Bescansa: “IU no es la fuerza contra la que competimos en estas elecciones”

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Carolina Bescansa, en la sede de Podemos, antes de la entrevista con cuartopoder.es / Miguel Muñoz

Integrante del grupo promotor de Podemos desde el comienzo y del Consejo Ciudadano Estatal, ostenta también las secretarías de Análisis Político y Social, Programa y Proceso Constituyente. Estos dos últimos cargos se le asignaron tras la salida de Juan Carlos Monedero de la dirección. Es socióloga de formación y profesora de Metodología en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid. Carolina Bescansa (Santiago, 1971) afronta ahora la campaña electoral para las generales como número 2 de la candidatura de Podemos en Madrid. Recibe a cuartopoder.es horas antes del inicio oficial de la campaña en una sede del partido que es un ir y venir de gente. Lo hace en su despacho junto a Diego, su hijo pequeño, con el que pasa el mayor tiempo posible pese a tener que compaginar su trabajo político.

Han puesto en valor la participación en la elaboración del programa. ¿De qué se siente más satisfecha en el proceso?

Estoy muy satisfecha de haber puesto en marcha el proceso de elaboración programática más participado de la historia posiblemente de Europa e incluso de los mayores en el mundo. No solamente porque hemos conseguido vincular a expertos, a organizaciones de la sociedad civil o a gente interna de Podemos sino que además hemos logrado incorporar a centenares de miles de personas que han participado a través de herramientas telemáticas y asambleas presenciales en esta elaboración. Quizás una de las cosas más bonitas en el resultado es que la propuesta más votada de entre todas fue una formulada desde Plaza Podemos. Esta propuesta plantea que se permita la revocación del mandato de presidente del Gobierno cuando éste incumple de manera sistemática su programa. No haría falta una mayoría en el Congreso sino un determinado número de diputados, que no llegan al 50%, junto con el 15% de firmas del censo electoral para poner en marcha un referéndum revocatorio. Que esa medida haya sido puesta por la gente encima de la mesa nos tiene que hacer pensar qué significa la democracia hoy, estar en las instituciones e intentar llevar la voz de la gente al ámbito institucional. Sí se puede hacer.

"Estoy satisfecha de haber puesto en marcha el proceso de elaboración programática más participado de la historia de Europa e incluso de los mayores del mundo"

— ¿Cuáles considera que son las medidas más relevantes del programa? ¿Qué es lo más potente en el programa de Podemos?

— Lo que estamos planteando no es la modificación de medidas concretas en nuestro país. Planteamos la construcción de garantías constitucionales que conviertan en derechos constitucionalmente garantizados lo que son sólo promesas electorales. Las garantías son convertir derechos sociales como la vivienda, la lucha contra la pobreza energética o la sanidad y educación en garantías constitucionales. La modificación del sistema productivo, que es la única forma de que baje la tasa de paro, implica acometer medidas estructurales que cambien este modelo. Los gobiernos no han acometido estas medidas. Hemos llegado hasta hoy en un país donde se compite siempre salarialmente a la baja, donde se ponen muy pocos ladrillos y queremos empezar a competir por las gamas altas o la tecnología. Queremos garantías constitucionales que permitan a la gente saber que tienen acceso a una justicia que funciona, no colapsada y no politizada. Garantías que permitan el derecho a decidir y garantías de permitan que el voto de todos valga lo mismo. Finalmente, garantías que permitan poner definitivamente un cortafuegos a la corrupción en este país, que es la carcoma que explica la descomposición del actual sistema de partidos y el estado de las cosas en que estamos.

— Señaló en una entrevista Pablo Iglesias que pensaban al principio que se podía ir más rápido y algunos cambios necesitan más tiempo. ¿Cree que la sociedad no está preparada para ciertos cambios que Podemos planteaba en las europeas y ahora no?

— En absoluto, yo creo que el cambio en el ámbito político-institucional llega con mucho retraso en relación al cambio social. La mayor parte de las reivindicaciones estaban ya presentes en las calles hace 4 años y han tardado mucho tiempo en cristalizar en una forma organizativa que permita entrar en las instituciones. No creo que vayamos por delante de la gente.

— ¿A qué se debe entonces la retirada de ciertas medidas del programa inicial? Por ejemplo, el proceso constituyente. ¿Se ha dejado de lado?

— Creo que no ha habido abandono de la idea de modificación del marco constitucional. Lo que ha habido es que el resto de actores, incluido el PP, se ha sumado al discurso del cambio constitucional. Lo cual está bien porque quiere decir que de nuevo vuelve a ocurrir que lo que Podemos dice, y en un primer momento es recibido con grandes gritos de espanto e indignación, al cabo de 6 meses se convierte en moneda de cambio en las tertulias. Y al cabo de un año parece un consenso transversal. Si garantizar por vía constitucional los derechos sociales, el cambio de modelo productivo, el funcionamiento de la justicia, el cortafuegos para la corrupción, el derecho a decidir o la igualdad del voto se llama proceso constituyente o cambio constitucional, francamente nos da igual. No hay que ser fetichistas con los términos. Si lo que nosotros planteamos hay quien quiere llamarlo reforma constitucional, no nos duelen prendas. No vamos a plantear o poner en cuestión la inviabilidad de la transformación política por el hecho de que queramos preservar el término. Es muy recomendable un texto de Javier Pérez Royo, La reforma constitucional inviable, sobre la reforma constitucional y qué es lo que significa abrir un proceso de cambio constitucional, llamémosle reforma o proceso constituyente.

— Otra de las medidas que tampoco se contempla y sí estaba al principio es la nacionalización de sectores estratégicos. Dijo Iglesias que estas medidas eran excepcionales. ¿Por qué no se incluye ahora y antes sí?

"Si no hubiese manera de razonar con las empresas energéticas para que entiendan que deben tener un compromiso contra la pobreza energética, tendríamos que hablar de la desprivatización"

— Sí se incluye. La lucha contra la pobreza energética está en el Plan de Rescate Ciudadano y el programa. La garantía de pobreza energética está de manera expresa. Para garantizar esto ni siquiera hay que modificar el marco normativo porque la Constitución de 1978 avala la posibilidad de intervenir las empresas estratégicas para garantizar que todo el mundo tiene calefacción y luz en su casa. No es una cuestión de cambio normativo sino de voluntad política. En este sentido no hemos cambiado de voluntad política ni medio milímetro. No me gusta decir nacionalizar sino desprivatizar porque esas empresas fueron públicas durante mucho tiempo, hasta el primer Gobierno de Aznar con CiU. Fue esa coalición la que se encargó de privatizar lo que había sido de todos hasta 1998. La mayor parte de la historia de esas empresas es pública. Si llegados a un punto no hubiese manera de razonar con esas empresas y que entiendan que deben tener un compromiso contra la pobreza energética, que yo creo que lo entenderían, tendríamos que hablar de la desprivatización para que volvieran a su cauce natural.

— Hablan en las últimas semanas de remontada. ¿Quiere decir eso que reconocen que en algún momento Podemos ha perdido su fuerza?

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Bescansa, en la entrevista con cuartopoder.es / M. M.

— No creo que hayamos bajado en fuerza. Pero sí cambió el ambiente. Eso lo noté. Los datos que nosotros tenemos nunca han reflejado lo que se ha ido publicando. También es cierto que en este país las empresas de encuestación están más alejadas del trabajo de expresión de lo que hay. Están más orientadas a un trabajo de construcción de lo que quiere haber. Más allá de lo que dijeran los datos, creo que hubo un cambio de clima que se produjo fundamentalmente a partir de la última semana del mes de agosto. De manera simultánea se empezó a escuchar desde muchos ámbitos diferentes hablar de una caída de Podemos que nosotros nunca vimos en los datos pero sí en el clima. Ocurre que se van acercando los comicios, muchas de las empresa que publican encuestas no viven de los medios de comunicación sino que lo hacen de empresas del sector privado. En la medida que quieren mantener sus cuotas de mercado no quieren fallar en el resultado. Por eso yo creo que en las próximas semanas lo que vamos a ver es todo el rato encuestas que hablan de cambios en la intención de voto de entre 5 y 10 puntos en una semana. Una cosa que cualquiera que se dedique a la sociología electoral, o vaya a un bar, sabe que no ocurre. No existen dos millones de personas que en una semana eligen su voto y a la siguiente lo cambian en sentido contrario. Pero vamos a ver en los medios esa remontada de la que hablamos.

— ¿No cree que las encuestas y los sondeos influyen demasiado en la vida política? ¿Hay una especie de obsesión?

— Completamente de acuerdo. De hecho los americanos, que en esto nos llevan siempre tiempo de ventaja, han bautizado este fenómeno como el efecto 'carrera de caballos'. Siempre se ha hablado de otros efectos de las encuestas y ahora se han inventado uno nuevo. Ocurre que las encuestas cobran tanto protagonismo durante la campaña que los medios de comunicación y los propios partidos dejan de hablar de qué es lo que proponen para ganar las elecciones y toda la campaña se basa en quién va ganando. Entonces es como una carrera de caballos donde hay adelantamientos y así se van pasando las semanas sin que se hable de nada más salvo de quién va primero. Esta campaña es terrible en ese sentido. Está siendo tremenda y espero que las próximas semanas nos deparen un poco de espacio para poder explicar cómo queremos cambiar el país.

— ¿Qué opina del proyecto de Ciudadanos? ¿Puede que exista parte del electorado que esté dudando entre votar a Podemos o al partido de Rivera?

"Ciudadanos viene a continuar por otros medios las políticas fracasadas del Partido Popular"

— Ciudadanos yo entiendo que representa para mucha gente una expresión de que las cosas tienen que cambiar. En ese sentido entiendo que el viejo electorado de la derecha española, asqueado ante las prácticas del PP, busque refugio en una nueva formación que se presenta más limpia. Ahora bien, más allá de eso la cuestión es ver qué modelo de país nos proponen. Cuando alguien en este país, con este nivel de precariedad y de paro, propone el contrato único, creo que no hace falta ser un experto en economía para saber a qué se está refiriendo. En España ya existe el contrato único, que es el temporal, precario, de concatenación de tareas, de salario mínimo, de horas extra no retribuidas, etc. Cuando un partido propone un aumento de la partida del PIB dedicada a Defensa, gastar más dinero que nunca en armamento, creo que estamos hablando de un partido que está contando un modelo de país que a lo mejor no es el que la gente, cuando vio un partido para regenerar la derecha, esperaba que existiera. Me temo que C's no es el cambio para la inmensa mayoría de la sociedad. C's viene a continuar por otros medios las políticas fracasadas del PP.

— Han dicho que para que Podemos se entienda con el PSOE ustedes tienen que quedar delante. Pero se puede dar un escenario en el que si ustedes no apoyan la investidura del PSOE podría gobernar el PP. ¿Permitirían eso?

— Hay razones más que suficientes para que le hagas esa pregunta a Pedro Sánchez y no a nosotros. Creo que vamos a ganar las elecciones. Y no solamente lo creo, sino que vamos a salir a hacerlo. Ya el día 21 de diciembre, con los datos sobre la mesa, veremos cómo es la correlación. Pero a priori es evidente que al PSOE se le dan muy bien las promesas electorales y muy mal los compromisos de Gobierno. El PSOE sólo cambia cuando se ve obligado a cambiar. Es lo que estamos viendo en el Ayuntamiento de Madrid y en algunos más. El PSOE decide paralizar desahucios cuando se le obliga a ello. Cuando no, lo que hace es aprobar el desahucio exprés, la reforma laboral o el artículo 135 de la Constitución. Al PSOE no le sienta bien llegar al Gobierno sin tener alguien que le corrija.

"Yo creo que vamos a ganar las elecciones. Y no solamente lo creo, sino que vamos a salir a hacerlo"

— ¿Por qué apelan al votante socialista? Hay gente que puede pensar que ustedes quieren ser un nuevo PSOE. ¿Cuál es la intención del mensaje?

— Los valores del socialismo si están en algún sitio es en la sociedad española. Es una sociedad profundamente tolerante, pacifista, solidaria, etc. Voy a poner ejemplos que poco tienen que ver con la política pero que expresan ese carácter. España es uno de los países donde se producen mayores donaciones de órganos o de sangre. O donde se recaudan más fondos cada vez que hay una tragedia en algún país. En donde las redes informales tienen más fuerza a la hora de combatir la crisis. En el informe de Cáritas del pasado año era muy interesante ver cómo se había incrementado, a pesar de que la crisis había intensificado el volumen de gente afectada por situaciones de pobreza, el tejido social de vecinos y amigos para contrarrestar los efectos de la crisis. Eso, que está en la sociedad, es transversal. Y creo que constituye la esencia de los valores del socialismo: la solidaridad, el sentido de la justicia, la igualdad, etc. Son valores que forman parte de la naturaleza de nuestro país. Creer que eso es patrimonio de una marca electoral es no entender lo que es la sociedad. Creo que mucha gente que defiende esos valores ha votado al PSOE y se ha encontrado con que el PSOE no cumple con esos valores. Cuando apelamos a votantes o ex-votantes del PSOE apelamos a toda esa gente que comparte todos esos valores.

— La relación con IU ha sido cambiante. Van con ellos en dos comunidades autónomas pero no en el resto del Estado. ¿No es eso una contradicción? Por oto lado, ¿qué relación a futuro puede haber con ese partido? Sabemos que con Alberto Garzón hay simpatía pero usted comentó que tenía “una mochila”.

— Entender que España es un país plurinacional es entender que existen muchos sistemas de partidos distintos. Cuando hemos planteado la construcción de la unidad popular hemos planteado mecanismos de articulación político-institucional que respetasen la naturaleza diferencial de los distintos territorios. Es fácil de entender que las fuerzas políticas que compiten en Galicia no son exactamente lo mismo que lo que compite a nivel estatal. Y lo mismo en las demás. Creo que la explicación de las diferencias a la hora de establecer alianzas tiene que ver con el reconocimiento a la diferencia plurinacional, que es una gran ventaja. Es comprensible que sea factible, conveniente y deseable establecer acuerdos con las etiquetas de IU en Galicia o Cataluña pero no sea posible a nivel federal. Cualquiera que conozca la naturaleza de los sistemas de partidos lo puede entender.

— ¿Y la mochila y la relación a futuro con IU?

— Vamos a ver lo que pasa el 20-D y qué es lo que dice la gente en las urnas. A partir de ahí veremos. En todo caso IU no es la fuerza contra la que competimos en estas elecciones. Competimos contra la pobreza, la desigualdad social, la injusticia, la troika, los recortes y Merkel.

— Iglesias ha ido desgranando nombres de algunas personas que quiere que formen parte de Ministerios. ¿Se ve usted como ministra en alguno de ellos?

— No lo sé. Por ahora me veo como miembro del equipo de campaña y teniendo que hacer muchas cosas. El 21-D veremos lo que hay sobre la mesa y lo que tenemos que hacer. Trabajo no nos falta y ganar de gobernar tampoco.

3 Comments
  1. negras tormentas says

    No leo entrevistas a oportunistas y ayudantes de la oligarquía para liquidar a IU.
    Me dais más asco que los que de frente ya sabemos lo que son.

  2. clara says

    Bueno Carolina, la verdad es que tardastes mucho en darte cuenta. Seguro que se lo oistes a Pascual y a Errejón. Debes saber que todas llevamos mochila. La desgracia es que muchos del sanedrín de Podemos, la mochila la adquiristeis en los colegios del Opus o parecidos.

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