Gonzalo Rojas, íntegro

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Cubierta de la obra poética completa de Gonzalo Rojas.

A mediados de mes se presentó en la Residencia de Estudiantes de Madrid, Íntegra, el libro que recoge la totalidad de la obra poética de Gonzalo Rojas, uno de los grandes poetas en lengua española del siglo XX, galardonado con el Premio Cervantes en 2003. La obra, de casi mil páginas, editado por el Fondo de Cultura Económica, fue presentado por Fabienne Bradu, responsable de esta magnífica edición, que lo hizo por videoconferencia, José Méndez, poeta y amigo de Gonzalo Rojas, el catedrático Antonio Fernández Ferrer y el también poeta Juan Carlos Mestre.

Íntegra es un modelo de edición y contiene 49 poemas inéditos, o mejor, no recogidos en libros, pero que fueron publicados en revistas y diarios que Bradu ha rescatado de las hemerotecas. El interés de estos inéditos es parejo  a la calidad de los poemas conocidos de Rojas, aunque la temática es muy variada. Hay poemas de la primera juventud que estaban desperdigados por revistas regionales chilenas, otros publicados en la revista surrealista Mandrágora, de los que renegó el escritor toda su vida, aunque también los haya pertenecientes a una etapa más tardía, poemas que se encontraron en sus archivos personales, los menos, y otros poemas que estaban desperdigados por diversas publicaciones de fuera de Chile y que nunca se animó a recopilar.

Según Fabienne Bradu, los poemas de juventud de Rojas poseen un enorme interés y son lo más novedoso de la edición. Los escribió Rojas a los diecisiete y dieciocho años y “estaban publicados pero nadie se había preocupado por ir  a buscarlos ala BibliotecaNacionalde Chile”. “Hay otros”, agrega “ya finales, que demuestran que estuvo prácticamente escribiendo poesía hasta su accidente cerebral”. Sobre la solemnidad inherente a este tipo de ediciones, ya se sabe que  las Obras Completas enaltecen a un creador pero también lo sepultan en el alcanfor de la eternidad de los clásicos, Bradu cree que esta libro está vivo porque Gonzalo Rojas nunca separó obra y vida, “no es un ataúd poético”, y que aunque Rojas rehuía la solemnidad de las obras completas piensa que ha conseguido reunir un libro que palpita, que en cierta maneta posee la vitalidad del poeta.

Bradu sólo consiguió presentarle la idea del proyecto de Íntegra, ya que en febrero de 2011 el poeta sufrió un accidente cerebral a consecuencia del cual moriría semanas más tarde. Bradu en cierta manera se alegra de que Gonzalo Rojas no se hubiera inmiscuido en el libro: “No hubo tiempo de comentar los criterios de edición, que es algo que debo asumir totalmente y en este sentido no es un libro sancionado por su autor. Mejor así, porque hubiera refunfuñado ante la propuesta de un orden cronológico, de dibujar un mapa de su obra y ante mis tentativas de fijar las variantes de sus poemas en el tiempo”.

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Gonzalo Rojas, fallecido el 25 de abril de 2011, en una imagen de 2007. / Claudio Reyes (Efe)

Fabienne Bradu prepara ahora otra recopilación de Rojas, esta vez dedicada a la prosa, que le gustaría tener preparada para 2014: el libro contendrá ensayos sobre figuras que leyó con mucha atención y con los que tuvo un trato prolongado, como Rubén Darío, Gabriela Mistral, Pablo de Rohka, Vicente Huidobro, Pablo Neruda, César Vallejo u Octavio Paz.

Gonzalo Rojas está considerado el poeta chileno más importante de hoy día, digno sucesor de la estela luminosa de Pablo Neruda. Su poesía, impregnada de la querencia surrealista de sus años de juventud, se tiñó con la deuda de Huidobro, de Vallejo, de Baudelaire, de la Beat Generation, de clásicos latinos, en especial, Catulo, aunque, como bien señaló José Méndez, “la poesía de Gonzalo Rojas se nutrió de lo mejor de las vanguardias del siglo, en especial de dos poetas  a los que él elogiaba de continuo, Apollinaire y Paul Valéry” Sin embargo, según confesión bellísima del propio Rojas, dice que leyó el Fragmento 64 de Heráclito, aquel que dice, “Pero el relámpago gobierna la mitad del mundo” y que quedó fascinado porque reflejaba ahí la esencia del quehacer poético.

Desde aquel primerizo La miseria del hombre, publicado en 1948, a Con ánimo y sin ánimo, de 2010, se desarrollan un buen número de poemarios donde se dona una obra poética de enorme importancia para la lengua española, una obra poética que deslumbró a gentes como Gabriela Mistral, que habló de deslumbramiento por su acercamiento a lo muy original, a lo realmente inédito. Carlos Fuentes, que es hombre que sabe definir las importancias y posee un olfato  a veces muy sutil para saber de ciertas calidades, cuando le otorgaron el Premio Rómulo Gallegos, del que Rojas fue jurado, dijo que la poesía de éste constituye el gran arco lírico de la poesía latinoamericana junto a Rubén Darío, Leopoldo Lugones, Vicente Huidobro, Pablo Neruda, José Gorostiza, José Lezama Lima y Octavio Paz. Pocos pueden mejorar el elogio.

Tamaña excelencia es, sobre todo, lo que se homenajeó entre todos los presentes en el acto dela Residenciade Estudiantes, un acto de cierta importancia al transcurrir en un lugar emblemático de la poesía y de la cultura española y que Rojas frecuentó en sus estancias en España. José Méndez, en su intervención, señaló el misterio de esas estancias enla Resi:

“En aquellos largos silencios en los cuales él continuaba ahí, observando, pude presentir que Rojas nunca abandonaba el oficio: su mirada escribía sobre la luz del instante, también su sonrisa y acaso su manera de moverse. Esto no es sólo una anécdota, sino una manera de estar en el mundo que explica y mucho, a  mi modo de ver, la unidad de su poesía, el hecho de que fuera consciente, como pocos, de ser el autor de un único libro, de un único texto. El que hoy está a disposición de todos nosotros: Íntegra, sí, nunca mejor titulado”.

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