ARTÍCULO 155 / El Gobierno destituye a Trapero y a cerca de 150 cargos de confianza del Govern

Puigdemont pone la nueva Catalunya en manos de la movilización popular

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BARCELONA.- Decenas de periodistas de todo el mundo se concentran en la Plaça de Sant Jaume. A las puertas del Palau de la Generalitat, reporteros prueban sus micrófonos, los cámaras cuidan un enfoque en el que entre el reportero, en el suelo, y la bandera española, en el techo, que ondea sobre la sede del Govern. Periodistas que rompen la normalidad, grupos de decenas de turistas se embelesan por las callejuelas del Barrio Gótico de Barcelona, la extraña normalidad de un primer día de una república independiente, de una autonomía intervenida. Catalunya.

Son las 14:30 horas y a esta hora está anunciada una comparecencia del president, o ya no president, Carles Puigdemont. Una tele caza a la persona más amada y más odiada comiendo en un restaurante de Girona. “President, president”, le corean, a su paso, los paseantes por la medieval Plaça del Vi. La comparecencia no será en directo, el president la ha dejado grabada. Pasea por su ciudad.

Colectivos en favor de la memoria histórica se concentran, tal y como hacen periódicamente, en la Plaça de Sant Jaume. La prensa extranjera se hace eco de ellos y les entrevista. No hay mal que por bien no venga. Graban fotos expuestas en el suelo de asesinados por el régimen franquista. Asesinados por ser independentistas, anarquistas, comunistas, socialistas, sindicalistas, disidentes... Decenas de miles de cadáveres permanecen hoy, todavía, desaparecidos en cunetas de toda España.

El major de los Mossos, Josep Lluis Trapero, ha sido cesado. Trapero acata su destitución, cumple órdenes, y pide “lealtad y comprensión” para quien le revelará. Su hasta ahora número dos, el comisario Ferran López, asumirá el cargo del major bajo las órdenes, en última instancia, del ministro de Interior, el sevillano Juan Ignacio Zoido. Cerca de 150 cargos de confianza han sido destituidos una vez el Gobierno se ha hecho con el Govern. Los cargos destituidos se arriesgan al delito de usurpación de funciones si el lunes acuden al que, hasta el viernes, era su puesto de trabajo.

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El cesado major de los Mossos, Josep Lluis Trapero, llega a la Audiencia Nacional el pasado 16 de octubre. / Efe

La comunidad internacional sigue mostrando su apoyo al Gobierno de España. La soledad de la independiente Catalunya en el ámbito internacional sólo se rompe con algún editorial favorable de algún periódico extranjero. Mañana, una gran manifestación en contra del proceso independentista recorrerá las calles de Barcelona. Los consellers no se dan por destituidos tras la toma del poder catalán por parte del PP, partido que cuenta con menos del 9% del apoyo electoral en Catalunya. La vicepresidenta Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, asume la responsabilidad de presidenta de la Generalitat. El Gobierno se queja de que TV3 rotule a Puigdemont, durante su comparecencia, como president de Catalunya. Vaya lío.

Ante la compleja coyuntura. Puigdemont se pone en manos de la movilización popular. La misma movilización popular que el pasado 1-O hizo que por la mañana, temprano, hubiera listas con el censo, urnas y papeletas en los colegios electorales, mientras que las fuerzas de seguridad del Estado español las habían buscado durante días por toda Catalunya. “La etapa en la que hemos entrado la tenemos que seguir defendiendo con incansable sentido cívico y compromiso pacífico. Vuestra reacción debe ser propia de un país maduro que sabe a dónde y cómo quiere ir”, así hacia un llamamiento Puigdemont a una “oposición democrática al 155” a la ciudadanía de Catalunya.

“Lo único que nos puede hacer ganadores es actuar sin violencia, sin insultos, de manera inclusiva, respetando personas y símbolos, y también respetando las manifestaciones de los catalanes que no están de acuerdo con lo que ha decidido la mayoría parlamentaria”, decía, el día después de que, en Barcelona, una manifestación contraria a la independencia acabara con agresiones y el asalto y destrozos a la sede de Catalunya Radio.

Por todo ello, Puigdemont pide “paciencia, perseverancia y perspectiva”. “No tenemos, ni queremos, la razón de la fuerza”, afirmaba en su mensaje audiovisual, asegurando que “el cese de todo el Govern, la intervención del autogobierno de Catalunya y disolución del Parlament son decisiones contrarias de las de nuestro país en las urnas”. “Son los parlamentos quienes escogen o cesan a los presidentes”, ha advertido a Mariano Rajoy.

La fiebre por la autodeterminación se expande por toda Catalunya. Hay gente en el Vall d’Aran que se debate sobre si declararse independiente de Catalunya. De momento, el Conselh Generau d'Aran ha convocado un pleno extraordinario para el próximo lunes con el fin de abordar esta declaración de independencia de Catalunya, así como la aplicación del 155. No está contemplado que se trate el tema de una independencia aranesa de Catalunya en ese pleno.

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