Los inmigrantes tienen el triple de posibilidades de ser parados por la policía

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Un grupo de policías identifica a dos inmigrantes. / captura de vídeo de brigadasvecinalesDH (YouTube)
Un grupo de policías identifica a dos inmigrantes. / Captura de vídeo de brigadasvecinalesDH (YouTube)

Las personas nacidas fuera de España tienen tres veces más probabilidades de ser paradas en la vía pública por la policía que los nacidos aquí. Los negros y latinos son identificados en 6,5 ocasiones más que los blancos. Con los magrebíes, la tasa es de 7,5. Y, por cada vez que los agentes piden los papeles a un payo, se los han pedido 10 a un gitano. Esos son los datos de un estudio que muestra cómo la policía actúa más por el color de la piel que por la conducta de las personas. Además de inmoral e ilegal, estas prácticas discriminatorias son ineficaces y contraproducentes.

En 2012, las distintas policías pararon e identificaron a 7.958.526 personas, según datos oficiales. Pero el Ministerio del Interior no registra en sus estadísticas la nacionalidad del identificado o la finalidad de la identificación (por un presunto delito, una falta o alguna infracción administrativa). Y eso que varias ONG e instituciones internacionales han pedido al Gobierno que recoja esos detalles. Sin ellos, es muy difícil determinar si en España la policía usa el perfil étnico en lugar de pruebas objetivas o el comportamiento individual.

Para llenar el hueco dejado por las estadísticas oficiales, investigadores de la Universitat de Vàlencia y la Universidad de Oxford han realizado un estudio que demuestra lo extendidas que están estas prácticas entre los policías españoles. La desproporción es tal que sólo la discriminación racial puede explicar los datos.

“Es el primer estudio de esta naturaleza que ofrece datos empíricos de carácter científico que acreditan la utilización de perfiles étnicos por parte de la policía ", dice José García Añón, del Institut de Drets Humans de la Universitat de València y coautor del trabajo. Su estudio parte de una doble encuesta realizada por Metroscopia con el apoyo de la organización internacional Open Society Foundations.  Esta organización ya entregó al al relator especial de la ONU para el racismo un informe en la misma línea a comienzos de año.

Las muestras incluían a a 2.800 personas de toda España. Se les preguntó acerca de sus encuentros con la policía y el cuestionario cubría tanto las paradas a pie como en vehículo. Estos son algunos de sus datos:

- Las personas nacidas fuera de España tienen dos veces más probabilidades de ser paradas en la vía pública que los nacidos en España. Y en los dos últimos años, casi tres veces más de probabilidades de ser paradas.

- Las personas que no tienen apariencia caucásica europea tienen el doble de probabilidades de ser paradas en comparación con los que tienen apariencia caucásica europea.

- Las personas gitanas son identificadas 10 veces más que las que tienen apariencia caucásica europea. En el caso de las personas magrebíes, la tasa de desproporción es de 7,5, y de los Afro-latinoamericanos de 6,5.

- De los encuestados, un 60% de las personas gitanas y un 45% de los individuos con rasgos magrebíes contestaron haber sido parados en los dos últimos años, algo que tan sólo ocurrió en el 6% de los casos entre las personas con rasgos caucásicos europeos.

- En el caso de las paradas cuando se va en un vehículo, la desproporción desaparece. Incluso, controladas las diferencias de población, se identifica más a nacidos en España que a inmigrantes.

-  Estas diferencias no pueden explicarse por otros factores como las diferencias de edad de los diferentes grupos o los patrones de empleo.

El único factor que explica que en un país donde sólo el 11,7% de su población es inmigrante, casi la mitad de las identificaciones las sufran personas de etnias diferentes a la caucásica mayoritaria es la discriminación por criterios raciales. Los datos sobre identificaciones en vehículos sirven casi como variable de control. En el coche, es más difícil apreciar la raza de los ocupantes. Por eso, el informe concluye que "se puede afirmar tajantemente la existencia de un trato discriminatorio porque se aprecia una alta desproporción hacia determinados grupos minoritarios en función de su nacionalidad y su apariencia étnica".

El informe, presentado en las oficinas del Defensor del Pueblo, señala que las identificaciones policiales por el perfil étnico sólo sirven para "perpetuar estereotipos sobre delincuentes y los miembros de las minorías étnicas asumiendo que éstos supuestamente son más propensos a cometer delitos". Además de su inmoralidad, para los juristas autores del estudio, estas prácticas son discriminatorias porque vulneran los principios esenciales del estado de derecho al no respetar "la individualización de las conductas típicas".

Por si eso no basta, las paradas son también ineficaces. El análisis de la encuesta muestra que no hay una correlación entre el número de identificaciones por perfil étnico y "el resultado de las mismas en términos de detenciones, multas u otros procesos relacionados con la infracción de las leyes", dice el informe. Es decir, aunque los inmigrantes sean identificados en mayor medida, el porcentaje de inicio de algún procedimiento contra ellos es similar al de los españoles.

El informe recuerda también otros efectos colaterales negativos. El coste económico de las identificaciones masivas no se ve compensado con resultados. Además, paradójicamente, pueden hacer que aumente la delincuencia. Como dicen los juristas: "el control sobre la población mayoritaria es, correlativamente, inferior; de forma que aumentan las posibilidades de que una persona caucásica/nacional que haya delinquido quede sin el correspondiente castigo".

Un último efecto negativo es la quiebra de la confianza. Los inmigrantes, quizá por provenir de lugares donde las policías de poco fiar o infunden temor, muestran en la encuesta una mayor confianza y respeto hacia la policía española que los propios españoles. Sin embargo, las identificaciones (hasta cuatro de media en el último año) pueden quebrar esa confianza. Esto puede provocar que haya menor disposición a colaborar con la policía más adelante.

El informe lanza una advertencia final. Las identificaciones discriminatorias podrían estar socavando la legitimidad de la policía ante los inmigrantes y provocar en ellos una imagen negativa hacia las fuerzas del orden. "Esto puede dar lugar a un aumento de los conflictos entre las distintas comunidades y la policía, como ha ocurrido en otros países donde el fenómeno de la inmigración se ha venido produciendo hace más tiempo", concluyen.

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