Juan Ramón Jiménez hace doblete

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Rodaje de la película 'La luz con el tiempo dentro' sobre la vida de Juan Ramón Jiménez y su obra 'Platero y yo'. / Efe

La noticia es curiosa y traspasa el ámbito de los eventos del centenario de la publicación de Platero y yo, el libro que hizo de Juan Ramón Jiménez, uno de los grandes poetas del siglo XX y autor nada fácil, que fuera escritor popular y celebrado. Coinciden estos días en Moguer el rodaje de dos películas muy distintas sobre el poeta, por lo que la ciudad onubense, la Casa Museo Zenobia y Juan Ramón Jiménez no dan abasto, ya que tanto el pueblo como la casa natal del poeta son paisaje preferido por los dos rodajes, el de Bartolomé Fernández, que con el título de Mariposas blancas, recrea los últimos días de la vida de Juan Ramón y La luz con el tiempo dentro, título tomado de un verso como ineludible metáfora con la que definió el poeta a su pueblo, que dirige Antonio Gonzalo y que es un proyecto de una enorme ambición, pues en gran parte puede decirse que el director ha estado seis años preparando el proyecto, un proyecto como llevar la vida de Juan Ramón Jiménez en su totalidad pero centrada sobre todo en sus relaciones con Zenobia Camprubí, a la pantalla. Las dos películas comienzan con los últimos días de la vida de Juan Ramón, que rememora los días de su infancia y juventud. Es en lo único que se parecen.

Mariposas blancas es una película concebida en formato de cortometraje y está siendo rodada en su totalidad en Moguer, comenzaron el sábado 12 de julio, ya que cuenta con el patrocinio del Ayuntamiento de esta ciudad, la Diputación Provincial de Huelva y la Fundación Cajasol, y que será estrenada con todos los honores en noviembre dentro de los eventos del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, que es una de las grandes citas anuales del cine en España junto a Málaga, San Sebastián y Valladolid. Al poeta anciano le dará vida Miguel Rellán, estupendo en películas como Bajarse al moro o El bosque animado, que se le parece bastante en el físico, y Javier Mora, que ha trabajado en series como Isabel, El síndrome de Ulises o Que se mueran los feos, en la etapa del Juan Ramón joven, cuando escribe Platero y yo. En realidad el cortometraje es una recreación audiovisual, así lo quiere su director, Bartolomé Fernández, sobre el célebre libro del burro. De hecho el título de la película recoge el motivo del capítulo 2 del libro, cuando el poeta abre las alforjas que lleva Platero y dice que salen mariposas blancas.

Días antes se fueron de Moguer los componentes de la película La luz con el tiempo dentro, que ha estado rodando en diversos lugares, Moguer, Sevilla, Jerez... desde principios del mes de julio. Si Mariposas blancas es película onubense y centrada en Platero y yo, ésta de Antonio Gonzalo, que es sevillano y autor ya de siete películas, entre ellas, Una pasión singular sobre la vida de Blas Infante. Si Mariposas blancas es película que cuenta con presupuesto de instituciones, ésta de Antonio Gonzalo al final se ha rodado con pequeñas ayudas de amigos ya que no han encontrado un productor que haya querido correr con todos los gastos que conlleva el rodaje de un largometraje.

Carlos Álvarez Novoa, que se hizo un nombre en Solas, de Benito Zambrano, dará vida al Juan Ramón anciano desde los 55 hasta los 76 años y Marc Clotet, que es uno de los pocos actores de la película que no es de origen andaluz, dará vida al poeta entre los 17 y los 40 años. El film se centra sobre todo en las relaciones de Juan Ramón con Zenobia, hay algunas escenas de claro sentido humorístico, pero ante todo quiere ser reflejo de la personalidad de Juan Ramón en la España de su tiempo, algo muy alejado del tópico que quiere un Juan Ramón escudado en su torre de marfil y obsesionado sólo con la perfección hacia su obra. Así, la estancia de Juan Ramón en Estados Unidos, que el poeta se toma como una misión después de haberse reunido con Manuel Azaña, la de recaudar fondos y ayudas en ese país para la causa de la República española, algo que al principio él cree factible por las relaciones de José Camprubí, encarnado en la pantalla por Alex O´Dogherty, con las altas esferas estadounidenses y su frustración al darse cuenta de que esos círculos estaba más interesados en prevenir la expansión del comunismo que en salvar a la República.

Tamara Arias, que encarna a Zenobia, está encantada con el papel que le han dado y se identifica con el personaje, que explica no le ha sido difícil porque Zenobia era mujer que escribía mucho y se ha apoyado en los Diarios, donde llevaba anotada casi al día su vida con el poeta, sus alegrías pero también sus decepciones. Pero si hay alguien que ha sido la responsable de que este proyecto se cumpliera en sus mayores exigencias ha sido Teresa Calo, una dramaturga vasca que es la responsable de un guión que respira honestidad y respeto por la obra y vida del poeta, tanto que cuenta con el apoyo y beneplácito de la Fundación Zenobia Juan Ramón Jiménez, algo nada normal en las adaptaciones que se hacen de vidas de artistas y escritores con sus herederos. Teresa Calo ha estado años estudiando la vida y obra del poeta y se empapó de todos sus escritos por lo que el guión bien puede decirse que es la recreación de una autobiografía. De hecho Teresa Calo se reserva un papel de médium, dejando que sea Juan Ramón el que explique la relación con Zenobia, con su obra, sus dichas y penas, hasta llegar a los últimos días, en plena etapa depresiva.

En el rodaje intervienen también otros actores conocidos, como Ana Fernández, José Manuel Poga, Sebastián Haro o Juan Motilla. Ahora la película se está montando, a la espera de llegar a tiempo para finales de año, cuando se cumpla el centenario de Platero y yo y Juan Ramón se convierta en personaje mediático por unos días. Será el momento de darse a conocer.

3 Comments
  1. Enrique Duro says

    Miedo me da. No veo a JRJ llevado al cine. !Ojalá me equivoque!

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