La alergia le amarga la vida a uno de cada cinco españoles

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La alergóloga Ana Navarro./ Archivo hospital de Valme, Sevilla.
La alergóloga Ana Navarro./ Archivo hospital de Valme (Sevilla)

Entre un 20 y un 30% de españoles padece rinitis alérgica —congestión nasal, estornudos y goteo de nariz; picazón en la garganta, ojos y oídos—, asma, o ambas patologías a la vez; de hecho, una de cada tres personas con rinitis alérgica terminan padeciendo asma. En términos globales, y si añadimos a las causas citadas otras como la alergia a los alimentos o la dermatitis atópica, la llamada  comúnmente eccema, puede decirse que más de 9 millones de personas en España tienen problemas alérgicos de diversa índole y en mayor o menor grado. Un “fenómeno” que, como el cambio climático, preocupa más cada día a la sociedad y, en particular a los médicos. Personas mayores que jamás fueron alérgicas, ahora lo son... Lo son al polen, al polvo, a hongos, a algún alimento, o al contacto con cualquiera de esos animales de compañía que comparten con nosotros espacio en las casas.

Asimismo cabe decir que entre los grupos más propensos a desarrollar algún tipo de alergia están los niños mayores y los jóvenes, aunque como ya se ha enunciado, ésta es una enfermedad que no tiene edad; puede padecerla un bebé o una persona de 80 años. Si como parece, la mayoría de las alergias tienen un origen genético que ya predispone a sufrirlas, la mejor respuesta ante ellas sería reforzar el sistema inmune, algo que, debido a los estilos de vida que en Occidente tenemos no apunta, precisamente, en esa dirección.

¿Qué está pasando, entonces, con el sistema inmune?, ¿es verdad que se está debilitando?, se preguntan las sociedades científicas cuando observan cómo se ha duplicado, en los últimas décadas, el porcentaje de alergias entre la población de los países industrializados. En una sociedad como la nuestra, donde el nivel de confort es tan alto, el sistema inmune desarrolla una “escasa” actividad para realizar su función principal, como es combatir las grandes infecciones, mientras se activa (“casi sin querer”) ante sustancias totalmente inocuas, desencadenando lo que conocemos como procesos alérgicos. Además, concurren circunstancias como la contaminación, los nuevos hábitos alimenticios, la convivencia doméstica con animales, el exceso de higiene o “el blindaje” y protección del hogar contra cualquier agente externo —frío, calor o contaminación—, que propician una alta exposición a alérgenos. Es decir, sin saberlo, las sociedades desarrolladas han introducido en sus vidas y hogares al enemigo; y de este modo están propiciando que los episodios alérgicos sean cada vez más frecuentes entre sus moradores. El “aislamiento y asepsia” que se persigue para el hogar (de forma obsesiva, a veces) la escasa ventilación doméstica, con abundancia, además, de alfombras y cortinajes, conforman un formidable escenario y caldo de cultivo para muchos de los episodios alérgicos que miles de personas padecen. Lo que hoy está fuera de dudas es que, en general, las personas son más vulnerables a los procesos alérgicos y cualquier agente externo, más o menos agresivo, puede agravarlos.

La alergóloga Ana Navarro, médica especialista en el hospital sevillano de Valme desde hace dos décadas y coordinadora del Comité de Rincoconjuntivitis de la Sociedad Española de Alergología, es de los profesionales que opina, también, que “el sistema inmune, en la sociedad del bienestar,  se activa inapropiadamente y de forma exagerada y nos ‘defiende’ ante sustancias que a priori no suponen un riesgo para nuestro organismo” . En el terreno de lo práctico, Navarro propone “acudir al médico de familia o al pediatra ante cualquier síntoma alérgico, y valorar siempre que sea posible el estudio alergológico especializado”. La prevención y el diagnóstico, en este sentido, son claves para el posterior tratamiento y control de la rinitis y el asma, por ejemplo; dos tipos de alergia que son crónicas, pero que con un tratamiento adecuado pueden controlarse.

Tras el pertinente estudio alergológico, se impone evitar el alérgeno (que no siempre es posible) y la medicación.  Ésta ha de ser la adecuada, y en consonancia con la gravedad de los síntomas. Por supuesto que debe mantenerse durante el tiempo que sea necesario, además de que ha de ir acompañada de una medicación de rescate por si se presenta algún episodio puntualmente agudo.

¿Y qué hay de las vacunas contra la alergia? Este es un tema controvertido desde el punto de vista de los pacientes pues no pocos reniegan de ellas al requerirse un periodo largo de tiempo para su aplicación —entre 3 y 5 años—, además de un alto grado de disciplina para su cumplimiento. Con frecuencia muchos pacientes que aceptan vacunarse en principio, abandonan. La alergóloga Navarro asegura que “la inmunoterapia es la única herramienta terapéutica con eficacia documentada para erradicar o disminuir la alergia respiratoria, para evitar el paso de la rinitis al asma, y para prevenir el desarrollo de nuevas sensibilizaciones a aeroalérgenos”, aunque, apostilla, “la inmunoterapia es también útil siempre que se haga un buen diagnóstico y se valore la relevancia clínica del alérgeno; es decir, siempre que exista una indicación adecuada”. Esto, teniendo en cuenta, además, que cada paciente es único, como lo es esa alergia que se le manifiesta, justifica y explica por qué se hace aún más necesaria la vacunación. La inmunoterapia (o vacuna) es un tratamiento integral que permite suprimir total o parcialmente la medicación; pero si se rechaza, las personas con rinitis y asma tendrían que seguir medicándose inevitablemente. Así pues, lo que la medicina ya tiene claro es que la vacuna, en los procesos alérgicos, eleva y mejora la calidad de vida de los enfermos.

En cuanto a los costes personales, sociales o laborales que generan las alergias, no cabe duda de que estos son altos. Por fuerza, tantos miles de personas enfermas tienen que suponer un grave quebranto para las arcas del Estado. A nivel particular, una persona alérgica es un enfermo y por tanto su calidad de vida se verá muy mermada; como su relación con el entorno, que también va a estar afectada. Y en el terreno estrictamente laboral y económico, en España aún no hay datos globales sobre los costes que acarrean las alergias, pero un estudio iniciado por la Sociedad Española de Alergología e Inmunidad Clínica (SEAIC) —estudio FERIN— sobre las consecuencias económicas de la rinitis alérgica —la enfermedad de estas características con más prevalencia, pues afecta al 21% de la población nacional—, apunta ya, en sus primeros datos, que estos son muy cuantiosos. De hecho, un 70% de los afectados por rinitis alérgica la padece durante más de tres meses al año en su condición más aguda. En esta misma línea de averiguar cuánto cuesta esta patología, Suecia sí ha evaluado la rinitis alérgica y ha concluido que estos enfermos le suponen un costo al Estado de 2.700 millones de euros al año, unos 653 euros por paciente.

Las causas alérgicas son multifactoriales casi siempre. Y en contra del tópico, la alergia tampoco es una “cuestión de primavera” como mucha gente cree; puede aparecer en cualquier momento del año. Es cierto que el polen primaveral es uno de los agentes más agresivos y uno de los principales desencadenantes de alergias, pero no el único. Ya se han citado los ácaros y los hongos, aunque hay otros muchos agentes. Por eso las aplicaciones terapéuticas están en constante evolución. Cada día los sistemas diagnósticos son más precisos, la medicación más ajustada y personal y las vacunas más eficaces. El tratamiento siempre es individualizado. Y para reforzar su eficacia al paciente se le aconseja, en cada caso, modificar o reforzar ciertos hábitos o cambiar su estilo de vida. Por ejemplo, si alguien es alérgico al polen se le aconseja evitar que esté todo el día con las ventanas abiertas en el período de floración o que evite las zonas con vegetación. De todos modos, el primer consejo que le dará un alergólogo a estos enfermos es que asuman su enfermedad. No es grave padecer una alergia; si puede serlo no tratarla.

3 Comments
  1. Marta says

    El año pasado mi hermana paso tres crisis alérgicas y todo por los plataneros de Barcelona centro. A ver si hacemos algo…

  2. Emi says

    Si quieres aliviar de verdad la alergia en casa soy promotora de un sistema de higiene y salud certificado mediante informe de la SEAIC como elementode prevención de las alergias respiratorias y con el sello TUV «actos para alérgicos».Demostración sin compromiso en Sevilla mi TLf es 954156964.

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