Corred a aprovecharos del que agoniza

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Imagen de archivo de una protesta de los trabajadores del Centro Príncipe Felipe. / Efe

España es un lugar asombroso; un gran país que tiene fiebre y es el momento de aprovecharse de ello”, ha dicho un multimillonario neoyorquino que se propone comprar “por nada” un buen trozo de España para sus negocios. El tipo, cuyo nombre ni interesa ni merece la pena saber, anuncia a voz en grito lo que sus colegas de casta llevan tiempo haciendo a la chita callando, beneficiados por sus voceros, los periódicos anglosajones, muy especialmente el Financial Times, pero también los amarillistas que tanto abundan en Gran Bretaña, auténticos mamporreros del poder económico que esperan recibir las migajas del botín de guerra.

Mientras tanto, en España, caen sin hacer ruido, abatidos por la obligada obediencia al mandato de los poderosos, compañías y empresas, algunas ejemplares, enviando a la calle a ingenieros preparados y brillantes, como ha pasado con la supresión, hace tres meses, de la sociedad estatal Ingeniería y Servicios Aeroespaciales SA (INSA), cuyo ejercicio de 2011 se saldaba con beneficios netos de siete millones de euros, lo que descarta que se la eliminara por resultar ruinosa, precisamente. ¿Por qué, entonces? Para ahorrar 400.000 euros, según denuncia José Miguel García Sarabia en una carta al director de El País, el 20 de junio pasado. Y añade un ejemplo clarificador de cómo se podían ahorrar esos 400.000 euros si los padres de la patria dejaran de encargarse retratos carísimos para alimentar su vanidad: los de Bono, Cascos, Manuel Marín y los que tapizan el Senado y los ministerios, que superan con mucho esa cantidad.

Proyectos de investigación que a duras penas podrían sacarnos de la inopia en la que vivimos, han  sido suprimidos por falta de dinero, como es el caso del centro Príncipe Felipe valenciano después de haber sido creado para lucimiento y despilfarro del poco honorable ex presidente Camps, con lo que centenares de jóvenes profesionales salen al exilio o se preparan para la ceremonia de inmolación del desempleo.

Sí, ese ricachón americano lleva toda la razón: un país asombroso que está a la venta “por nada”, entre otras razones, porque, como dice Del Bosque, “los españoles no sabemos valorar lo que tenemos” y por esa razón, vendemos barato.

Artur Mas, haciendo la guerra por su cuenta, anda en Boston con la pretensión de apoyar la I+D catalana cuando, en realidad, babea por conseguir que el gran putiferio de Eurovegas se instale en su tierra. De paso, como si la resistencia numantina ya no diera para más, la justicia catalana abre la veda del juego de modo que toda Cataluña podrá convertirse en una versión hispana de Las Vegas. A los franceses del sur, les vendrá muy bien completar su jornada de putiferio de las carreteras catalanas con el juego, como en el salvaje oeste. Guau.

En éstas, las instituciones del Estado, tradicionalmente criticadas sólo por los antisistema, ahora se ven en la boca de todos debido al comportamiento nada edificante de sus representantes: con el cadáver político aún caliente de Dívar, ya está el corpulento vicepresidente del Poder Judicial, de Rosa, hablando de lo que va a quitar y lo que va a poner en esa casa, seguro de que se pondrá él en el sitio donde han quitado al anterior. Quítate tú para ponerme yo, dice la canción. ¿No parece indecente?

En este contexto, sólo queda constatar que la cultura nos ha abandonado y el campo que se abre ante nosotros es un lugar infecto del que –si salimos de ésta- habrá que sacudirse la miseria espiritual y la vida deshumanizada que supura.

Los antiguos, curiosamente habitantes de estas tierras ahora en almoneda, griegos, romanos, hispanos (de Hispania, se entiende), abominaban de los individuos que hacían leña del árbol caído como gentes de una conducta propia de bárbaros; gente indigna. Pero ¿a quién perturban las enseñanzas de los antiguos? A las hienas financieras y negociantes, no creo, exitosas como se sienten en hacer que cunda el ejemplo de que todos aspiren a ser ricos como único objeto de sus existencias.

Lo dejó denunciado Tony Judt en un libro antes de morir, haciendo contrición de lo consentido por sus conmilitones socialdemócratas durante los años 80, polvo esencial de estos lodos de hoy. Que la derecha juega al juego de enriquecerse a toda costa ya se sabía; por eso la gente aprendió a apoyar a una izquierda que hiciera de contrapeso, pero la izquierda llegó al poder y aprendió las maneras de la derecha, imitó sus aires de beautiful people, se contagió del calorcito que hace dentro y aborreció el frío que hace fuera; y se olvidó de la gente.

A todas estas llega China con ganas de zampar, aprovechando la necesidad de liquidez de Europa, y ya tiene comprado el puerto de El Pireo y se está metiendo en todas las empresas importantes. Cada vez se oyen menos voces que protesten por la violación sistemática de los derechos humanos en China. Todos callados ante el pestazo del dinero. Vaya día que llevo; a ver si me toca la lotería de una vez.

1 Comment
  1. me says

    China debe ser dueña de la mitad de EE.UU. ¿Exagero?, bueno, de la mitad de California con toda seguridad!

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