a cabo en Afganistán el pasado mes de marzo. / Ministerio de Defensa

Ni Afganistán es Vietnam ni los soldados españoles son tan flojos como los marines estadounidenses y la tropa inglesa. Parece ser que nuestros militares tienen la cabeza mejor amueblada y reciben mejor trato, de modo que el “síndrome afgano” les afecta mucho menos. Lo dice nada menos que el Gobierno y se lo asegura el ministro Pedro Morenés al portavoz de Defensa de CiU, Jordi Xuclá, para que no se tome muy en serio las confesiones de algunos soldados sobre las dolencias veniales contraídas durante la misión humanitaria en el país asiático.

Para demostrar la escasa incidencia del “síndrome afgano”, Morenés asegura que “el porcentaje de Trastorno de Estrés Postraumático (TEP) en los militares españoles que han estado en zona de operaciones tiene una incidencia menor al 1%”, lo que significa que apenas un centenar de los 10.000 soldados que han pasado por Herat y Qala i Nao desde 2005 sufren secuelas psicológicas tras los ataques y las heridas. El porcentaje es cuatro veces menos del 5% reconocido por los británicos y confirmado por un análisis independiente de salud mental al que se sometieron 820 militares. Los norteamericanos admiten un porcentaje similar de esa afección debilitante, con sus secuelas de depresión, ansiedad y abuso del alcohol y las drogas.

Lo que ocurre, según Defensa, es que los ejércitos que despliegan un número muy elevado de personal en sus operaciones, con un tiempo de rotación más largo –a veces, de 12 meses o más-- presentan un porcentaje más elevado de TEP. Además, las características del despliegue son muy diferentes. Hemos de tener en cuenta que los españoles no han estado en la primera línea contra los talibanes y rotan cada cinco o seis meses.

Otro factor positivo es que los soldados españoles están sometidos a evaluaciones de salud mental antes, durante y después de las misiones y tienen psicólogos sobre el terreno. Y luego está el “pater”, que aporta consuelo espiritual. El plantel de 85 capellanes en el Ejército les permite rotar. Estamos hablando de sacerdotes católicos, pues como aclara Morenés a la diputada Rosa Díez, “en el Ministerio de Defensa no hay presupuesto para la cobertura de gastos de otras confesiones religiosas”.

En definitiva y para que sus señorías se centren en los grandes problemas, el paro, las pensiones, la enseñanza, y se olviden de un asunto tan nimio como el “síndrome afgano”, Defensa ponen de relieve con su porcentaje que no todos los que han visto morir a sus compañeros en ataques y atentados –desde 2005 han muerto 100 militares destinados en Afganistán, 79 de ellos en accidentes aéreos-- o han sido heridos –86 muy graves, según datos oficiales-- padecen síndrome postraumático.

Sobre el esmerado trato que se les dispensa, Morenés asegura que “reciben los cuidados médicos y psicológicos precisos”, y que “existe normativa que regula la continuidad en las Fuerzas Armadas en los casos de personal traumatizado en operaciones”. Esto le permite decir a Rubén, un soldado de Albacete que en 2007 tenía 19 años cuando perdió una pierna en un atentado cerca de Herat: “Sigo siendo un soldado”. Otros compañeros heridos leves se han largado del Ejército pero no consiguen olvidar a sus compañeros muertos. Y otros con una incapacidad superior al 50% todavía esperan que les reconozcan de un modo efectivo como víctimas del terrorismo y se les equipare la paga.

13 Comments
  1. Rojo says

    «Lo dice nada menos que el Gobierno…» Ja, ja, como si tuviera alguna credibilidad. ¿Por qué no explican esos jichos las razones por las que vamos a ser los últimos en salir de Afganistán?

  2. Arruga says

    Son unos putos cínicos. ¿Por qué no preguntan el tratamiento que hicieron a los que vieron a sus compañeros destrozados y carbonizados en el Cougar?

  3. Quino says

    ¿Por qué no dicen, señores periodistillas, que los más curtidos y mejor preparados para enfrentarnos a situaciones límite y superar los traumas y los recuerdos más desgarrados enriquecemos a la Guardia Civil con nuestra preparación y experiencia al servicio de la sociedad española? Ustedes ven solo lo negativo, pero también hay muchas cosas positivas en las misiones internacionales de seguridad, se lo aseguro.

  4. Opinión says

    La guerra es una canallada de políticos ladrones, opulones y cabrones. Será por eso por lo que veo lo contrario que el hidalgo manchego y tomo por rebaños los ejércitos.

  5. Danilo says

    Yo soy ecuatoriano y después de casi un año en Afganistán no me han renovado el contrato. Será pr si tengo síndrome?

  6. Danilo says

    Se me olvidaba: sobrevivo con lo que saca mi hermana limpiando casas. Trabajaba en el Carrefour, pero cuando cambió el Gobierno de ustedes dieron orden de no renovar a los extranjeros. Eso debe ser así en todos los sitios donde hemos buscado, yo en empresas de seguridad y ella en el comercio. Yo juré dar la vida por la bandera española, ¡no sé si me entienden!

  7. yateoyi says

    El síndrome afgano lo tenemos muchos ¿ qué hacemos con un ejercito mientras aquí a la gente le falta la comida ? y ¿ además fuera de nuestras fronteras ?

  8. En zona says

    El pater¡¡¡ Ese solo le sirve a los creyentes…. y no siempre.
    Aquí los que te ayudan son las familias (que son psicologos, confesores y sufridores) y los compañeros…. que hacemos piña y nos ayudamos cuando alguno esta mal animicamente. El resto… solo para la foto.

  9. rata says

    los militares españoles no estan en primera linea te podria decir hasta 4 ocasiones en las que casi me vuelan el culo en fagnistan darreh ye-bum… ignorantes

  10. Lilu says

    Como explicar lo que siento al leer este artículo…. Es una pena que los periodistas os creáis las mentiras que salen por la boca de los políticos, el día que un periodista se atreva a indagar para averiguar la realidad de esta guerra, y por encima de todo la verdad, solo en ese momento se hará justicia de las cicatrices que deja la guerra de Afganistán. Por qué no nos olvidemos que hablamos de vidas humanas.
    Te aseguro que sí hay cicatrices de esta guerra injustificada, porqué ese es uno de los problemas que existe, es una guerra injustificada. Desgraciadamente he vivido el trágico final de un militar que volvió de esta guerra el año pasado, y como el de él deben de haber más casos, pero ni rastro de ellos, son unos sinvergüenzas por tapar esta realidad, por tapar deficiencias internas que llevan al final de muchos.
    Morenés asegura que “reciben los cuidados médicos y psicológicos precisos”. Esto no es cierto, no se les hace ningún tipo de seguimiento cuando llegan. Únicamente para cubrirse las espaldas cuando llegan les dicen si quieren ser visitados por un psicólogo, es totalmente voluntario, y como es de esperar, ya que ellos son educados como máquinas invencibles, y se les enseña que ellos no deben pensar sino que deben actuar, obviamente niegan esa ayuda. Y no sólo por lo que comento, también por el hecho que a los tres días de su llegada no se detecta ningún síntoma aparente. Por favor, buscad datos sobre este tema, buscad el número de soldados que se les desarrolla cualquier tipo de trastorno mental a causa de lo que viven ahí, buscad los números de personas que mueren por suicidio a causa de esta guerra.
    Me siento muy triste después de todo lo que he vivido, y solo puedo desear que en cuanto me vuelvan las fuerzas para seguir adelante pueda intentar sacar a la luz toda la verdad.

  11. stark says

    Lilu me gustaria contactar contigo.
    630905392

  12. Starck says

    Hola Lilu este es mi mail.
    malova@terra.com

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