La larga marcha del coche eléctrico hacia la sostenibilidad

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El mismísimo presidente del Gobierno español acaba de anunciar un ambicioso plan para que los ciudadanos tengan facilidades para empezar a usar el coche eléctrico, con la supuesta intención de que el nuevo artilugio acabe sustituyendo al que consume derivados de combustibles de origen fósil, o sea gasoil y gasolina, fundamentalmente. Y hay algunos detalles de lo anunciado que llaman ciertamente la atención.

A bote pronto, parece que los mayores beneficiarios directos a corto plazo del inicio de la implantación del electrocoche van a ser sino los de siempre, casi: los fabricantes, puesto que ya anticipan los que saben de esto que los automóviles híbridos o totalmente eléctricos serán más caros que sus equivalentes actuales, cosa que se pretende dulcificar con el anuncio de subvenciones a la compra.

A largo plazo, a los ciudadanos autoelectrificados les saldrá más barato el kilómetro recorrido gracias a los nuevos vehículos que el que recorran valiéndose de gasoil o gasolina. Ahora tendrán que calcular, como se hace ahora para decidir si “comprar diesel o gasolina”, si les resulta más económico comprar coche eléctrico o de los de siempre en función del coste por kilómetro y del número de ellos a recorrer previsible y anualmente.

Sin duda, las emisiones de CO2 por vehículo serán muchísimo menores si el motor es híbrido. Nulas si es eléctrico. Pero habrá que estudiar globalmente el coste ambiental y la manera de producir esa energía eléctrica que consumirán los vehículos, aunque, también a lo que parece, las compañías eléctricas ya están en el mismo empeño que el Gobierno para facilitar el uso de los nuevos coches, que las empresas de automoción fabricarán, mediante la puesta a disposición de las redes de distribución de energía necesarias para que los nuevos automóviles funcionen a discreción y con autonomía extendida a varios cientos de kilómetros. Objetivo este último que es la madre del cordero. Si no se consigue, y a coste razonable, poco éxito habrá.

En combinación con la creación de esas redes eléctricas por las empresas del sector, los fabricantes tendrán que aprovisionarse de materia prima suficiente para las pilas de litio recargables que son la fuente renovable de la energía de propulsión del vehículo. El litio es un metal quizá no tan escaso como el petróleo actualmente, pero sí de similar restricción en cuanto a su localización: Bolivia, Chile, China, Argentina o Australia son los países de mayores reservas. Especialmente el primero, en el que se estima que están la mitad de las reservas mundiales conocidas. 

5 Comments
  1. Aurora says

    Me alegro por la pobre gente de Bolivia. Si con el litio podemos ayudarla me electrifico ya mismo.

  2. jonathan says

    Y yo, sin dudarlo ni un minuto; cuando reúna la guita, se entiende.

  3. Paco F. says

    El coche electrico era posible hace años pero conlleva un grave peligro que es la generacion de la energia que usara. Actualmente el mix energetico claramente apunta a su origen no renovable y el uso de energia electrica supondria trasladar el problema de la contaminacion a otro lugar, simplemente. Menos contaminacion en ciudades, quiza, pero mas en otros lugares.
    Por otra parte seguimos sin afrontar el problema de transporte mediante el impulso suficiente a los medios no motorizados y de uso publico (bicicleta, autobus, tren convencional…).

  4. santi says

    Echo de menos información detallada de varios aspectos.

    El coche eléctrico tiene ventajas ambientales en su uso, menos ruido, sin emisiones directas (menos contaminación en las ciudades, por ejemplo). Pero el balance global depende de dos o tres factores que habría que ponderar:

    a) el origen de la electricidad: si procede de una central térmica sigue habiendo emisiones (en vez de salir del tubo de escape sandrán de la chimenea). ¿Cuánta energía se consumiría si se electrifica el parque completo?, ¿cuánta de esa energía se producirá en centrales térmicas y cuanta será «verde»? ¿podrá la energía «verde» cubrir la demanda?

    b) la eficiencia: El rendimiento mecánico de un motor de gasolina es relativamente malo. Pero, ¿es mejor el del nuevo sistema? Los motores eléctricos tienen un rendimiento mejor, pero hay que contar con el rendimiento del sistema de generación (el de las centrales térmicas no es mucho mejor que el del motor de explosión), transporte y con el de las baterías.

    c) El coste, parece que la electricidad es más barata que la gasolina, pero cuidado, una parte muy importante de este último son impuestos, que están ahí para generar ingresos para el estado. La comparación de costes debería hacerse con el coste real sin impuestos. ¿El estado asumirá perder los ingresos del impuesto por hidrocarburos? ¿aplicará un impuesto equivalente a la electricidad de automoción?

  5. Arnau says

    Paco, tienes razón: el quid está en el modelo de transporte.
    Aurora, lo siento pero… ¿cuando las materias primas han dado un poco de bienestar? Si eso es cierto, a los pobres bolivianos les esperan tensiones geoestratégicas, gobiernos títeres, corrupción, quizas milicias… todo menos riqueza para todos. Realmente lo siento.

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