PALESTINA 70 AÑOS DESPUÉS DE LA PARTICIÓN / Una juventud sin futuro

Yara Hassan: «Los jóvenes queremos vivir. Quiero irme de Palestina»

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Yara Hassan, 22 años, es estudiante y tiene un deseo: vivir.
Yara Hassan, 22 años, es estudiante y tiene un deseo: vivir. Su sueño es marcharse de Palestina y trabajar para su país desde el extranjero.

CISJORDANIA.-- Yara Hassan tiene 22 años, estudia en la Universidad de Birzeit y tiene un deseo: vivir. “Palestina no es un lugar seguro para construir una vida. La revolución constante, el ejército… Los jóvenes queremos vivir, yo quiero vivir. Quiero irme de Palestina”. Como ella, casi el 25% de los jóvenes palestinos aspiran a salir del país de forma permanente. Muchos de ellos esperan conseguir un visado para viajar a países del Golfo, otros intentarán conseguir un visado de estudiante para probar suerte en países de Europa donde, con mucho esfuerzo y algo de suerte, conseguirán lograr sus sueños. El de Yara es emigrar y, desde fuera, “trabajar para construir un futuro mejor para Palestina”.

Hay 96 chechpoints en Cisjordania y 60 kilómetros de carretera dentro de territorio palestino reservados a ciudadanos israelíes, especialmente a los más de 600.000 colonos que viven ilegalmente en Palestina

Con una sonrisa tímida y en silencio, Yara recorre su facultad sin prestar atención a los carteles con las fotos de jóvenes mártires que llenan los huecos entre orlas y trofeos. Esta joven estudiante admite que ella, a diferencia de algunos de sus compañeros, tiene la suerte de vivir cerca de la universidad, sin puestos de control de por medio. “Muchos estudiantes a menudo no pueden llegar a clase porque el ejército de Israel los retiene durante horas en los checkpoints (puestos de control), los detiene o, peor aún, los asesina”, explica la joven, que trabaja como voluntaria en la organización palestina Stop The Wall (Detened el muro). “Por culpa de los puestos de control muchas familias intentan persuadir a sus jóvenes de ir a la universidad porque temen por sus vidas”, lamenta.

Las restricciones de movimiento que el gobierno de Israel aplica a la población palestina no son pocas, más allá del asfixiante bloqueo al que vive sometida la Franja de Gaza. La organización israelí de defensa de los derechos humanos B’tselem cuenta un total de 96 chechpoints en Cisjordania y 60 kilómetros de carretera dentro de territorio palestino reservados a ciudadanos israelís, especialmente a los más de 600.000 colonos que viven ilegalmente en Palestina. Además, se calcula que el gobierno de Israel ya ha construido más de 400 kilómetros de un muro que, pese a que fue declarado ilegal en 2004 por el Tribunal de La Haya, sigue hoy en construcción, separando familias y aislando localidades enteras.

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