PERSONAS REFUGIADAS

El nuevo gobierno de Grecia endurece la ley de asilo

  • Las modificaciones supondrán un importante recorte de derechos a las personas que permanecen en Grecia a la espera de una resolución que regularice su situación
  • Con la nueva ley, el síndrome de estrés postraumático provocado por la guerra o un naufragio deja de aceptarse como una vulnerabilidad
  • Durante el mes de octubre llegaron a la isla de Lesbos 33 botes con 1.485 personas a bordo, 741 de ellos menores de edad

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BARCO DE RESCATE AITA MARI.-El pasado 1 de noviembre el Gobierno Griego de Nueva Democracia introdujo cambios sustanciales en su nueva ley de asilo, que supondrán un importante recorte de derechos a las personas que permanecen en Grecia a la espera de una resolución que regularice su situación. Uno de los objetivos del Gobierno de Kyriakos Mitsotakis, es el de deportar a 10.000 personas para finales de 2020.

Las llegadas de personas solicitantes de asilo a Grecia, lejos de disminuir, siguen aumentando y la ruta principal continúan siendo las islas griegas, lo que hace que miles de personas se amontonen en los Hotspots (nombre que da el Gobierno Griego a los campos de refugiados) de Lesbos, Chios o Samos.

En Lesbos, la capacidad de estos campos de refugiados creada para mantener alrededor de 3.000 personas, fue hace tiempo desbordada y mas de 15.000 malviven ahora en lugares como Moria, donde esperan la llegada de otro invierno más.

Basilis Psomos, es un abogado originario de la isla que lleva dos años trabajando para Lesbos Legal Center, un equipo que lleva procesos y asesora a las personas demandantes de asilo. El equipo legalista estuvo trabajando durante años en Calais, y tras su desalojo, vinieron a Grecia. “Cualquier persona que acuda a nuestra oficina a solicitar ayuda es bienvenido. Tenemos una política de puertas abiertas”, afirma Psomos. Anteriormente colaboró con otras ONGs de carácter jurídico.

“La gente viene en botes desde Turquía y deben de permanecer en la isla hasta que finaliza su proceso de asilo, menos los casos vulnerables, como gente con heridas de guerra o gente muy enferma. Ahora con la nueva ley, pretenden abolir los casos de estrés postraumático, por ejemplo”, afirma Psomos. Con la nueva ley, el síndrome de estrés postraumático provocado por la guerra o un naufragio deja de aceptarse como una vulnerabilidad.

Además, introduce supuestos durante las "llegadas masivas", un término que no termina de aclarar, y que permitirá que el primer examen de una demanda de protección internacional sea realizado bien por la Oficina Europea de Apoyo al Asilo (EASO), o bien la Policía o las Fuerzas Armadas, en lugar de sólo por el servicio de asilo heleno, como se hace ahora. Añade también que un demandante al que se le ha denegado su solicitud en primera instancia ya no estará protegido contra su deportación, aunque haya presentado recurso.

Actualmente el proceso de asilo puede demorarse meses o incluso años: “Algunas personas han estado hasta 2 años esperando para ser aceptados en la petición de asilo, mientras que para otras, sus procesos apenas han sido resueltos en pocos meses... No hay un tiempo límite. De hecho, la ley griega dice que la respuesta debe de ser resuelta en unos días...”, añade Psomos.

Durante el mes de octubre llegaron a la isla 33 botes con 1.485 personas a bordo, 741 de ellos menores de edad, según Refugee Rescue, la única ONG de rescate que opera en la isla.

“Si la persona ha sido rechazada, el proceso se hace mas largo, porque la gente recurre, y entonces pueden volver a ser rechazados otra vez...”, apunta Psomos. Algo que la nueva ley pretende evitar, ya que propone que una  persona que haya sido rechazada, ya no tenga posibilidad de volver a recurrir. Así, si son rechazados en primera instancia, podrán ser expulsados, sin derecho a recurso.

Un “no lugar” para 15.000 personas

Mientras intenta poner en orden los centenares de zapatos de invierno que han venido en las bodegas del barco de rescate Aita Mari, Aris Vlachopoulus habla sobre las condiciones de las personas que recibirán la ayuda: “Éste tipo de ropa es de gran ayuda. En unas semanas llegará el invierno, y tenemos que estar preparados”, señala.

El almacén de ropa de Attika Human Support es probablemente uno de los más grandes de Grecia. Envían material a otras islas como  Samos, Chios e incluso al continente.“Los griegos somos 18 millones en Grecia y mas de 10 en el extranjero. Somos un país de migrantes. Esta gente sólo quiere un trabajo, educación y pagar sus impuestos”, subraya Aris.

“La situación ha empeorado para estas personas, les han quitado el ANKA, la tarjeta de acceso a la sanidad griega, sólo tienen acceso a los servicios sanitarios de urgencia”. Ahora con la aplicación de la nueva ley, los enfermos crónicos quedan sin asistencia ya que no pueden acudir al servicio público de salud.

Este invierno, más de 15.000 personas volverán a calentarse con pequeñas hogueras y mantas como las que reparte Aris, fruto de la solidaridad de los ciudadanos de Europa, mientras las instituciones y los parlamentos, complican la ya de por sí maltrecha vida de las personas que esperan a que su proceso de asilo sea resuelto.

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