La compra de Nokia por parte de Microsoft ha sido finalmente aprobada tanto por los accionistas del fabricante finlandés de teléfonos móviles –número uno mundial hace unos años- como por las autoridades regulatorias de la competencia en Estados Unidos.
¿Qué significa esto? Que la marca Nokia, tal y como la conocíamos hasta ahora, deja de existir. Las dos empresas inician el camino hacia la unión en un solo equipo, que renombrará a la antigua Nokia como Microsoft Mobile. Su actual presidente y CEO, Stephen Elop, pasará a ser vicepresidente ejecutivo del Grupo de Dispositivos de Microsoft, y toda la organización se integrará dentro de la compañía con sede en Redmond.
Con la adquisición Microsoft refuerza su apuesta por su propio sistema operativo Windows Phone –en la actualidad, el tercero más extendido para smartphones en todo el mundo- frente al duopolio que practican Android e iOS. Hasta ahora Nokia había ligado el uso de Windows Phone a la comercialización de su gama Lumia, pero ahora los nuevos teléfonos de Microsoft Mobile apostarán por el sistema operativo de la casa, mientras que la desaparición de la marca Nokia se producirá de manera paulatina.
La compañía, que fue creada en 1865 cuando todavía Finlandia pertenecía al imperio ruso, tuvo como primera dedicación la fabricación de papel, y no fue hasta casi un siglo después, en 1960, cuando el negocio giró hacia el mundo de las telecomunicaciones. En aquel entonces la compañía se embarcó en el desarrollo de semiconductores y unos años más tarde, en el de cables telefónicos.
A partir de ahí, el nombre de Nokia – que por cierto, procede de acortar la palabra Nokianvirta, que da nombre al río junto al que se situó una de las primeras factorías de papel de la compañía- quedó ligado para siempre al ámbito de la telefonía. Para los nostálgicos quedará el recuerdo de los grandes hitos en la historia reciente de las telecomunicaciones que llevan su sello.
Por ejemplo, Nokia lanzó en la década de los 80 su primer teléfono móvil, el modelo Mobira Talkman, o los primeros dispositivos pensados para automóviles. En los 90 popularizó el uso de los primeros dispositivos móviles para el gran público izando como bandera su lema, “Connecting People”. La firma logró vender más de mil millones de unidades en sólo unos años, y encabezó la clasificación mundial de fabricantes durante más de una década, disfrutando de cuotas de mercado superiores al 50% en los primeros años del siglo. Su dominio absoluto se demostró hace sólo 7 años, cuando la compañía llegó a fabricar el 65% de todos los teléfonos móviles vendidos en el mundo. Y a partir de ahí, comenzó su declive.
El atractivo del iPhone hizo mella en las ventas de la finlandesa, que había llegado a comercializar 7 teléfonos móviles por segundo a principios de este siglo. Pero la compañía, enfrascada en la utilización de su propio sistema operativo, Symbian, vio cómo sus ventas se debilitaban vertiginosamente a principios de esta década hasta que la coreana Samsung le arrebató la supremacía hace un par de años.
Nokia, que también había liderado las comunicaciones vía satélite y lanzó los teléfonos con WAP –la primera forma de conectarse a Internet– en 1999, había perdido el tren de Android y cuando quiso subirse a él ya era demasiado tarde. Ahora viajará para siempre con Windows Phone.
Ahora los dispositivos Nokia serán Microsoft Mobile, pero siempre nos quedará para el recuerdo el mítico Nokia Tune, la popular sintonía de la compañía que fue usada por primera vez en un teléfono Nokia 2011 allá por 1995. Y el juego de la serpiente, el popular Snake, que nació dos años más tarde y fue, durante mucho tiempo, el juego para móvil más utilizado. De hecho, hoy día sigue estando presente en más de 200 millones de teléfonos de todo el mundo.