MEMORIA SELECTIVA

El día en el que un juez secuestró una revista por una viñeta de Felipe y Letizia

  • El juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo ordenó, en julio de 2007, el secuestro de la veterana revista humorística ‘El Jueves’ por injurias a la Corona
  • En la portada que ha pasado a la historia aparecen los actuales reyes en una postura sexual aprovechando un chiste sobre el “cheque-bebé” que iba a aprobar el Gobierno
  • Manel Fontdevila y Guillermo Torres fueron juzgados y condenados a pagar una multa de 3.000 euros cada uno

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Era viernes. 20 de julio de 2007. A mediodía, los medios de comunicación comenzaron a informar sobre una noticia, cuanto menos, sorprendente. El juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo había ordenado el secuestro de la veterana revista humorística El Jueves por injurias a la Corona. Eso implicaba que se debía retirar de todos los puntos de venta de un ejemplar que ya había sido comercializado dos días antes. ¿El motivo? Una portada, que por razones obvias ha pasado a la historia, en la que aparecen el actual rey Felipe VI y la reina Letizia (entonces todavía eran Príncipes de Asturias) en una postura sexual aprovechando un chiste sobre el “cheque-bebé” que iba a aprobar el Gobierno.
Han pasado 13 años desde que el juez considerara “denigrantes” y “objetivamente infamantes” esas imágenes. El juez justificó el secuestro de la publicación porque "no existe otra medida menos lesiva o moderada" para "evitar la persistencia de los efectos del delito". La Audiencia Nacional actuó a instancias de la Fiscalía General del Estado y la Casa Real negó conocimiento previo de la causa. El autor de la viñeta fue Guillermo Torres Meana, con guión e idea de Manel Fontdevila. El director por aquel entonces era Albert Monteys. Los tres protagonistas de la historia recuerdan para cuartopoder todo lo acontecido aquellos días y en el posterior juicio. Los dibujantes fueron condenados a pagar una multa de 6.000 euros, a razón de 3.000 cada uno, por delito de injurias al príncipe heredero.

“Me llamaron de redacción, lo primero que se supo fue porque la policía se presentó allí. Yo justo la tarde antes había estado en una radio haciendo una entrevista y me sacaron la portada para decirme que nos habíamos pasado un poco. Yo les dije que eso se podía hacer perfectamente. El viernes, justo al salir de casa me llamó una secretaria de la revista y me dijo: “Albert, nos han secuestrado”. Y claro, me costó hasta entender el concepto. Cuando llegué me lo explicaron todo, había unos agentes de policía que fueron a buscar los ejemplares”, comenta Monteys. Los agentes se llevaron las “20 o 30” revistas que había en la redacción pero además su intención era llevarse las planchas de la publicación. “La ley por la que se nos enjuició era del año 67 o así y la fotomecánica en esos momentos era distinta. En 2007 lo que había era un pdf que se mandaba a imprenta. Hubo que hacer una especie de lección de fotomecánica moderna para los policías. A ellos les habían pedido las planchas y no se iban a ir sin planchas. Se demostraba un poco todo lo antiguo que era el hecho”, recuerda el dibujante.

Esa misma tarde, además, a Monteys lo llamó la policía otra vez para que acudiera a comisaría y retirara las imágenes de la web. “Yo les dijo que la imagen estaba en la nuestra y en todas las del mundo. Entré en comisaría de Via Laeitana (Barcelona) y llamé al webmaster para que quitara las imágenes. Fue un absurdo absoluto, creo que incluso ellos en un momento dado se dieron cuenta de que habían hecho el ridículo”, afirma.

“Entregué la portada cuatro días antes y me fui de vacaciones. El viernes ese no estaba pensando ni en El Jueves ni en nada. Me llamaron y me contaron todo el lío de la portada pero no lo viví en primera persona. Escuché la noticia por la radio y hablé con Guillermo y Monteys. Estábamos alucinados con el tema porque lo del secuestro de revistas era una batallita de los mayores de la revista. Pensábamos que eso ya no pasaba y de repente pasamos al estatus de dibujante con batallita de secuestro. Fue una cosa muy rara”, recuerda, por su parte Fontdevila.

A Guillermo, la noticia le pilló en su bar de siempre, en Sevilla. “De pronto los clientes que me conocen empezaron a enseñarme el móvil, había ya algunas apps en las que se podían ver noticias. Los clientes de la mesa de al lado me enseñaron la noticia y ahí me enteré. Una hora después ya empezaron a llamarme de un montón de sitios para preguntarme”, explica. Para el dibujante, la situación recordaba a los últimos tiempos del franquismo y primeros de la Transición. De hecho El Jueves ya fue secuestrado dos veces, pero mucho antes, en 1977. “Un secuestro es enetnder que haya un delito sin que haya habido juicio, se secuestra algo como medida previa por mucho que lo decida un juez. El delito no se había probado ni demostrado”, apunta Guillermo.

Campaña de publicidad impagable

Los tres protagonistas de la historia recuerdan la importancia que tuvo el hecho de que la famosa portada apareciera y fuera comentada previamente al secuestro en el programa Aquí hay tomate, en pleno prime time. “Sacaron esa portada, la enseñaron a un público que no estaba acostumbrado a nuestro humor. A partir de ahí se desencadenaron ciertos mecanismos que no conocemos pero que condujeron al secuestro”, afirma Monteys.

Como suele pasar en este tipo de casos, el efecto de esta noticia provocó una visibilidad inmensa para la revista. Fontdevila comenta que incluso hubo gente que le preguntó si es que aún seguía existiendo El Jueves. “De repente este secuestro te vuelve a poner en el mapa, es una campaña de publicidad que no la pagas con dinero. Incluso si la pagas es mucho más cara que lo nos costó la multa”, afirma.

“El día que se anunció el secuestro estuvimos en periódicos de todo el mundo, nos llamaron de todas partes. Evidentemente a la revista le vino genial, el número siguiente se agotó, se ganaron muchos lectores y fue una campaña de publicidad muy grande”, afirma Guillermo. “La multa no fue tanto porque se había ganado más con las ventas de la revista. Pero el hecho de sentar un precedente nos molestó mucho más, hubo un recurso al Tribunal de Estrasburgo que al final no prosperó por una cuestión de forma. Pero intentamos desde la revista que no sentara jurisprudencia de ningún tipo porque esto nos ponía en un auténtico aprieto para seguir haciendo humor”, explica por su parte Monteys.

Obviamente ninguno se esperaba, al realizar la portada, la repercusión que tuvo. “Ahora en la revista seguramente se tengan en cuenta más esas cosas que en 2007. Veníamos de un contexto de que en los anteriores 15 años a nadie se le ocurría denunciar nada. Nos parecía imposible, se pensaba que la libertad de expresión era una cosa sagrada. La verdad es que no estábamos ni preparados, habíamos hecho otras cosas y no había pasado nada. La cosa ha cambiado tanto que ahora mismo ya no nos suena tan rato, en esos momentos era una anomalía del sistema y ahora se ha convertido en el sistema en sí mismo, ha recuperado esa función”, argumenta el ex-director de la revista.

“No pensábamos ni lo más mínimo. Habíamos hecho muchas portadas del rey, incluso en mi idea más denunciables que esta. Porque esta al fin y al cabo tenía una idea de que habían dado una ayuda para tener un niño y cobrar 2.500 euros. Habíamos hecho otras portadas del rey cuya intención sí era ridiculizar o reírnos de él sin aportar nada más. Con esas no hubo problemas, que ésta fuera problemática nos pilló despistados”, señala Fontdevila.

Para Guillermo era “algo impensable”. “Usamos a los príncipes porque era el ejemplo más exagerado para criticar el cheque-bebé que Zapatero acababa de anunciar. ¿Quién era el exponente máximo de alguien que no trabajaba pero podría cobrar los 2.500? Realmente lo de la pareja real era cosa secundaria, era una crítica al cheque-bebé”, explica.

Cajas de revistas en el despacho del juez y autógrafos en la puerta

Fontdevila acabó sus vacaciones inmediatamente y el lunes 23 ya estaba en la Audiencia Nacional. Fueron a declarar al despacho del juez Del Olmo. Guillermo y él, por separado. “El juez nos preguntaba mucho por la postura sexual, con que si era ofensiva. Charlábamos con el juez y pensábamos que no iba a pasar de ahí. Cuatro meses más tardes estábamos juzgados y con la multa pagada. Ya en el juicio sentías como que la cosa no iba a salir bien”, explica.

Manel Fontdevila y Guillermo Torres, en 2007./ Efe

Guillermo recuerda especialmente la imagen del despacho del juez. “Tenía lleno el despacho de cajas de revistas que la policía había conseguido retirar de los kioskos en Madrid. Era muy gracioso por la mezcla de toda la decoración del despacho y ver el suelo lleno de cajas con la portada de los príncipes follando”, comenta.

“Éramos todos parte de un sainete. Él estaba en su papel, pero fue cordial. Nos decía qué pretendíamos con eso, si pretendíamos subvertir el orden y cosas así. Le contestamos que queríamos hacer humor”, señala Guillermo. El dibujante recuerda otra anécdota de aquel primer contacto con el juez. “A Manel, que tenía ya publicados un montón de libros, los funcionarios al salir le estaban esperando para que le firmaran algunos, en la misma puerta del despacho del juez. Teníamos algo de miedo porque no sabíamos cuál iba a ser la pena, pero en los primeros momentos la escena parecía de comedia italiana”, afirma. El autor del famoso dibujo destaca también la “curiosidad” de que estaban allí por la denuncia de un fiscal “supuestamente progresista”, Cándido Gómez Pumpido. La vicepresidenta del Gobierno del PSOE, María Teresa Fernández de la Vega, defendió también la decisión poco después de producirse. Curiosamente desde las filas del PP cuestionaron más el asunto.

Según la percepción de Monteys, la decisión del juicio estaba tomada desde el minuto 1. “Simplemente hicimos ahí un poco de paripé, vino prensa, el juez nos trató como niños de tres años, fue un poco humillante. Como anécdota graciosa hubo un momento en el que el juez intentó que tanto Manel como Guillermo dijeran lo que ganaban en un mes. Eso en general un dibujante no lo sabe porque va cambiando de un mes a otro. El juez se enfadó mucho con eso”, explica.

Humor y límites

Preguntamos a los dibujantes cómo ven en la actualidad todo este debate de la censura, los límites del humor, la autocensura, etc. Hay que recordar en este punto que los tres dejaron la revista en 2014 cuando la empresa editora les conminó a no sacar una portada sobre, precisamente, la monarquía.

Monteys compara el apoyo que se tuvo de la revista en 2007 con otros posibles casos de raperos u otros artistas que se han podido ver inmersos en situaciones parecidas, de denuncias, durante los últimos años. “Cuando nos juzgaron a nosotros la revista se hizo cargo de las costas judiciales, de pagar al abogado, etc. Manel y Guillermo no tuvieron más consecuencias como individuos que acatar una sentencia que no consideraron justa. Pero su vida no se fue a la mierda. En los juicios que está haciendo ahora la gente lucha sola, tienen que pagar a abogados, etc. Hay penas preventivas y te hunden la vida durante años porque solo estás dedicado a defenderte de estas acusaciones. Creo que eso hace que la gente se lo piense mucho más. Es lo que persiguen estas sentencias ejemplarizantes. Hacer que la gente se lo piense. Eres tú contra el Estado, son palabras mayores”.

Sobre la monarquía en concreto, señala que la situación ahora es más difícil ya que la monarquía está intentando limpiar la imagen. “Probablemente una medida así se la pensaran más pero el tipo de denuncia que se nos puso se puede trasladar a otras cosas. Es un problema moderno que antes no existía”, añade.

“Yo tengo la suerte de trabajar en medios que me lo permiten. En el momento que tienes que ir con cuidado es para difamar y con cosas que no puedes demostrar. Hay mucho dibujante que se queja mucho porque estamos en una época nefasta y de que no se pueden hablar de ciertas cosas. Sí se puede hablar, pero tienes que asumirlo. Tú puedes hacer chistes riéndote de las mujeres, lo que no puedes hacer es que no te llamen machista. Lo que nunca veo que haga la gente son chistes de guardias civiles y de reyes. Ahora hay bastante humor con la monarquía, es más un tema de cuestiones editoriales”, explica Fontdevila.

Para este dibujante, vivimos un momento “nefasto” de la monarquía, con lo que se podría “ser más salvaje” en el humor. Para Fontdevila el momento también es “muy divertido”, con por un lado el rey emérito y una prensa intentando salvar la imagen. “Parece que plantear el tema de la monarquía queda como de radicales, y es un debate que habría que plantear de forma seria desde algún sitio. Que la izquierda de este país no quiera plantear este debate es muy triste”, concluye.

Según Guillermo, desde aquel secuestro sonado se quitó de alguna manera la espita. “La monarquía en 2007 todavía era bastante intocable, luego se divorció Marichalar o salió el caso de Urdangarín. Si piensas que mientras se secuestraba esa portada el rey ya estaba con cuenta en Suiza y todo el mundo cobrando…”, afirma. Sobre los casos de censura o juicios a artistas, la opinión de Guillermo, es, “obviamente”, que “el humor y la libertad de expresión son sagrados. Si te limitas e escribir una canción o hacer un dibujo no tiene que ser un delito. Si alguien se considera perjudicado puede recurrir y que un juez diga la última palabra. Pero no olvidemos qué es la libertad de expresión”, concluye.

2 Comments
  1. Pepelu says

    Esto no es libertad de expresión, esto es de gente perturbada y sin etica ni moral ,independentemente del personaje que salga en la villeta!

  2. Miguel says

    Para andar «sacando pechera…. » incluso pretendiendo «exportar» este penoso modelo de régimen pseudo democrático que tenemos impuesto en España desde el año 1978 ; » el papuchi» bien podría decir eso de : » aquí continúan sucediendo cosas rrrrrrrraaaaras , rrrrrraaaaras , y su niño desde Miami : » Esssssssssspaña ; os quiero y lo sabéis… .
    Borbones : NO TANKS.
    PD.
    Felipe 6 : vete pensando en otra cosa distinta a eso de : » reinar porque yo lo valgo» ; y también pienso que ya es hasta demasiado tarde para echaros de este país con un referéndum ( democrático (democrático ; y no como vuestro impuesto clan familiar).

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