Buscad a Bernardo Bonezzi en Groenlandia

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Imagen de archivo del músico Bernardo Bonezzi, fallecido ayer, dia 30, en Madrid. / José Huesca (Efe)

Me he enterado por Radio 3 que ha muerto el creador del himno evocador de la Movida madrileña, Bernardo Bonezzi, que tenía apenas 15 años cuando compuso Groenlandia. Ha sido precoz en su encuentro con la muerte, en este “agosto criminal” –según calificación de Pedro Almodóvar, con quien trabajó tanto - cuando le quedaban dos años para cumplir los 50. Ha muerto joven como parecía de rigor en un representante neto de la Movida, ese tiempo y lugar en el que las gentes del arte se metían de todo en el cuerpo. Este músico –mestizo de brasileña e italiano-  era un hombre culto y elegante, dotado de gracia para las letras y los compases.

Se había criado escuchando a Marc Bolan, a David Bowie y a Roxy Music, y enfermó dulcemente de esas músicas. Aprendió muy pronto a hacer canciones. Muy pronto conoció a otros elementos de la Movida, como Alaska, García Alix, Ouka-Lele. Muy pronto, también, se deshizo su grupo Zombies, sofisticado conjunto de pop postmoderno que supuso toda una novedad para esos años.  Pronto, dedicó su tiempo a producir Cómo está el servicio… de señoras, las canciones perpetradas por el dúo Almodóvar-McNamara en un disco desternillante, que ahora serían constitutivas de delito y por las que se habrían visto ante el juez de guardia más de una vez.

De esa aventura pasó Bonezzi a componer música para el cine con el talento acostumbrado. Tan buena mano tuvo que en la televisión le reclamaron para musicar series como Farmacia de guardia.

Como pasa con tantas personas valiosas, la vida no ha sido justa con Bonezzi, a pesar de que la Academia de Cine le concedió un Goya por la música de Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, de Agustín Díaz Yanes, en 1996. También había trabajado con otros directores de cine como Icíar Bollaín, Enrique Urbizu, Pedro Olea, Alfonso Ungría

Comentaba Jesús Ordovás –que le conocía bien- en Radio 3, que no había tenido suerte con sus últimos trabajos. Hace tres años había editado El viento sopla donde quiere, un disco de canciones, sin que repercutiera mucho en los medios. Este mismo año acababa de publicar La esencia de la ciencia sin notable difusión. Para Ordovás, la vuelta de Bonezzi se produce justo cuando empieza la crisis del disco, en la era del pirateo de Internet, en que no se vende ni uno. Pero, además, es probable que a Bernardo se le cerraran puertas que a los mediocres sin embargo se les ofrecen. Nadie dijo que existiera la justicia en este mundo.

Pero queda en el ambiente de quien tenga años y memoria, la ensoñación escapista y la melodía de Groenlandia y también el sentido del humor de las canciones pensadas y musicadas por este genio que se ha llevado agosto, que este año, compite en crueldad con abril, el mes consagrado por el poeta a esos menesteres.

3 Comments
  1. Ramón says

    Gracias, Elvira por su preciosa crónica de cuando creíamos ser más libres guapos e indocumentados que ahora.

  2. Vincheska says

    Bernardo era un tipo inteligente, brillante, con un talento descomunal. Un gran músico, que empezó de niño y murió tan joven, que no pudo cumplir el medio siglo de vida. Que pena. Gracias Elvira por el respeto a la figura de Bernardo. Volver a escuchar Groenladia me ha recordado aquellos maravillosos años de La Movida. Descanse en paz, el gran Bernardo Bonezzi.

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