La proliferación de las salas de juego en Madrid no se detiene: los empresarios quieren más

  • Las salas de juego proliferan por las calles de Madrid sin control
  • El Ministerio de Hacienda rebajó en mayo en 5 puntos el impuesto a actividades del juego online, del 25 al 20%
  • Según el informe trimestral de la DGOJ se destinaron a 76’26 millones de euros a publicidad de apuestas deportivas, un 35,79% más que el año pasado

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No se materializó Eurovegas, proyecto “mimado" de Esperanza Aguirre en la presidencia de la Comunidad de Madrid, pero el juego y las casas de apuestas se han ido convirtiendo en parte del paisaje de la capital, especialmente en los barrios obreros y abandonando otros de mayor renta media. En la plaza de Cuatro Caminos ultiman las obras para abrir una nueva sala de juegos.

Está a apenas unos metros, a la vuelta de la esquina, de otras tres salas de juego sobre la calle Reina Victoria. En la otra cruz, en Bravo Murillo dirección al corazón de Tetuán, se pueden contar hasta doce salas de juego.

Esta proliferación ha alarmado a colectivos sociales, que denuncian el peligro del aumento de la ludopatía, especialmente entre los jóvenes, pero no tiene visos de detenerse: los empresarios de casas apuestan por continuar el crecimiento en una ciudad que carece de regulación que limite el número o localización de estos locales.

Al cierre del primer trimestre de 2018 se cuentan en la Comunidad de Madrid 385 salones de juego, 318 en el municipio, comparados con los 270 que había en 2014. En Madrid no hay limitaciones a la construcción de salas, a diferencia de la mayoría de comunidades autónomas, que establecen un mínimo de metros entre locales o distancia de colegios y edificios sensibles.

“Están por todas partes”, se queja un vecino del barrio de Tetuán. Los jugadores también se multiplican y se diversifican: el juego ha dejado de ser una posible adicción a una alternativa de ocio, según se recoge en el estudio de 2017 de Percepción Social sobre el Juego de Azar en España, atrayendo a un público cada vez más joven, especialmente en el mundo de las apuestas.

“Después de clase siempre vamos unos cuantos amigos a apostar en la liga, ahora con el mundial. La verdad es que jugamos bastante, no grandes cantidades, pero estás al final todo el día pendiente y con ganas, no es para tanto”, cuenta Carlos, de 19, a la salida de un local afiliado a Sportium, una de las mayores casas de apuestas deportivas. Las apuestas online atrajeron a 842.834 de usuarios en el primer trimestre de 2018, según datos de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ).

Viendo la oportunidad en el negocio de las apuestas deportivas que proliferaba en la red, muchos locales tradicionales (bingo, tragaperras, ruleta) han asimilado el modelo intentando atraer a la clientela a las salas de juego (y ahora también de apuestas) con jugosas ofertas pensadas para los más jóvenes, como cervezas gratis o incluso desayunos a 1,50 euros y cediendo un espacio propio a los terminales de apuestas deportivas. Si en 2015 la mayoría de los jugadores eran hombres de entre 26 y 35 años, ahora la media en los juegos de apuestas se ha rebajado hasta los 25.

Y con ellos las adicciones, denuncian organizaciones contra la ludopatía. “Venimos detectando que se ha ido sumando gente hasta el punto de triplicarse en muy poquitos años el número de pacientes”, explica a cuartopoder.es la psicóloga de la Asociación para la prevención y ayuda al ludópata (APAL) en Madrid Diana Alonso.

“Para nosotros crea una alarma muy grande porque detectamos que viene muchísima más gente y el problema del juego es que les crea, aparte de problemas personales a ellos y a sus familias, unas deudas que hacen que socialmente una persona esté empantanada durante muchos años y pueden acabar en la cárcel, o viviendo en la calle en casos muy dramáticos”.

Fue el caso de Juan (nombre falso), en torno a los 40 y ahora rehabilitado. “Vives en una mentira, ocultándoselo a la familia, a los amigos salvo a los que juegan contigo, pero sobre todo a ti mismo, hasta que todo se rompe y no puedes más y estás en la mierda y sin saber cómo salir de las deudas enormes que tienes… yo tenía que pedir créditos para ir pagando lo que gastaba en apenas unos días”.

Juan jugaba a la ruleta y tragaperras, pero Antonio, de 20 años y que acude a terapia privada contra la ludopatía, “se le fue la mano” con las apuestas deportivas. “Ganaba dinero al principio, pero luego como que no puedes parar, ¿sabes? Pues quieres seguir con el subidón y empiezas a perder… Le cogí la tarjeta de crédito a mis padres y me pillaron, me acabó dando miedo hasta donde podía llegar”.

El juego generó en los primeros meses de 2018 un margen neto de 163’3 millones de euros, un aumento del 28,85% respecto al mismo trimestre en 2017, que en total se cifró en 560 millones.

Aunque alrededor de la mitad de los ingresos provienen de las apuestas, que acumula crecimientos anuales de más del 20 y el 30% “exclusivamente gracias a las apuestas deportivas”, según recoge el informe de la Dirección General de Ordenación del Juego, los casinos van a la zaga y suben en ingresos un 51,02% con respecto a 2017, mientras que el año anterior ya había crecido un 105,04%. A este crecimiento en apuestas y se suma la medida aprobada por el Ministerio de Hacienda en mayo que rebajaba en 5 puntos el impuesto a actividades del juego online, del 25 al 20%.

Ante el continuado crecimiento del sector, los empresarios de las salas de juegos se plantean aumentar su presencia con nuevos locales: según el Barómetro de los Salones de Juego publicado por la Asociación Española de Empresarios de Salones de Juego y Recreativos (ANSEAR), un 69,7% de los directivos entrevistados -la mayoría directivos de cadenas de más de un salón, la muestra es relativamente pequeña- se muestra dispuesto o con intenciones de ampliar negocio abriendo nuevos locales o instalando más ruletas y máquinas multipuesto.

También admiten que el aumento desaforado de salas de juego, sin planificación, puede causar problemas de competencia y saturación del mercado pero, sobre todo, de imagen pública.

Desde la ANESAR se quejan de lo que denominan una campaña mediática en su contra y su negocio, y de la “desmesurada” voz que se le da a las organizaciones contra la ludopatía o de rehabilitación de adictos al juego. “Esta oleada muestra la preocupación que suscita la atención de algunos medios de comunicación que toman enfoques negativos y trasnochados sobre el juego, las apuestas y los salones”, detalla el presidente de ANESAR, José Vall, en el barómetro.

La expansión de las salas de juego ha venido también acompañada de un aumento exponencial de la publicidad de las apuestas. Según el informe trimestral de la DGOJ se destinaron a marketing 76’26 millones de euros, un 35,79% más que el año pasado, y a la espera de que salgan los datos del segundo trimestre; llega el mundial de futbol y las expectativas son muy altas: se han multiplicado los anuncios en televisiones, plataformas de vídeo online como youtube, páginas web, etc.

“La publicidad es abusiva y muy agresiva, está haciendo muchísimo daño, muchos ídolos deportivos están anunciando el juego y no se tiene ningún cuidado del mensaje que se da, de los medios, de los canales, en el metro, en zonas públicas… personajes que atraen a gente muy jovencita”, concluye Alonso.

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