DERECHOS / La ONG desgrana medidas de Rajoy contra los DDHH en su informe 'La receta equivocada'

AI denuncia los «crueles» recortes en sanidad: la espera para operarse se ha duplicado

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La respuesta del poder político a la crisis se tradujo en una oleada de austeridad que ha sacudido Europa y cuyas consecuencias aun están por medir. Amnistía Internacional (AI) ha realizado una investigación internacional sobre el efecto que han provocado estos recortes en la sanidad. En España se recogen datos alarmantes: las listas de espera sobre intervenciones quirúrquicas electivas se han duplicado, pasando de 65 en 2010 a 115 en 2016, más de 400 medicamentos han sido eliminados del Sistema Nacional de Salud (SNS) y las condiciones laborales del personal sanitario ha empeorado considerablemente: muchos tienen problemas en su estado anímico y algunos han declarado a la ONG como solo pueden dedicar a sus pacientes entre 1 y 3 minutos.

Son solo algunos de los datos del informe 'La receta equivocada. El impacto de las medidas de austeridad en el derecho a la salud en España' . El Gobierno español empezó a recortar el gasto en atención sanitaria en 2009, tras la crisis económica mundial, en especial mediante el Real Decreto Ley 16/2012. “Las medidas de austeridad adoptadas por España están en conflicto directo con la obligación contraída por el Gobierno de hacer efectivo el derecho a la salud. Hablamos con pacientes de cáncer que no pueden permitirse los medicamentos que necesitan para aliviar los efectos secundarios de la quimioterapia, y con personas con enfermedades mentales cuya asistencia se ha visto gravemente restringida. Estos recortes no sólo son regresivos: son crueles”, ha indicado la investigadora de AI sobre Salud, Sanhita Ambast.

A través de 243 entrevistas a pacientes, profesionales y expertos en salud de Galicia y Andalucía la ONG ha podido comprobar como las personas más afectadas son las que tienen “ingresos más bajos, las que sufren enfermedades crónicas, las personas con discapacidad y con atención de salud mental”. En su punto más bajo, en 2013, el gasto total en salud pública, incluido tanto el del Gobierno central como el de los gobiernos autonómicos era de casi 8.950 millones de euros, es decir, un 12,7% más bajo que el de 2009.

Costes inasumibles para las personas con rentas más bajas

Algunos costos sanitarios se han trasladado a las personas. Según recoge AI, se ha incrementado entre el 10% y el 20% el copago de los medicamentos, mientras que aquellos que no pagaban –como los pensionistas-- ahora pueden llegar a pagar hasta un 10% de sus medicamentos, con un tope mensual de 8 euros. También se ha implementado el copago en algunos servicios anteriormente gratuitos: el trasporte sanitario no urgente, los productos dietéticos y ciertas prestaciones ortopédicas. Para los colectivos más vulnerables estas medidas suponen una pesada carga.

“O tomo las medicinas, o me suicido [a causa del dolor], así que, si tengo que matarme de hambre, lo hago, porque tengo que comprar las medicinas”, indicó a la ONG un usuario del Sistema Público de Salud con discapacidad física. Otro testimonio recogido en el informe es el de C., una mujer de 65 años con varios problemas de salud –cáncer de mama con metástasis pulmonar, dos reemplazos de rodilla y dos de cadera--, quien contó que en ocasiones racionaba las pastillas para el mes con el fin de poderse permitirse comprar los sujetadores especiales que necesita para su prótesis mamaria. “Muchas personas me dicen: ‘por favor, recéteme algo barato para que pueda pagarlo’”, contó un médico a AI.

Los profesionales están sobrepasados y la atención al paciente es peor

Otra de las partidas afectadas ha sido el gasto en personal sanitario, con salarios más bajos, malas condiciones laborales y contratos inseguros. Según AI, el servicio de salud emplea a menos personal: el número de trabajadores y trabajadoras del SNS disminuyó en 28.500 entre 2012 y 2014, el Gobierno amplió la jornada laboral del personal sanitario del sector público de 35 a 37,5 horas semanales, sin el correspondiente aumento salarial. “Sabemos de muchos casos de enfermeros y enfermeras que han dejado su trabajo por el estrés. Muchos atienden hasta 33 casos complejos al día. Tuvieron que dejarlo porque les resultaba imposible”, relató un profesional a la ONG.

Además ha empeorado la atención sanitaria. Algunos médicos indicaron a AI que únicamente podían dedicar a sus pacientes entre 1 y 3 minutos. “Antes [mi psicólogo] me dedicaba más tiempo. Ahora son solo 5 minutos. En la última cita salí sintiéndome exactamente igual que como
había entrado”, explicó un enfermo de salud mental a la ONG.

Los materiales y los recursos que se emplean en sanidad también han sufrido los recortes. La ONG explica que varios profesionales de la salud y personas usuarias del sistema sanitario se quejaron también de que la calidad del material médico se había deteriorado desde la crisis. Por ejemplo, el personal de enfermería dijo que la calidad inferior de las agujas para las pruebas de diabetes hacían que esta prueba resultara más dolorosa para los pacientes. Amnistía Internacional también entrevistó a personas usuarias de silla de ruedas y a profesionales de la salud que afirmaron que la calidad de las sillas había empeorado después de la crisis.

Largas listas de espera

AI indica que el tiempo de espera para acceder a la atención sanitaria fue "un tema clave" que apareció en todas las entrevistas. En 2010, el tiempo medio de espera para cirugía electiva era de 65 días; en 2016 casi se había duplicado, hasta los 115 días. Las personas expertas aseguraron a la ONG que la lista de espera de las personas con enfermedades mentales duraban hasta seis meses, algo que en ocasiones hace aumentar su ansiedad.

 

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