SANIDAD / Profesionales en pie de guerra para mostrar lo que se vive en el día a día

Techos que se caen, inundaciones y bichos: qué pasa en los hospitales madrileños

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Saturación en las urgencias de La Paz
Fotografía de la saturación de las Urgencias de la Paz. / @Urgenciaslapaz (Twitter)

Caídas de techos, inundaciones, personal saturado de trabajo y hasta bichos. Éste es el panorama que describen algunos de los profesionales y sindicalistas que desarrollan su labor en algunos hospitales madrileños, especialmente aquellos que son más viejos. Los recortes empiezan a pasar factura y, según cuentan estos testimonios, la Administración de Cristina Cifuentes solo pone parches. 

El último escándalo con el que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha tenido que lidiar es la saturación de las urgencias del Hospital de La Paz, donde los trabajadores denuncian en redes sociales las situaciones que se viven en los picos de asistentes. Ante esta situación, el 1 de diciembre, el personal de este área realizó una reunión en el que pedían cosas básicas, como que “debe cumplirse el ratio enfermera-paciente recomendado por las sociedades científicas, de 6 pacientes por enfermera". Denuncian que "se han dado momentos en los que un profesional tenía a su cargo 15 pacientes”. Según cuenta una persona del servicio, son los trabajadores los que cargan a sus espaldas con estas carencias: “Ha habido incluso ataques de ansiedad”, refiere esta fuente, que prefiere no dar su nombre por miedo a represalias. Esta persona describe a un personal exhausto y harto.

 

La comunidad sanitaria ha sido una de las más combativas frente a los recortes. Sin embargo, las fuentes consultadas reconocen que frente a la petición de reuniones con las direcciones, escritos y propuestas, a veces solo se reacciona cuando las imágenes de la masificación llegan a la televisión o se hacen virales en Twitter. De hecho, el exconsejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Jesús Sánchez Martos, era conocido como el ‘consejero tuitero’ por su intensa actividad en la red. Desde la cuenta @Urgenciaslapaz  cuelgan imágenes donde ser ven salas con varios pacientes separados por biombos donde la intimidad no existe, material en mal estado, etc. Reconocen que cuando esto ocurre, llegan los parches y los arreglos puntuales. Hace meses también pusieron un cartel donde se prohibía captar imágenes. El día 30 de noviembre, el hospital anunció la adjudicación del proyecto de las obras de reforma y ampliación de las instalaciones de Urgencias con una inversión de 13,7 millones de euros para este servicio que atendió 229.930 personas en 2016, según la memoria del hospital.

 

La Paz acusa también un problema de mantenimiento. El pasado febrero se cayó un techo en una habitación de cardiología y, según cuenta el citado trabajador, a veces sale agua amarilla de los grifos: “Los conductos son de hierro y hay que cambiarlos, pero nos han dicho que es muy caro”.  El pasado septiembre la rotura de un climatizador en el área de la UCI Pediátrica provocó inundaciones en varios pasillos.

A pesar de que en el proyecto de presupuestos de 2018 Cifuentes dedica un 40,7% del total a Sanidad y de que ya ha anunciado que dedicará 106 millones a “modernizar los hospitales y servicios de atención primaria”, Mariano Martín Maestro, de la federación de sanidad de CCOO de Madrid se muestra escéptico: “Llevamos desde 2012 sufriendo recortes y ahora hay que recuperar todo lo perdido. Además, luego los hospitales siempre gastan más de lo presupuestado”. A este sindicato siguen llegando quejas desde los centros, donde sus delegados y trabajadores reportan horas de trabajo adeudadas que nunca se pueden librar por falta de personal, falta de mantenimiento de los edificios o enfermeros desbordados.

No es solo un problema de La Paz. Las quejas se extienden hacia otros hospitales. Hace tan solo tres días, se cayó un techo en el Gregorio Marañón, donde unos meses antes la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM) denunció la aparición de cucarachas. Hace unos días también se descolgó en el Hospital de Getafe un ascensor con una celadora y un paciente dentro. Las fuentes consultadas lo achacan a años de recortes en la sanidad pública y un traspaso de la gestión de algunas áreas (como la limpieza o el mantenimiento) a la privada, que además, funcionan mal. Desde 2012, algunos médicos, enfermeros o celadores se han visto obligados a convertirse en ‘activistas’ para proteger el derecho a la salud de todos.

“Tenemos problemas de salubridad con las cafeterías, donde también comen los pacientes que vienen a hacerse pruebas o a consultas”, explica Luis Mancera, administrativo y delegado sindical de CCOO del Ramón y Cajal, que se queja de la mala gestión de las empresas adjudicatarias: “Hemos tenido ratas, cucarachas, las campanas están llenas de aceite...”. También habla de inversiones innecesarias, mientras otras necesidades continúan desatendidas: “Hemos instalado un core, una especie de máquina para hacer analíticas en plan industrial. Dan una producción que no necesitamos porque no tenemos pacientes para sacar rendimiento.Invierten dinero en esto mientras el resto de la casa se cae a cachos”.

Soledad Casero, secretaria de la sección sindical del 12 de Octubre, relata un mismo diagnóstico, aunque cambie el centro. “En el servicio de mantenimiento cada vez hay menos gente porque se está derivando a las privadas. A ellos les llamas, hacen su obra y desaparecen. Cuando hay una urgencia, lo solucionan los pocos que quedan de mantenimiento en el propio hospital y al final no se hace nada preventivo”. En este centro, también han sufrido las caídas de los techos de escayola y goteras.

Los profesionales son conscientes de la importancia que tienen para los pacientes los médicos, los enfermeros y todo el personal, a quien le confían algo tan preciado y fundamental como su salud. Por eso, intentan que todos tengan los cuidados que precisan. Las fuentes consultadas coinciden en las horas que se les deben y que no acaban nunca de compensarse porque no hay compañeros suficientes para poder librar. Pero Casero apunta a un desgaste que va más allá, en áreas que ya tienen bastante tensión por su propia naturaleza: “Hay personas que tienen lesiones músculo-esqueléticas, especialmente en auxiliares y celadores. Por mucho que haya grúas, si tienes que trasladar y atender a un número elevado de pacientes tienes que hacer las cosas corriendo. Lo que les importa en ese momento es el paciente”.

La sanidad española sigue manteniendo buenos estándares de calidad, pero los testimonios consultados temen que esto desaparezca en el futuro en favor del negocio privado. Durante las entrevistas se repite una coletilla que da buena cuenta de la preocupación que existe entre estos profesionales:  “Y todavía no ha llegado el pico de la gripe”.

1 Comment
  1. florentino del Amo Antolin says

    Un honor contar con trabajadores sanitarios; en unas condiciones insalubres. Los gobiernos de estos sinverguenzas propagando enfermedades en los públicos, y atiborrando los privados de todo tipo de recursos… Los que gestionan tan mal lo público; no merecen ser tratados como otra cosa que: Mafias de involución social !. ¡ Todo el cariño honrrado de este Pueblo, para vuestra ejemplaridad !. ¡ Salud !.

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