Jordi Cuixart: «Ya es hora de que el Gobierno explique cómo va a parar el referéndum»

BARCELONA.- El doble atentado terrorista de Barcelona y Cambrils paralizó en seco la actividad política y social catalana que lucha por volver a la normalidad. La tragedia ha dejado de lado al tema político del verano y de los últimos meses, el proceso soberanista catalán, durante unos días. Sin embargo, la manifestación unitaria 'No tinc por' del pasado sábado dejó patente la tensión política que hay en Cataluña. Pronto se aprobará en el Parlament la Ley del Referéndum, se prevé que la respuesta judicial auspiciada por el Gobierno de Mariano Rajoy será inmediata. El mes de septiembre estará cargado de eventos políticos, el día 11 se celebrará la multitudinaria manifestación de la Diada en Cataluña, el 15 comenzará la campaña en favor del 'sí' y, si alguien la organiza, la del 'no'. El día 1 de ocubre (1-O) está prevista una votación que Rajoy ha asegurado que no se celebrará.

En este contexto atiende a cuartopoder.es el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart (Santa Perpetua de Moguda, Barcelona, 1975). Cuixart, que se muestra convencido de que el atentado no alterará el proceso hacia el referéndum y que aplaude la gestión que del mismo ha hecho el Govern, es un empresario catalán fundador y presidente de Aranow Packaging Machinery, miembro del Centro Metalúrgico de Cataluña y patrón fundador de la fundación privada de empresarios FemCAT. Desde finales del 2015 es presidente de Òmnium, entidad independentista con unos 70.000 socios fundada en 1961, que durante este tiempo ha defendido el autogobierno, la lengua y la cultura catalanas, así como ha desarrollado proyectos en favor de la cohesión social.

— A menos de 40 días del 1-O y todavía el Govern no ha explicado cuál es el censo, dónde se podrá votar, cómo lo harán los residentes en el extranjero... Como entidad ajena al Govern, ¿confían en la promesa de Carles Puigdemont de que este referéndum se celebrará?

«El Gobierno español hará todo lo posible para que no exista normalidad democrática que la consulta requiere. Hasta el momento, sólo ha proferido amenazas»

— El Govern ha dicho que el 1-O vamos a votar y no tenemos ninguna duda de que será así. No nos vamos a plantear cosas que no nos planteamos ante otras citas electorales. El compromiso del Govern es muy claro sobre que va a haber referéndum y de que su resultado será homologable. Para que sea homologable, se tienen que cumplir una serie de requisitos: censo, urnas y normalidad en la votación… Sabemos de la complejidad del referéndum, un hecho que tendría que llevarse a cabo con toda la normalidad democrática se encuentra de frente con el Gobierno español que hará todo lo posible para que no exista esa normalidad. El Govern afirma contundentemente que se va a celebrar el referéndum, ya es hora de que el Gobierno español explique cómo va a pararlo, cómo va a evitar esa explosión de democracia que se vivirá en las calles de Cataluña, esa voluntad mayoritaria de expresarse mediante las urnas. Cuando lo expliquen, el Govern seguro que responderá con coherencia. De momento, el Gobierno español sólo ha proferido amenazas.

— Desde determinados sectores sociales y políticos se les acusa, a Òmium y a la Assemblea Nacional Catalana (ANC) de seguidismo a este Govern... ¿Qué dice sobre esto?

— La independencia de Ómnium, con más de 70.000 socios y 55 años de historia, nadie la puede poner en cuestión. Nosotros en ningún caso hemos tomado partido por ninguna formación soberanista en concreto, nuestra razón de existir es representar la transversalidad del soberanismo e independentismo. Lo que hay es un compromiso mayoritario del Parlament de convocar este referéndum, este compromiso se ve apoyado por cerca de un 80 por ciento de la población de Cataluña que quiere votar. La hoja de ruta de Ómnium es la de limar las diferencias todo lo que sea posible entre las diversas opciones soberanistas que hay y así lo hemos hecho. Nosotros valoramos positivamente la entente que hay entre PDeCat, ERC y la CUP y somos ambiciosos, estamos convencidos que este consenso se puede ampliar a Catalunya En Comú. El referéndum no es de ningún partido, es de todo el pueblo de Cataluña.

Al mismo tiempo tenemos todo el compromiso en contrarrestar los ataques del Estado español, un estado demofóbico que nos está demostrando, por activa y por pasiva, cómo utiliza los fondos públicos para intentar manipular la realidad y atacar al independentismo. Tenemos también el compromiso de que si gana el ‘sí’ en el referéndum, el pueblo de Cataluña esté movilizado y preparado para resistir de una manera pacífica y democrática a los ataques del Gobierno español. Van a ser ataques, no violentos, pero que irán contra el autogobierno catalán.

— Rajoy asegura que no habrá referéndum, y el Estado tiene una enorme cantidad de herramientas para pararlo. ¿Han barajado opciones de cómo actuará el Gobierno para parar el referéndum, si quieren contrarrestar esos "ataques"?

— Es una incógnita. Hasta el día de hoy y desde el año 2007, tras la aceptación a trámite del Tribunal Constitucional de la propuesta del PP contra el Estatut, no hemos recibido más que amenazas sistemáticas, represión, engaño, uso de recursos públicos contra el independentismo, intrusismo en las leyes del Parlament, sentencias de un Tribunal Constitucional politizado, querellas contra la presidenta del Parlament, contra presidents de la Generalitat elegidos democráticamente... No ha habido ninguna posibilidad de diálogo, ninguna propuesta alternativa. Creo que Rajoy se equivoca mucho si es con esta estrategia quiere convencer al pueblo catalán de que nos quedemos en España. Tenemos muy claro desde el soberanismo de que no habrá ninguna propuesta del Estado español y de que todo depende de la tenacidad del pueblo catalán para que se proclame la República Catalana, en caso de que gane el ‘sí’.

— Me refiero a antes del 1-O. ¿Están las entidades independentistas preparadas para la movilización en caso de que el Gobierno suspenda el referéndum?

«Ellos querrían que hubiera una crispación social, conflictividad social en las calles de Cataluña y esto no está pasando, se está viviendo el proceso con naturalidad»

— No caeremos en el error de precipitarnos ante amenazas. Ellos querrían que hubiera una crispación social, cierta conflictividad social en las calles de Cataluña y esto no está pasando, se está viviendo el proceso con naturalidad. Se está esperando que llegue el 1-O y la Diada que será la antesala. No vamos a actuar nunca de una forma descoordinada, desorganizada o que pueda tener el más pequeño matiz de improvisación, estamos muy coordinados entre Òmnium y la ANC y muy decididos a defender la democracia. La campaña de Òmnium es en defensa de la democracia y la queremos utilizar contra los ataques del Estado español, un estado demofóbico. Es el momento de la contundencia, pero también de la serenidad. Es importante llegar al 1-O con este clima de desasosiego y tranquilidad que reina, a excepción de lo vivido estos días por el trágico atentado. Somos conscientes que estamos ante uno de los retos más importantes que hemos vivido como sociedad, pero también estamos convencidos de que saldremos adelante con la tranquilidad y la determinación de que vamos a celebrar el referéndum.

— El Govern no quiere poner mínimos de participación en el referéndum para considerarlo legítimo. Debería ser una marticipación mayor a la del 9-N...

— No nos toca a las entidades poner límites, es el Govern el que tiene que poner sobre la mesa los parámetros de celebración del referéndum. Nosotros creemos que la sociedad catalana participará masivamente. Lo vimos el 9-N, en una consulta que no tenía ningún carácter vinculante vimos cómo 2.700.000 catalanes fueron a votar ‘sí’ o ‘no’. Pero, que nadie se equivoque, el 1-O el resultado será vinculante y votarán los del ‘sí’ y los del ‘no’. Tenemos la confianza de que va a ganar el ‘sí’, pero lo que nos obsesiona es que la participación sea la mayor posible.

— Hablaba antes del espacio de los comunes. Desde este espacio político se critica la hoja de ruta, los tiempos puestos por el Govern y creen que no es el momento todavía para la celebración de un referéndum con garantías y que apele a la mayoría de la sociedad...

— Nosotros no ponemos las fechas de celebración del referéndum, no es nuestro papel, pero estamos seguros de que ante la dicotomía de apoyar a quienes quieren poner las urnas o a quienes quieren quitarlas, todo el pueblo de Cataluña estará con quien las pone. Seguro que podría haber matices en lo que hace referencia a la fecha, pero a nosotros lo que nos obsesiona y enorgullece es que es una lucha y voluntad compartida de la mayoría del catalanismo político. Yo hago referencia a menudo al compromiso de Ada Colau de estar al lado de los demócratas, que son los que ponen las urnas. Estamos convencidos que los votantes de Catalunya En Comú no entenderían que no pudieran votar con normalidad el 1-O. Que no se nos olvide, tenemos un Gobierno español que intenta evitar que nos expresemos con normalidad.

— El Pacte Nacional pel Referèndum, en el que estaban representadas muchas organizaciones políticas, sociales, sindicales y de un ámbito muy diverso, reunía a un 80% de la población en favor de un referéndum, pero este referéndum unilateral tiene un apoyo bastante menor...

«Una sociedad como la catalana, que es eminentemente solidaria, no puede ver cómo los gobernantes catalanes apoyan la cohesión social y el Estado español no»

— Creo que el Pacte Nacional pel Referèndum es otra de las grandes conquistas colectivas. Esta pasada primavera vimos cómo en cuestión de semanas se pusieron de acuerdo agentes sociales, patronales, sindicatos, partidos… Hicimos una última propuesta al Gobierno español de llegar a un referéndum pactado y dialogado. No fue posible, pero el trabajo que se hizo es muy positivo. Pero quien convoca el referéndum es el Govern, no el Pacte. El Pacte existe y seguirá existiendo y si alguien lo quiere volver a convocar, estaremos presentes poniendo sobre la mesa todo lo que podamos para llegar a los grandes consensos. Pero ahora estamos en el momento en el que el Govern hará una convocatoria, llegará la campaña de los del ‘sí’ y los del ‘no’… Lo que tenemos claro es que nadie tiene ninguna autoridad para pedir al pueblo de Cataluña que sea más paciente.

Lo que estamos haciendo es luchar por los más desfavorecidos, estamos en una situación de crisis económica que no ha revertido, que está haciendo incidencia en las capas sociales más desfavorecidas. Cuando el Parlament aprueba leyes para defender a esta población, el Estado sistemáticamente las bloquea. Cuando decimos que tenemos que celebrar el referéndum, es porque es un instrumento para conocer cuál es la opinión del pueblo de Cataluña y, en caso de que sea favorable, para la creación de una República Catalana. Estamos convencidos de que en una Cataluña independendiente se podrá vivir mejor. Existe una desinversión estructural, no coyuntural, del Estado con respecto a Cataluña. Una sociedad como la catalana, que es eminentemente solidaria, no puede ver cómo los gobernantes catalanes apoyan la cohesión social y el Estado español no. Tenemos que defender los intereses de la mayoría de la sociedad catalana.

— Una República Catalana más social dependerá del proceso constituyente tras la proclamación de la independencia, de qué correlación de fuerzas haya en ese proceso... ¿En qué proceso constituyente piensa Òmnium si se proclamara la República Catalana?

— Sobre el proceso constituyente tenemos muy claro que se tienen que aprovechar todos los trabajos que ya se han hecho en Cataluña sobre democracia participativa. Antes de este proceso se dará una negociación internacional que no será un camino de rosas. Pero, el proceso constituyente tiene que estar liderado por el Parlament de Cataluña, la sociedad civil tiene que ser protagonista, pero el marco legislativo, que tiene que recoger las aportaciones de la sociedad, se completará en el Parlament. Será una oportunidad única para gobernar una sociedad del siglo XXI, con los conocimientos y retos de este siglo. El proceso constituyente será muy participado, estoy convencido, igual que en su día lo fue el Congreso de Cultura Catalana o como siempre que se ha interpelado a la ciudadanía catalana para cosas importantes. Desde Òmnium, con nuestro conocimiento y bagaje el tema de la lengua, la cultura, aportaremos todo lo que podamos para que el futuro estado no tenga los tics antiguos de otros estados.

— En una entrevista con este medio, Joan Tardà reconocía que no estaba previsto que este proceso lo fueran a vivir los de su generación. ¿Se imaginaba usted que un referéndum de autodeterminación estaba tan cerca?

«Si el resultado del referéndum es ‘no’, seguiremos trabajando para convencer de que la independencia es buena. Lo que no puede ser es que no nos dejen votar»

— Soy de la generación en la que ya murió el dictador y nos opusimos muchos al servicio militar obligatorio. Hemos estado educados con el principio rector de que todo es posible. Tardà es de una generación distinta, pero es que las partes más jóvenes de las sociedad no entendemos que no se pueda votar. Si queremos ser independientes, seremos independientes. Si luego el resultado del referéndum es que ‘no’, los independentistas seguiremos trabajando para convencer de que la independencia es buena. Lo que no puede ser es que no nos dejen votar. Hemos llegado aquí por el trabajo y la implicación de muchas personas de generaciones anteriores.

— ¿En qué medida el auge del independentismo tiene que ver con la deslegitimación del régimen español surgido en 1978 que también se vivió en el resto del Estado con el 15M o con la aparición de nuevas fuerzas políticas?

— En la Transición se generaron muchas expectativas en Cataluña de que era posible el encaje de las aspiraciones nacionales de Cataluña en el conjunto del Estado, pero después del recorte del Estatut por Alfonso Guerra, la recogida de firmas del PP y el Tribunal Constitucional se vio que es imposible. Para mí, el detonante fue lo del Estatut. Un Estatut ya recortado, pero aún así aprobado en Cortes, refrendado por el pueblo de Cataluña, aprobado también por la Monarquía… Luego resulta que 12 personas deslegitimadas del Tribunal Constitucional, algunas de las cuales militantes del PP o del PSOE… Fue una situación muy desagradable. Esta desafección de la que ya alertaba el president Montilla era una desafección con el Estado español. Luego se ha visto agudizada, el ciudadano de a pie sufre la desinversión sistemática de Renfe en Cataluña, los incumplimientos de promesas, que el aeropuerto de Barcelona no tenga vuelos de conexión intercontinental, los ataques al corredor del mediterráneo… Ninguna sociedad madura puede soportar esto mucho más tiempo. Sin una actuación tan descarada contra Cataluña del Estado español no habría este proceso independentista.

«El 15-M y el proceso independentista
catalán beben de la misma fuente, de una indignación de los ciudadanos que se ponen en pie y dicen que basta ya»

El 15-M y el proceso independentista beben de la misma fuente, de una indignación de los ciudadanos que se ponen en pie y dicen que basta ya. Basta ya de un Estado que es incapaz de resolver los problemas más comunes. Los 60.000 millones de euros salidos de los bolsillos de los españoles para rescatar a la banca, ahora nos dicen que la banca no los va a devolver, se te queda cara de tonto. Todo esto ha ayudado a un cambio en Cataluña y en una parte del Estado español, pero en el resto del Estado no es mayoritaria porque el PP gana las elecciones… En Cataluña hay posibilidades de cambio y lo haremos efectivo de una manera más rápida. En lo referente al Estado español, si existe la voluntad mayoritaria de proclamar una República Española, nuestros mejores deseos desde la fraternidad, pues nuestros lazos son muy fuertes… Estamos convencidos de que se puede reformar Cataluña, reformar España lo hemos intentado muchas veces y, hoy en día, es imposible tal y como España se concibe a ella misma.

— Ustedes, como entidad que defiende la lengua catalana, tienen relaciones con otras valencianas y baleares. ¿Anhela unos Països Catalans independientes de España y unidos?

— Siempre hemos sido muy claros en el respeto a los distintos territorios que conforman los Països Catalans y a sus tiempos. Tenemos claro que compartimos una lengua común y una historia de muchos siglos atrás. Creemos que una República Catalana independiente ayudará a mejorar estos lazos de unión. Si en algún momento la sociedad valenciana y balear se deciden a convocar sus referéndums de autodeterminación, con todo el respeto a la independencia de cada territorio, para nosotros sería muy buena noticia. La lógica nos hace ver que tanto en Valencia como en Baleares se están dando cambios importantes a otros ritmos. Los mejores deseos, pero ningún tipo de voluntad de injerencia.