Los pasdaranes se hacen con el control político, económico y religioso de Irán

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Ahmadineyad, durante su discurso de ayer en Bint Jbeil (Líbano). / Nabil Mounzer (Efe)

El ejército religioso de los pasdaranes, que constituyen las verdaderas fuerzas armadas de Irán, se están haciendo, bajo la Presidencia de Ahmadineyad, con los principales resortes del poder de la República Islámica, convirtiendo este sistema integrista en un régimen pretoriano que está desplazando ya a las jerarquías del chiismo. Este lento pero progresivo giro de la política interna de Irán se escenificó el pasado mes de septiembre, cuando, por primera vez, altos cargo de los pasdaranes dirigieron la plegaria de los viernes en Teherán, una prerrogativa hasta ahora reservada a prominentes ayatolás.

El primero de ellos fue Hasan Firuzi Abadi, alto mando de los pasdaranes y cuyo cargo es equivalente al de jefe del Estado Mayor. A Firuzi le siguió, en otro viernes, Ismail Ahmadi Moghadam, máximo jefe de las fuerzas del orden público. Ambos se refirieron al peligro que suponen las posturas reformistas para el régimen iraní. No es este el único caso en que los pasdaranes han invadido funciones propias de organismos religiosos o civiles. De hecho y de forma cada vez más destacada, sus máximos mandos intervienen públicamente en los asuntos políticos y judiciales, llegando a señalar cómo deben actuar otros órganos regidos por la actual Constitución.

Es conocido, por ejemplo, que ya en 1996 el general Rahim Safavi advirtió que los pasdaranes no iban a permitir que se colara en el proceso electoral al Parlamento ni un solo liberal que pusiera en peligro a la República Islámica. Después, cuando al año siguiente triunfó por sorpresa el reformista Jatami, actuaron como si de un partido de oposición se tratara, frenando el proceso de cambios hasta que en el año 2005 Ahmadineyad consiguió defenestrar a Jatami.  A partir de entonces, su poder no ha dejado de crecer.

El Sepah-e Pasdaran-e Enghelab-e Islami (literalmente, el Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica) surgió el mes de abril de 1979 con el nombre de Ejército de los Desheredados para sustituir a la poderosa maquinaria militar del shah Reza Pahlevi que se había disuelto como un azucarillo durante la Revolución Iraní. En la actualidad está considerado el verdadero Ejército de Irán, dependen directamente de Alí Jamenei –el Guía de la Revolución- y está integrado por unos 130.000 soldados, a los que hay que añadir otros 90.000 milicianos basijis. El propio presidente iraní procede de esta última fuerza de voluntarios, conocida por su radicalismo fundamentalista.

Estas fuerzas fueron las que, tras las elecciones presidenciales de 2009, asumieron la función de reprimir violentamente a los seguidores de Musavi y Karubi, principales contrincantes del actual presidente en las elecciones. También fueron los dirigentes pasadaranes quienes, durante el movimiento de protesta contra el fraude, exigieron la detención y procesamiento de estos dos candidatos, llamaron a la población para manifestarse en las calles contra el emergente Movimiento Verde y, recientemente, han sido señalados como los promotores los ataques contra varios líderes religiosos opuestos al Gobierno.

Incluso se acusa en Irán a los círculos cercanos al presidente de iniciar una nueva corriente de pensamiento reforzando la religión con un nacionalismo iraní fuertemente asentado en la población, especialmente en las clases medias. Se trataría de una especie de nacional-chiísmo, con el que el actual Gobierno podría prescindir de unas jerarquías religiosas cada vez más críticas. Así lo habría defendido una de las figuras claves del actual Gobierno: Esfandiar Mashai, estrechamente vinculado a Ahmadineyad, ex vicepresidente y uno de sus principales asesores, hasta el punto de que su nombre suena para sucederle cuando termine este segundo y último mandato.

En la actualidad se calcula que la mayor parte de los gobiernos provinciales están ocupados por antiguos compañeros de armas de Ahmadineyad, habiendo logrado formar, paralelamente, uno de los más poderosos complejos empresariales de todo el país: la corporación Ghorb. Ghorb dirigiría cerca de 800 sociedades con tentáculos que alcanzan a todos los sectores económicos importantes, especialmente la industria militar, construcción, petróleo, gas, comunicaciones y el control aduanero, además de contar con entidades financieras y su propio centro de estudios superiores: la universidad de Baqiyatalá.

Con cerca de un centenar de puntos de control en puertos y aeropuertos, los pasdaranes pueden llegar a controlar un tercio del total de las exportaciones e importaciones. Según informó el periódico Le Monde Diplomatique a comienzos de este año, también tendrían el 50 por ciento de la empresa estatal de comunicaciones Sherkat Mokha Berat y del emporio naval Sadra. Autovías, ferrocarriles, oleoductos, gasoductos y hasta el nuevo metro de Teherán habrían sido adjudicadas a empresas dependientes del Sepah-e Pasdaran.

Teniendo en cuenta estos datos, todo indica que la construcción de las polémicas centrales nucleares está también bajo la supervisión de esta “guardia pretoriana” y que la fabricación de los misiles de largo alcance “made in Irán” que tanto ha dado que hablar no es más que el escaparate internacional de la nueva potencia militar que está surgiendo en Oriente Medio.

1 Comment
  1. 1 mas says

    Es interesante ver así a botepronto como por mucho que lo intentemos, las actitudes y acciones del las personas siempre se repiten en el tiempo. Parece ser que no hemos aprendido nada de lo sucedido en los albores de la II gran guerra. Si reconozco que aquí los factores varían, Este país es exportador de materias primas, pero ello no implica que el resultado vaya a ser distinto, es interesante ver como una jerarquía religioso militar acapara el poder en una Teoarquia siguiendo una línea aun más dura que la anterior, Desbancando supestos moderados en sus propias filas con mensaje explícito( los accidentes aéreos de dirigentes importantes de esa organización ya acontecidos) y el brutal desmantelamiento de cualquier grupúsculo de oposición en el país en tiendo que dándose el caso en una de las zonas más complejas políticamente del planeta frene las acciones del resto de los países pero eso precisamente fue lo que posibilito lo sucedido en Alemania. Esperemos que aquí se sepa actuar a tiempo, pero los echos demuestran lo contrario.

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