Puigdemont, el principal enemigo para los Presupuestos según el Gobierno

  • En el Ejecutivo no descartan que la posición de Puigdemont acabe rompiendo el voto dentro del PDeCAT

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El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se ha convertido, según fuentes del Gobierno, en un serio escollo para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, prorrogados desde el 1 de enero de este año, y de la que depende, según han reconocido el propio Pedro Sánchez y la ministra de Economía y Hacienda, María Jesús Montero, la continuidad de la legislatura hasta 2020.

Fuentes consultadas por Cuartopoder.es aseguran que Puigdemont y sus fieles se oponen frontalmente a la aprobación de las cuentas del Estado y que están boicoteando cualquier esbozo de negociación entre el PSOE y el gobierno y el PDeCAt. Desde el independentismo catalán, otras fuentes confirman además a este diario que, pese a que existe un canal abierto de negociación, “no se ha alcanzado todavía un acuerdo satisfactorio" que pueda llevarles "a apoyar los presupuestos", pero no descartan que lo haya, porque sí ha habido "avances en las posiciones”.

El problema, aseguran, es que Puigdemont y sus más fieles seguidores dentro del PDeCat tienen su propia estrategia, que pasa por bloquear acuerdos con el Ejecutivo y abocar así a unas elecciones generales que, según los cálculos de algunos dirigentes socialistas, podrían celebrarse durante el mes de octubre de 2019. Frente a quienes dicen que los independentistas intentan evitar la posibilidad de que llegue al Gobierno un tripartito de derechas, integrado por PP, VOX y Ciudadanos, y que ese temor les llevará finalmente a votar los presupuestos de Sánchez, hay otra línea de pensamiento, dentro de las filas socialistas y, en especial, dentro del Gobierno: la de quienes creen que Puigdemont se ha instalado en el “cuanto peor, mejor” y que cuanto más se desestabilice al Estado español, mejor será para su causa.

Todo ello les lleva a pensar en el seno del Ejecutivo que, si avanzan las negociaciones y llegan a buen puerto, con ERC, con PNV y con sus interlocutores del PDeCAt, esta última formación puede incluso ver cómo sus 8 diputados dividen el sentido de su voto, unos apoyando los Presupuestos y otros en contra de los mismos. En esas cábalas están tanto algunos miembros del gobierno y del PSOE, como los algunos de los miembros de ERC, y ninguno de los consultados aciertan a vaticinar si, de dividirse ese voto dentro de los diputados del PDeCat, los fieles a Puigdemont, que irían en contra del mandato del PdeCat serían 3 ó 4 diputados.

Con la calculadora en la mano, en el Gobierno no sólo contabilizan medidas y exigencias de posibles socios presupuestarios sino que cuentan también voto a voto. Y para conseguir la mayoría absoluta, necesitarían los 84 del PSOE, los 67 de Unidos Podemos, los 9 de ERC, los 5 del PNV, los 4 de Compromís, el de CC y el de Nueva Canaria y al menos 5 de los 8 votos del PDeCat.

1 Comment
  1. ninja45 says

    A día de hoy, el principal enemigo de los presupuestos no es Puigdemont sino este Estado de
    Desecho donde los fascistas y corruptos campan a sus anchas y la represión institucional tiene
    «patente de corso» a todos los niveles. En esas estamos, de momento, viendo cómo va la cosa e
    intentando definir al personaje de Sanchez. Con una previa obligada: en este proceloso momento,
    nadie puede ser su mejor versión, porque los tiempos obligan a mucha precipitación y poca
    estrategia. Pero incluso con la previa, lo cierto es que Sánchez ya lleva unas cuantas
    decisiones estéticas que tienen de propaganda lo que no tienen de verdad. Empezando por la
    «fake new» de su cacareado “diálogo” con Catalunya, un titular que ha arrastrado por todos los
    micrófonos, tan vacío de contenido como repleto de zafiedad. Es evidente que Sánchez no es lo
    mismo que los líderes de la Reconquista, en plena fase de voracidad anticatalana, pero también
    lo es que no ha mostrado ni un solo síntoma de querer encarar el conflicto catalán con
    inteligencia política. Su versión del diálogo ha sido como el de Rajoy, pero con el maquillaje
    tan propio del socialismo. Y con Borrell cual caballo desbocado. A partir de aquí, la estética
    ha ido ganado posiciones: unos presupuestos imposibles que sabe que no aprobará, pero le darán
    puntos en el carnet progre; un viaje por México hablando del exilio, él que preside la
    vergüenza de tener exiliados catalanes; o un acto de la ministra Delgado con la nieta de
    Companys donde le han “restituido” la “plena dignidad” al president fusilado, pero sin anular
    la vergonzosa sentencia, hecha por un tribunal fascista, que lo condenó a muerte. Todo es con
    la puntita, mucho «make up», mucho bótox, y poca verdad auténtica. A la m. con la Injusticia
    española prevaricadora, títere de los fascistas y corruptos, vergüenza de Europa. Si me pegan,
    me divorcio. Som República !!*!!

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