11 colectivos piden a las universidades que dejen de ser cómplices de abusos laborales con los becarios

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Momento en que medio centenar de estudiantes irrumpió en el IX Foro de Empleo que la Univerdad Complutense de Madrid, la Universidad Politécnica y la UNED celebraron en octubre de 2014. / oficinaprecaria.org

“No más becas por trabajo”. Con este lema, el colectivo Oficina Precaria lleva cerca de dos años denunciando los abusos laborales que sufren los jóvenes beneficiarios de becas universitarias. A pesar de los casos que han salido a la luz pública, como los despidos de becarios en la Cadena SER, no ha sido suficiente para cambiar el rumbo de la política de becas. Por ello, quieren dar un paso más. La iniciativa ahora, organizada por colectivos estudiantiles en colaboración con la Oficina Precaria, consiste en solicitar formalmente una reunión con las autoridades universitarias. Encuentro en el que expondrán sus reivindicaciones concretas y que han sido adelantados en una carta firmada por 11 organizaciones. “Las becas de formación no pueden ser una forma de subempleo juvenil y las universidades no pueden ser cómplices de estos abusos”, destaca un comunicado. Por ello, solicitan un encuentro antes del 31 de marzo “para conseguir un entendimiento con los responsables de firmar convenios de formación con las empresas”.

Según explica a cuatopoder.es María Montero, una de las portavoces de Oficina Precaria, la carta se ha enviado ya por registro en varias facultades. Esperan que sean posibles las reuniones. “Nuestro objetivo es que se lleven a cabo las reivindicaciones que tenemos, que buscan hacer que la Universidad garantice los derechos de los estudiantes y no fomente un modelo de precariedad juvenil muy dañino, además en el contexto actual. Pensamos que lo más lógico es que se sienten a hablar, si no lo hacen iniciaremos un ciclo de movilizaciones”, explica.

La carta realiza un análisis de la situación y expone varios peticiones concretas. “Hemos constatado que la figura del becario es usada para sustituir sistemáticamente puestos de trabajo, forzando a los becarios a desarrollar trabajo sin el reconocimiento de los derechos reconocidos por un contrato laboral mientras que no se cumple el objetivo teórico de las becas de desarrollo de una formación efectiva. Entendemos que las instituciones universitarias tienen la capacidad de forzar en la redacción de esos convenios una serie de buenas prácticas que garanticen los derechos formativos del becario así como la compensación justa por su trabajo. La universidad no debería ser cómplice de los abusos empresariales sino garante del contenido formativo de las prácticas”, describe el texto.

Las reivindicaciones concretas que se incluyen son los siguientes:

1. Adaptación de los planes de estudios para que los estudiantes puedan conciliar clases y prácticas. Entre otras medidas, se exigen la elección de horarios y turnos distintos, así como las evaluaciones no presenciales.

2. Limitación de los convenios de prácticas con las empresas sancionadas por Inspección de Trabajo durante un periodo que corresponda al nivel de la infracción.

3. Limitación de horas por convenio de prácticas, es decir, horas totales máximas de la práctica que desarrolla el estudiante a lo largo de todo el periodo.

4. Publicidad de los detalles de las becas en los convenios y en las ofertas de los servicios de empleo de las universidades. Deberán incluir los objetivos de formación a completar, así como la cuantía de la remuneración.

5. Limitación del número de prácticas curriculares en empresa: sólo un convenio por plan de estudios. Sucesivamente, se deberán aplicar otras formas que reconozcan la relación laboral entre estudiante y empresa.

6. Rotación del becario entre los diferentes puestos de la empresa que se correspondan con su titulación, para que las prácticas sirvan a un aprendizaje real.

7. Obligatoriedad de un salario económico que compense el coste de oportunidad de mantenerse fuera del mercado laboral durante la realización de las prácticas.

8. Prohibición de que el número de becarios suponga más del 5% del total de la plantilla, o el número de uno en empresas de menos de diez trabajadores.

También consideran prioritario “establecer mecanismos de control periódico de que la vertiente formativa de las becas se está desarrollando correctamente, así como mecanismos sencillos y con garantías por los que el estudiante pueda denunciar a la universidad el incumplimiento de las condiciones de su beca por parte de la empresa”.

La Oficina Precaria y los distintos colectivos universitarios firmantes (A.U. Contrapoder, Colectivo Rise Up, Colectivo de Estudiantes de Madrid, UEP-EI . A. U. Carlos Marx, A. U. Conciencia, Attac UC3M, Asociación La Caverna, Tiempos Modernos y A.U. 1º de Mayo) seguirán realizando actos informativos y reivindicativos. “Si no quieren reunirse es que no tienen ninguna inclinación por resolver los problemas”, afirma Montero. “No deja de ser todo parte de una misma política que es hacer el acceso a la universidad y al empleo para élites”, añade. Su trabajo sigue y asegura que tras la regularización hace un mes de 30 becarios, han aumentado mucho las personas que se dirigen a la Oficina Precaria buscando apoyo para solucionar sus situaciones.

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