La chica de México

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EMPUNA PUNA

Os preguntareis el por qué de "Empuna Puna" y de "La Bizcocheta". Lo explicaré, por supuesto. Pero será más adelante porque hoy os quiero hablar de la seguridad en el IBC o, mejor dicho, de la inseguridad. Ha llegado hasta tal límite el absoluto desastre, en el control de entrada al Centro Internacional de Prensa, que hoy han sustituido a la empresa responsable del mismo.

Sólo os diré una cosa. Ayer entré en el IBC con una bufanda y un gorro que me tapaban la cara casi al completo, la acreditación oculta bajo una chaqueta, los bolsillos cargados de monedas y dos móviles en el pantalón, a cada cual más grande. El detector de metales se disparó, como es lógico, pero nadie me puso ningún problema para acceder al recinto. Al contrario, sonrisa amable de oreja a oreja y un sonoro "Go on, go on" (adelante, adelante).

Detrás de mí pasó una periodista de Televisa, con su acreditación impecable, sin maletas, depositando su teléfono en una bandeja, vamos, cumpliendo con las normas más elementales y fue entonces cuando sucedió lo inesperado. El arco magnético no pitó y todos, como resortes, nos dimos la vuelta extrañados. Debe pasar una de cada cien veces y, por supuesto, a ella si la registraron. Aquí, lo raro, lo anómalo es que no suene la chicharra. Y eso se paga con un buen cacheteo.

 

LA BIZCOCHETA

El once titular de Brasil posa al comienzo del partido de ayer. / EFE

Brasil ha homenajeado hoy al fútbol de antes, al de los clásicos y no lo ha hecho precisamente por su juego, sino por su impecable once titular. Estaban representados en el mismo, del primero al último, los once dorsales clásicos del deporte rey: el 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 y 11. Fue ver la numeración de la canarinha y ponerme de pie: esta gente respeta el fútbol y sus reglas más básicas. Y empecé a buscar precedentes...

Descubrí que las últimas cuatro últimas alineaciones mundialistas en las que estaban representados los 11 primeros dorsales, pertenecían todas a la misma selección, o sea, a Brasil.

Descubrí que, al margen de Brasil, nadie ha homenajeado al fútbol de esa manera en los últimos 16 años. Sí, habéis leído bien, tres mundiales completos sin precedentes. Tendríamos que viajar hasta el 26 de Junio de 1994, para encontramos a Suiza, enfrentándose a Colombia, con la alineación titular "perfecta".

Y descubrí que, desde que se implantaron los dorsales fijos, es decir, desde 1954, tras 647 partidos disputados en la fase final del Campeonato del Mundo, sólo en una ocasión ambos rivales han saltado al césped con la perfecta sucesión aritmética en sus espaldas. La aguja en el pajar. Vaya mi homenaje, desde aquí para los 11 búlgaros y para los 11 peruanos que, el 2 de Junio de 1970, propiciaron aquello y, sobre todo, para los dos técnicos que permitieron que aconteciera tamaña anomalía mundialista: el mítico Didí, al frente del combinado de Perú y el desconocido, pero, desde hoy, admirado Stefan Bozhkov.

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