Rajoy no renueva los aviones oficiales por el 'qué dirán…'

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Operarios trabajando en el avión Airbus A310 de la Fuerza Aerea española en el que la reina Sofía retornó a España el pasado viernes. / Efe
Operarios trabajando en el Airbus A310 de la Fuerza Aérea española en el que la reina retornó a España el viernes. / Efe

En apenas cuatro meses, los aviones del Ejército español han sufrido diversas averías que han afectado tanto a los desplazamientos de la familia real como a los del propio presidente del gobierno, Mariano Rajoy. El motivo de tantos problemas en tan poco tiempo no es otro, según han asegurado fuentes gubernamentales a cuartopoder.es, que la avanzada edad de nuestra flota. Y la solución pasaría por "renovar la flota y comprar aviones nuevos". Sin embargo, la dificultad estriba, según estas mismas fuentes, en que comprar esos aviones no estaría bien visto por buena parte de los españoles, que sufren los recortes y las apreturas de la difícil coyuntura económica que atraviesa España desde que estalló la crisis.

La decisión política de no renovar la flota aérea por el  momento está tomada en Presidencia del Gobierno, aunque el ministro de Defensa, Pedro Morenés, está  elaborando un informe sobre el coste de una hipotética renovación. Lo que sí se va a acometer es una intensificación de las revisiones rutinarias que se le realizan a los aviones del Ejército español y, en especial, en los que se destinan al transporte de autoridades, para tratar de evitar los sucesivos incidentes que se han venido produciendo en los últimos meses.

La última avería en los aviones del Ejército que se utilizan para los desplazamientos oficiales de la familia real y de los miembros del Gobierno, obligaba a la reina Sofía  a aterrizar recientemente con tres horas de retraso en la base aérea de Torrejón por un fallo en el sistema de ayuda a la frenada del Airbus A-310 en el que viajaba. Otro aparato, idéntico al que utilizó la reina para su viaje oficial a Guatemala, ya ha obligado en dos ocasiones a modificar los viajes del Príncipe, Felipe de Borbón, por diversos fallos en el aparato. Primero, el Príncipe tuvo que cancelar un viaje a Brasil, y, poco después, sufrió un retraso de ocho horas por otra avería.

También ha sufrido en sus carnes los "achaques" de nuestra anticuada flota Mariano Rajoy, quien tuvo que regresar a Dublín, donde había asistido a un Consejo Europeo poco después de despegar, por otra avería, en este caso en un Falcon. Rajoy, además, tuvo en su momento que pedir un avión prestado a Bélgica para poder regresar a España.

Fuentes de la presidencia del gobierno consultadas por este diario se muestran convencidas de que "no serán los únicos incidentes... habrá más, porque nuestros aviones tienen ya sus años y están empezando a salirles todas las averías". Estas mismas fuentes dicen ser conscientes también de que estos continuos incidentes en viajes internacionales "no dan una imagen muy buena de España, ni de la marca España", pero lo que más pesa en esta ocasión para el gobierno de Rajoy no es la imagen que se proyecta hacia el exterior, sino la mala imagen interna, "lo que pensarían los españoles si ahora nos ponemos a comprar aviones más modernos para los viajes oficiales...". Conscientes de que existe un malestar generalizado de los ciudadanos, que se focaliza en  los políticos y las formas de hacer política, en el entorno de Rajoy prefieren seguir alargando la vida de nuestros aviones antes que comprar aparatos nuevos que puedan ser considerados un "dispendio" por la ciudadanía.

De hecho, el Ministerio de Defensa, que ha sido uno de los más perjudicados por los recortes aplicados en los presupuestos ministeriales, no compra más material que el que ya tenía comprometido por contratos adquiridos previamente. Ni siquiera se interesa por los precios de saldo, como ocurrió durante el traspaso de poderes del equipo de José Luis Rodríguez Zapatero a Mariano Rajoy. Entonces, desde EE.UU ofrecieron a España ciertos efectivos militares a precio de auténtico saldo y el gobierno saliente decidió consultarlo con Mariano Rajoy. Pero éste se negó a que se comprase ni una pieza, porque entendió que España no estaba para permitirse ni la compra de "gangas". Ahora, dos años después, España sigue teniendo apuros económicos, aunque menos que entonces. Pero sus gobernantes no pueden permitirse el desgaste en su imagen que creen que les produciría la compra de nuevos aparatos.

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