Los PGE para 2018 quizá sean los más atragantados para el gobierno de Rajoy desde que gobiernan. La falta de una mayoría absoluta, un 155 en pie o Ciudadanos siguiendo una estrategia de "pinza" han sido los principales problemas de Montoro y su gabinete para conseguir el beneplácito de la Cámara. El líder de Ciudadanos ha seguido con su campaña de arrinconamiento del PP y ha afirmado que "ya basta de insolidaridad y privilegios" en un mensaje enviado en su cuenta de Twitter. En el tuit, critica duramente la apertura de negociaciones con el PNV y, más en concreto, la cesión de la gestión sanitaria, uno de los puntos críticos que está encima de la mesa.
Los nacionalistas vascos, socios de Rajoy, relanzan ahora su exigencia de romper la caja de la Seguridad Social. Ya basta de insolidaridad y privilegios. ¿PP y PSOE no han aprendido nada del golpe en Cataluña? https://t.co/ewVJ2WceKQ
— Albert Rivera (@Albert_Rivera) 23 de abril de 2018
El número dos de la formación catalana, José Manuel Villegas, fue más allá en sus críticas. No solo se oponen frontalmente a la cesión de la gestión sanitaria sino que cierran la puerta a posibles acuerdos del PNV sobre temas que involucren a ETA. Un punto candente, en el momento en que ETA anunciará su disolución en unas semanas y se abrirá un periodo de debate y prerrogativas. Una de las peticiones de ETA será el acercamiento de presos de ETA al País Vasco, punto que consiguieron negociar y llegar a acuerdo en mesas de debate entre el grupo terrorista, el gobierno francés, el gobierno vasco y el grupo de los 'Artesanos de la paz'.
El apoyo, o mejor dicho, la no oposición del PNV era otro de los factores clave en la aprobación de estos PGE. Finalmente, la formación jeltzale decidió no oponerse ni presentar enmiendas a la totalidad, algo que sí hicieron los partidos de la oposición. Este movimiento del PNV permite que los PGE sigan su curso y se sometan a votación, también que haya tiempo para deliberar sobre las condiciones que el PP está dispuesto a aceptar.
El periodo de votaciones, hasta tres, es la dilatación temporal que tienen los nacionalistas vascos para conseguir que Rajoy ceda y conseguir algunas de las peticiones que están encima de la mesa. En septiembre del año pasado ya hicieron llegar una treintena de puntos, concesiones registradas en el Estatuto de Gernika, que pedían al PP a cambio de supuestos apoyos futuros. Ese documento, o parte de él, se ha desenterrado ahora para negociar. Ahora falta por dilucidar lo que da de sí la cuerda de la negociación.