Antoni Daimiel: “El periodismo deportivo ha moldeado equivocadamente al aficionado”

Hace 25 años comenzaban las emisiones en directo de los partidos de la NBA. La mejor liga de baloncesto entraba en nuestro país de manera regular gracias a la televisión de pago. Canal Plus apostaba, entre otros, por una pareja que ya es historia de la cultura popular y deportiva en nuestro país. Junto al tristemente fallecido Andrés Montes podíamos ver a Antoni Daimiel (Ciudad Real, 1970). Su estilo y su conocimiento de la liga estadounidense lo han hecho un fijo en nuestros hogares. La NBA está ligada a Daimiel y viceversa.

Ahora, comparte retransmisiones con Guille Giménez. Además, el periodista ha diversificado en los últimos años sus proyectos participando en programas como Los Otros o El Día Después (Movistar), en la Cadena SER o en el exitoso programa Colgados del aro, emitido en Youtube. Hablamos con él en cuartopoder de aspectos relacionados con su trayectoria y otras cuestiones de interés.

-25 años ya comentando los partidos de la NBA. ¿Esperabas cuando empezaste estar tanto tiempo?

-No, no. No esperaba estar ni la mitad comentando NBA. Tenía muchas dudas cuando empecé sobre que yo pudiera responder al reto. Nunca he sido alguien que me haya puesto siempre en lo mejor, y sobre todo con esta profesión. Ni siquiera pensaba que fuera a aguantar tanto tiempo en televisión, o en una empresa como en la que estaba, antes Canal Plus y ahora Movistar. Por entonces bromeaba con algunos compañeros como Nico Abad o Julio Maldonado. Hacíamos un juego de preguntarnos dónde estaríamos dentro de 20 o 30 años. Yo, como objetivo básico y que ya me parecía muy bueno, me veía en un periódico de provincias haciendo deportes. Y tranquilo, viviendo una vida tranquila. Luego todo ha superado las expectativas. Y nada, muy contento.

-No es muy habitual en el sector mantenerse en un mismo proyecto tanto tiempo. En tu caso sí has tenido alguna racha difícil según has contado tú mismo. Pero al final ahí sigues. Supongo que una de las razones es que la NBA te sigue entusiasmando y estás a gusto haciendo lo que haces.

"La NBA me sigue gustando mucho como espectador, cuando no hago partidos los veo"

-A mí me ha ido excelente. Habrá muchas causas. Algunas tendrán que ver con mi aportación y otras tendrán que ver con azar, coincidencia o casualidad. Y por supuesto porque habré ido gustando a los responsables en cada momento. Pero es verdad que no es muy habitual estar tantos años haciendo lo mismo con una exposición pública y esa estabilidad que he tenido en un puesto importante dentro del periodismo deportivo, así lo he sentido yo. Es verdad que sigo siendo un aficionado. La NBA me sigue gustando mucho como espectador, cuando no hago partidos los veo, sigo las noticias incluso cuando estoy de vacaciones, por si ha habido algún fichaje. Eso ayuda mucho a luego combinarlo con una respuesta profesional en la que trato de dar otros parámetros a la que tiene un aficionado.

-¿Cómo fueron los inicios? Ahora la NBA está muy asentada en España, además han pasado muchos jugadores por allí. Pero hace 25 años no era así. ¿Cómo se empezó a interesar la gente por esta liga?

-El mundo era diferente. Es verdad que la implantación de la NBA era diferente. Pero también por los tiempos. No hay que responsabilizar a nadie en concreto ni de allí ni de aquí, era simplemente el sino de los tiempos. El otro día en una entrevista en la Cadena SER decían que el primer programa de Cerca de las Estrellas, que fue quien acercaba con cierta frecuencia la NBA a nuestro país, fue a principios de 1988. A la gente de mi edad nos sorprende porque pensábamos que estábamos ya viendo NBA antes. Antes de eso había retransmisiones esporádicas, de algún partido de la final o algún All-Star, pero muy poco. Eso te de una idea de cuáles eran las limitaciones por desarrollo tecnológico y de la propia prensa de la NBA aquí. De todas maneras, cuando Canal Plus compra los derechos en ese momento sí que parecía un producto muy apetitoso, tanto a nivel periodístico como empresarial. Canal Plus había hecho encuestas entre los abonados preguntando qué era lo que les faltaba. Parece que había una mayoría de gente que pedía baloncesto. Lo tomé con gran ilusión, de repente me dicen que voy a ser comentarista de tres partidos por semana en Sportmania.

Era un reto muy importante porque era consciente de que no era nadie en el mundo del baloncesto como para salir ahí a dar doctrina. Yo era un periodista que no había sido jugador importante, ni entrenador. Tenía que buscar mi papel al lado de un monstruo de la comunicación como era Andrés Montes, que también cuando lo fichan llevaba un tiempo pasándolo mal en la profesión así que cuando lo fichan fue un espaldarazo para él. Había muchas dificultades para contar la NBA como queríamos. Había una parte del relato que sí podíamos hacer, estaba basado en darle un tono apropiado para incorporar nuevos aficionados y entretener. Pero no era fácil. Sin Internet usábamos todas las herramientas a nuestro alcance y más o menos tratamos de hacerlo lo mejor que sabíamos.

Creo que hicimos una labor de acompañamiento buena y coincidió con que acababa de regresar Michael Jordan después de su primera retirada. Cogimos los tres primeros años de Canal Plus con los tres anillos del 96,97 y 98 de aquel equipo inolvidable de Chicago Bulls.

-¿Cómo has vivido esta última temporada marcada por la pandemia? Supongo que habrá sido muy raro. Te he escuchado decir en otras ocasiones que preferías que hubiera deporte aunque fuera sin público a que no lo hubiera.

-La NBA ha demostrado su capacidad como liga, como competición. Lo han hecho muy bien, han salvado con bastante dignidad la temporada. Estamos hablando mucho de 2020 como año. Yo relacionado con mi actividad laboral nunca olvidaré este año. Porque empezó además con el asunto de la muerte de Kobe Bryant. Eso provocó que hiciéramos la retransmisión más rara e impensable que he hecho nunca. Siempre me han preguntado estos años cuál era el partido del que más me acordaba. Pues al final será por un asunto negativo el partido que tuve que hacer ese día que falleció Bryan. Casi ni me acuerdo de quién jugaba, jugaba Houston y no me acuerdo del rival. Es el partido más especial por lo negativo y diferente.

La gente aficionada al deporte necesitaba deporte. Pero el deporte necesitaba también desarrollarse de una manera segura. Hay gente como espectadora que necesita más el público y el ambiente, hay gente que tiene por costumbre ir a los estadios y no ha podido hacerlo. Pero a nivel televisivo la NBA lo ha hecho muy bien, hemos tenido unos datos de audiencia tremendos, mejores que antes de la pandemia. Había más gente en su casa, menos competencia directa con otros deportes.

-Al final el mundo del entretenimiento y el espectáculo también ha ayudado este año a acompañar a la gente que estaba pasando por momentos difíciles. Ese rato de evadirse un poco de la realidad es necesario, nadie creo que pueda acusar a los que han hecho entretenimiento este año de frivolidad.

-Toda esta desgracia ha supuesto un experimento sociológico y del estudio de la personalidad y el estado de ánimo. De saber vivir de una manera u otra por parte de la sociedad. A mí me llamó mucho la atención cuando empezó el estado de alarma y confinamiento que hoy en día hay mucha gente a la que le habían roto la rutina de lo que hacía cada día y pedía constantemente entretenimiento, cosas que hacer, cómo pasar el tiempo, cómo emplearlo bien, etc. Todas estas rutinas que hubo de juntarse por vídeo, la gente necesitaba cosas que hacer porque no se les ocurría por sí mismos. Eso ha sido llamativo y muy interesante apreciarlo. Es verdad que el deporte o cualquier tipo de entretenimiento he notado que la gente lo agradecía mucho más.

-Ha sido también la temporada del plante histórico de los jugadores de la NBA por el Black Lives Matters. ¿Es muy fuerte el componente antirracista que hay hoy en día en la liga? No siempre ha sido así, como por ejemplo contaba Craig Hodges, pero ahora parece una seña de identidad.

"En EEUU, llevan muchos años de ventaja con respecto a otros países, incluyo a España, en cuanto a ese conocimiento de lo que es el racismo. Creo que aquí estamos todavía muy perdidos"

-Han ocurrido hechos históricos que serán estudiados, recordados y analizados. Al menos en la sociedad estadounidense ese tipo de cosas no van a ser iguales desde este año. Esta es una cuestión de cultura, educación y sensibilización. Aunque ellos, en EEUU, llevan muchos años de ventaja con respecto a otros países, incluyo a España, en cuanto a ese conocimiento de lo que es el racismo. Creo que aquí estamos todavía muy perdidos. Allí ha habido cuestiones sobre todo que tienen que ver con la identificación y el activismo que han hecho partes importantes de los centros de poder a favor de la lucha contra el racismo. Es lo que rompe la baraja y desnivela lo que ocurría antes. No es una cuestión meramente de ideas políticas o económicas. Cuando ves deportistas multimillonarios, que no necesitan ni tendrían por qué ponerse a alguien en contra con ese grado de activismo desarrollado; cuando ves multimillonarios del mundo de la empresa que también se mojan, identifican, apoyan y ponen dinero para luchar contra el racismo, todo esto deja retratado a los que se quedan en una opinión difusa o a los que no se alistan de lado de algo tan humano como es la lucha por la igualdad.

Creo que ha sido todo muy interesante, sobre todo la reacción, con aquel partido al que se niega a jugar Milwaukee contra Orlando. Los otros partidos de ese día no se juegan y sobre todo la reacción que tuvo la propia liga. Propietarios que son marcadamente republicanos, incluso cercanos a Donald Trump, sacaron notas oficiales apoyando a los jugadores. Es un movimiento fantástico en cuanto a la lucha por los derechos humanos.

-Los contextos no son los mismos pero mucha gente aquellos día pensó si sería posible alguna reacción similar en el deporte de nuestro país, algo parecido aunque fuera con otra causa social.

-Es que en este campo somos países muy diferentes, por la manera que se ha ido integrando la sociedad de un país y otro. Desde que empiezo a adquirir cierta cultura, información y salgo del cascarón de mi familia, empiezo a darme cuenta. Además lo hablé mucho con Andrés Montes, que por su raza y orígenes…

-Él hubiera vivido esto de forma intensa

-Tremendo, tremendo. Se hubiera vuelto loco con esto. Hoy mismo ha habido alguien que me puso una mención en Twitter y me dijo lo siguiente: “Estoy viendo a través de un canal de Youtube un antiguo Sacramento-Houston de noviembre de 2004. Y tú Daimiel, y el maestro Montes, comentáis el incidente de Ron Artest en aquella pelea del Pistons-Pacers y con el paso del tiempo hablabais de que era un problema mucho más profundo. Un análisis brillante y premonitorio”. Bueno, no era un análisis premonitorio, tratábamos de trasladar las sensibilidades que había allí, porque aquí hay un desconocimiento total. A veces por falta de interés y otras veces porque a la gente no le llega. En estos últimos meses, porque también hicimos en Movistar, dentro de la serie Los Otros, un reportaje sobre el racismo en el fútbol, he hablado con mucha gente sensibilizada con eso, me di cuenta de que aquí falta cultura.

Porque, por ejemplo, yo me he criado en Valladolid. Fuera de los jugadores de fútbol o baloncesto casi no había gente de raza negra. En los primeros años de los 90 es cuando empieza llegar inmigración en Madrid, antes había muy pocos extranjeros. Es algo con lo que hemos tenido que lidiar, y por eso ha llevado a mucha gente a decir que los españoles no somos racistas. Es que todavía no estás testado para saber si eres racista o no. Y si no, analiza el asunto con la raza gitana, para evaluar si hay racismo en España o no. El racismo no es una cuestión geográfica o de nacionalidad, es del ser humano y hay que luchar contra ello. Se lucha con educación, información, conocimiento. Creo que aquí falta sobre todo eso. Que, por ejemplo, hubiera fundaciones de gente importante en el deporte que explicara muy bien, tanto al aficionado en general como a los propios deportistas, cómo es el asunto y qué sería bueno. Ser mucho más activos.

-Pusiste hace unos días un mini-hilo en Twitter que acababa así: “Cultura, medios, literatura y formatos audiovisuales triunfantes contribuyen al modelado de las nuevas generaciones. Lo que triunfa se consume, lo que se consume te va construyendo. Como lector, receptor, espectador, tienes una responsabilidad hacia el desarrollo de tu sociedad”. Es decir, tu compañero Guille Giménez y tú, por ejemplo, tenéis una responsabilidad para formar.

"A esta gente joven que se están convirtiendo en monstruos de la comunicación hay que trasladarles la exigencia de responsabilidad"

-Todo el mundo que tiene una actividad pública, aparte de tratar de hacerlo lo mejor posible, no sólo hacer lo que te dicen tus superiores, tiene una responsabilidad con lo que está haciendo. Las nuevas generaciones se van formando en función de lo que van viendo y consumiendo. Ahora hay una diversidad bestial de maneras de comunicación, a través de streamings, Youtube, Twitch...Entonces, creo que a esta joven que se están convirtiendo en monstruos de la comunicación, hay que trasladarles esa inquietud y exigencia de responsabilidad. Yo lo he vivido en el mundo del deporte. Cuando yo empecé a trabajar había mayor sensatez en el aficionado a la hora de vivir el deporte. Y creo que el periodismo, y los medios de comunicación, han moldeado equivocadamente al aficionado.

Se ha incentivado mucho el forofismo, la agresividad, la falta de respeto. Y se han ido educando generaciones pensando, por ejemplo, que un periodista no puede hacer el ejercicio de su trabajo independientemente de que sea simpatizante de un equipo u otro. Esto ni se concibe hoy en día por varias generaciones. Y es horrible porque es una pescadilla que se muerde la cola, se crea una bola de nieve que se retroalimenta. Cuando tú ves que el aficionado se mueve bajo ese prisma, para tratar de conseguir audiencia o te escuche más gente, alimentas esa manera de ver el deporte, que es equivocada. Es una locura lo que pasa y se ha perdido mucha sensibilidad para analizar desde la profundidad el deporte.

-El año pasado le hicimos una entrevista a tu compañero Quique Peinado. Me decía que él es un bocazas y que no se puede callara ciertas cosas. Y que es consciente de que por decir lo que piensa en asuntos políticos o sociales se cierra puertas laborales. ¿Cómo te planteas tú estas situaciones? ¿Has pensado no decir algo alguna vez por las consecuencias?

-Varias cuestiones. Primero, me considero un privilegiado en cuanto a que desde que empecé me di cuenta que un problema intrínseco de los medios es la reticencia a determinados mensajes, de que en muchos medios te podían decir que no dijeras algo...Esto ha ocurrido siempre desde que yo empecé. Yo he tenido mucha suerte, estoy contento con ello, sinceramente puedo decir que prácticamente nunca me han tratado de condicionar el mensaje que yo he dado. Quizás porque he hablado mucho de NBA, un tema que no tiene que ser comprometido. Pero cuando he hablado de otros deportes no he recibido recomendaciones, vetos o prohibiciones. Pero me considero un privilegiado y sé que es una excepción.

Luego, digamos que yo, no sé si por mi manera de ser, no me considero alguien fuera de lo que es la NBA o el fútbol, que pueda ir lanzando mensajes sobre política o sociedad. Por eso yo no pongo en redes sociales mensajes, o casi. Porque creo que no puedo aportar mucho y que no soy nadie. Muchos historiadores, filósofos o sociólogos que no tienen redes sociales sí estaría muy bien que lo hicieran. Para de verdad que podamos saber a través de expertos. Yo no he sentido esa inquietud de hacerlo desde dentro de mí y creo que no puedo aportar.

-Puede haber gente que te acuse de no mojarte

"El racismo me parece de las cosas más injustificables que hay en esta vida"

.-Me lo han dicho, sí. Incluso me han dado esa fama, también en el mundo del deporte. Porque a veces alguien que trate de analizar lejos de la confrontación y trate de ser tolerante con otras opciones y tal, o que piense que el entendimiento y diálogo es el objetivo principal dentro de una discusión, enseguida se le tacha de eso, de no querer mojarse o ser tibio. Pero no. Por ejemplo en el tema del racismo he tenido lío. Porque aquí creo que tengo un background. Y además me parece de las cosas más injustificables que hay en esta vida. Que alguien pueda justificar unas diferencias, o una marginación de alguien por su color de piel u origen...Aquí no tengo ningún miedo de decir lo que pienso. Yo desde luego tengo mis ideas, y con gente cercana, con familia o amigos, sí las puedo desarrollar. Yo pertenezco a una familia muy larga, mi madre tiene 7 hermanas, mi padre 3, somos muchos primos...He estado acostumbrado desde muy niño a estar en grupos de gente muy diferente en cuanto a ideas, procedencia o estátus económico. He tenido trato con gente de la súper clase alta y con gente que pasa muchas dificultades. Creo que el entendimiento y escuchar para saber las razones del otro tiene que ser algo básico más allá de las ideas que te convenzan a ti.

-Has mencionado antes el periodismo deportivo y su estilo. En tu caso has participado en una serie de reportajes llamada Los Otros. En Movistar hemos visto también Informe Robinson, tenemos las historias de Raúl Ruiz...Cada vez hay más proyectos en usar el deporte para contar historias humanas. ¿Eres pesimista o hay brotes verdes de una nueva manera de contar el deporte?

-Brotes hay, sí. Por suerte. Porque también internet y las nuevas vías de comunicación provocan que la gente seria, reflexiva y que tiene una responsabilidad con lo que comunican, tengan nuevas ventanas. Hay de todo ahora. Por supuesto que internet te da la opción de buscar y elegir. Pero hay otra gente que no tiene esa inquietud o capacidad y consume lo primero que le llega. Por las tendencias mayoritarias que hay no soy demasiado optimista, nunca lo he sido, con la profesión. Es verdad que hay un boom tremendo del reportaje bien hecho, de las historias relacionadas con el deporte sobre las que se pueden sacar otro tipo de conclusiones no deportivas. Nos tenemos que felicitar por este boom.

Yo estuve trabajando un año y medio en Informe Robinson, en una etapa que me aparté un poco de la NBA, en 2009. Yo siempre he tenido buenas relaciones con gente de la profesión, y el formato de ese programa dentro del periodismo deportivo era visto con recelo. No sé si había algo de envidia detrás pero se decía que era un formato no válido para la televisión en abierto, que no le interesaba a mucha gente, que era elitista o que era un formato muy caro. Yo no estaba nada de acuerdo con esas teorías. Con este boom se demuestra todo lo contrario, que hay mucha gente preparada para hacer este tipo de televisión con calidad. Ahora mismo las plataformas se quitan hasta temas. Quieren este tipo de reportajes. Por ahí está muy bien. Aunque estamos en un riesgo, que el boom lleve a que aparezcan reportaje no tan bien hechos.

-Guille Giménez y tú habéis creado toda una comunidad alrededor de vuestras narraciones. Una persona como tú, con tantos años en la profesión, eres muy reconocido y para mucha gente seguro que caso como de su familia aunque no te conozcan. ¿Cómo llevas esto en el tema personal? ¿Te agobia lo que se suele llamar fama?

-En mi caso, sobre todo por acumulación de años, hay mucha gente que me conoce, sí. Yo recibo en un 90 y tantos por ciento cariño, halagos, elogios y lo agradezco. Siento que la gente es muy educada en su mayoría. Eso no quita para que a mí personalmente lo de la fama no me gusta mucho. Trato de huir de todos los registros habituales de la fama. Pero entiendo que cuando alguien se te acerca y te dice algo hay que ser educado y tratar de responder a esa inquietud que pueda tener. Trato de combinar una cosa con la otra, me siento más a gusto en círculos de gente más pequeños y cuando toca lo otro sé que forma parte de lo que ha sido mi trabajo muchos años.

-¿Cómo se presenta esta temporada que empieza el día 22? A nivel deportivo tenemos la novedad importante de ver a Marc Gasol en los Lakers

-A nivel deportivo muy interesante. Los Lakers, actuales campeones, se han reforzado aparentemente muy bien. Creo que han mejorado el equipo. En el Este hay varios equipos de mucho nivel, Milwaukee, el experimento de Brooklyn Nets, Philadelphia, el facto Luka Doncic, los Pelicans con Zion Wiliamson si no se lesiona...Hay muchos argumentos y alicientes. Lo que pasa es que es una temporada en la que se van a jugar 72 partidos pero en 5 semanas menos de tiempo. Va a ser más denso el calendario, ha habido menos descanso entre temporadas y esto puede incidir en lesiones, en que haya jugadores que descansen más, esto va a condicionar resultados. Y luego está la amenaza del Covid, que aunque la perspectiva con las vacunas es buena, sigue siendo una amenaza. La NBA invierte mucho dinero en protocolos de seguridad y garantías. La temporada no corre peligro, puede haber algún aplazamiento o jugadores que se pierdan partidos. Pero confío en que se desarrolle bien. Desde el punto de vista de los jugadores españoles, Marc va a tener ahora más foco, porque aquí tenemos también esa educación de equipos grandes y pequeños, algo que allí no cuenta tanto. Llama mucho la atención que Marc fue campeón hace un año y medio y ahora llega a Lakers. Va a ser importante allí. Luego con Minesotta con Ricky y Juancho, la gente del Real Madrid va a estar también muy pendiente de Campazzo. La temporada será entretenida porque la NBA tiene esa virtud, se las arregla siempre para que haya muchos focos de atención.

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