Siria, la infancia arrebatada

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BEIRUT.– El conflicto de Siria nació como una revolución, y aquella revolución fue originada por un atropello de la dictadura contra un grupo de menores de edad. Animados por la oleada de levantamientos populares árabes de 2011, unos adolescentes de la localidad de Daraa cometieron una osadía imperdonable en la Siria de los Assad: escribir en un muro de su colegio la consigna que movía en aquellos días a Oriente Próximo, el pueblo quiere la caída del régimen. La respuesta del régimen sirio fue detenerles y torturarles, pero lo que no podía esperar es que sus familiares y vecinos vencieran décadas de terror para salir a las calles en demanda de su liberación, y que su marcha se multiplicase por todo el país.

Aquel abuso contra un grupo de escolares originó el alzamiento sirio, pero no supuso el final de los atropellos contra la infancia, tal como denuncia un nuevo informe que se suma a la larga lista de denuncias internacionales sobre la extrema situación de los menores,  amenazados por la represión de la dictadura y por la respuesta militar lanzada por los rebeldes en un tumultuoso escenario de guerra civil que parece abocado al iraquí.

En las páginas de Siria, guerra contra la infancia, la ONG británica War Child acaba de denunciar que los niños no sólo han quedado a merced de la violencia, sino que en muchos casos son objeto expreso de la misma. La organización acusa a ambas partes en conflicto de negar los derechos básicos de los menores: "Ningún lado del conflicto se ha distinguido por proteger a los niños en sus zonas de control. El régimen de Assad y las milicias que patrocina han disparado, detenido, torturado y abusado sexualmente de niños a lo largo de los 16 meses que dura este levantamiento. Pero las fuerzas de la oposición también son acusadas de incluir a niños en sus filas y de fallar a la hora de proteger correctamente a los niños en las zonas donde emprenden hostilidades".

"El tratamiento de los niños ha sido sin lugar a dudas mostruoso. Niños y jóvenes han sido asesinados sumariamente, detenidos ilegalmente; sexualmente abusados, empleados en combate, secuestrados y torturados; les han sido negados el derecho a la escolarización y la ayuda humanitaria", continúa el informe.

Según War Child, entre 500 y 1.300 niños han perecido en lo que lleva de conflicto. Al menos se conocen los casos de 635 detenidos por las fuerzas del régimen y presumiblemente torturados. Uno de los niños citados en el informe, de 13 años de edad, recordaba las palabras de su torturador: "Decía 'recuerda siempre este dicho: atrapamos tanto a niños como a adultos, y a ambos les matamos".

Las víctimas de la violencia en Siria no son casuales. En una sola de sus matanzas, la cometida en la localidad de Houla, 49 menores fueron asesinados a sangre fría por seguidores de Bashar Assad. En el otro bando, niños de hasta ocho años han llegado a ser reclutados como soldados, denuncia la ONG británica. Del millón y medio de personas que se han visto afectadas por la violencia en Siria, al menos la mitad son menores de edad.

Describiendo la situación como "sorprendentemente seria", la organización por los derechos de la infancia denuncia entre otras conclusiones que "ambas partes son culpables de crímenes de guerra", que "si el plan de paz de Kofi Annan pretendía salvar vidas, ha fracasado" y que "la falta de unidad internacional ha costado miles de vidas sobre el terreno". También critica la ineficacia de los países donantes  a la hora de cubrir las necesidades básicas de los refugiados.

Para el responsable de War Child, Rob Williams, el verdadero nivel de violencia que ha padecido la infancia siria está aún por conocerse. "El día en que se vea el final del conflicto en Siria quedará claro que los niños han pagado el precio más alto por el derecho a vivir en paz, ir a la escuela y vivir seguros en sus casas y comunidades. Los niños no han sido perdonados y es particularmente alarmante el alcance al que han sido sometidos directamente".

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