Los 5 peores discos navideños

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Imagen promocional del disco 'La Navidad de los Tres Tenores'. / amazon.com
Imagen promocional del disco 'La Navidad de los Tres Tenores'. / amazon.com

Esta es una selección bien difícil porque se trata de un auténtico desván de los horrores, una antología sonora de la cursilería y el mal gusto. Incluso los más grandes artistas como Chet Baker, Frank Sinatra, Elvis Presley o Johnny Cash, prestaron en algún momento su voz y su talento, su guitarra o su trompeta, para perpetrar una adaptación personal de temas navideños, villancicos y memeces varias. Discos horrendos que son una mancha en una discografía impecable, canciones que algún disc-jockey cocainómano desentierra de los archivos radiofónicos y coloca en las ondas la mañana de Navidad para intentar aliviarse la resaca. Cree que con eso va a darle algo de lustre a un programa condenado de antemano y lo único que consigue es hundir a un genio en la ignominia, añadirle otra estancia en el purgatorio de los mediocres, recordar a los oyentes despistados que hasta los dioses tienen los pies de barro.

La Navidad. Nunca hubo un tema más falso. Para encontrar un músico capaz de salir airoso del desafío hay que retrotraerse hasta el Barroco, aquella época en que los compositores creían en Dios y en la Santa Iglesia, fuera ésta la que fuera, hombres rendidos al misterio de un niño que nació en una aldea remota de Judea para traer la paz al mundo y redimirnos de nuestros pecados. El Mesías de Haendel o el Oratorio de Navidad de Bach, son de las pocas obras que pueden sonar en estas fechas sin que al oyente se le caiga la cara de vergüenza, sin que entre las trompas y los violines, los mensajes de amor y buena voluntad, se mezclen las notas falsas del descreímiento, la sonrisa de Satán, el repugnante tintineo del dinero. Escuchen el coro For unto us a child is born de El Mesías de Haendel y notarán, por ateos que sean, la alegría de aquella noche remota en Belén, la maravilla, la dulzura y la delicadeza de asistir a un milagro. Escuchen atentamente las escalas de Herr, wenn die stolzen Feinde schnauben del Oratorio de Navidad de Bach y verán un remolino de ángeles descendiendo para arropar al niño.

Lo demás es, lamentablemente, entropía, oportunismo, actos reflejos, escamoteos, falta de fe, espejismos, cuando no un simple y mercantil baile de máscaras. Papa 'Noeles' haciendo gorgoritos. Ciervas berreando. Tal vez usted haya escuchado discos peores que los que detallo a continuación, pero le recomiendo que no intente comprobarlo.

Ringo Starr: I wanna be Santa Claus

He aquí un disco que ofrece exactamente lo que promete. Es decir: un disco a la altura de su portada, donde el batería medio manco de los Beatles aparece disfrazado de Santa Claus. Ringo se atrevió no sólo a cantar sino también a componer varios temas para acompañar un festival de clásicos que incluye el célebre White Christmas de Irving Berling y una canción descartada de los Beatles que finalmente incluyeron en un recopilatorio.

 piggies1 (YouTube)

La Navidad de los Tres Tenores

La exitosa operación de marketing conocida como 'Los Tres Tenores' (como si no hubiese ningún otro) conjuntó a dos divos españoles y uno italiano bajo la dirección de Zubin Metha con la excusa de acercar la música clásica al gran público y el descarado objetivo de forrarse de billetes. Después de destrozar inolvidables arias de ópera y canciones napolitanas en conciertos al aire libre con amplificadores y una obscena cobertura mediática, Domingo, Carreras y Pavarotti comprobaron que había primos de sobra y se lanzaron sobre el repertorio navideño con las manos hambrientas de dólares y los pulmones repletos de gorgoritos.

xamotica (YouTube)

The Jethro Tull Christmas Album

Pocas veces un grupo de rock tan grande habrá caído tan bajo. Ni a AC DC, ni a Yes, ni a King Crimson se les ocurrió jamás algo parecido. Bueno, a Yes puede que se les ocurriera porque tenían un ramalazo hortera de mucho cuidado, pero por suerte evitaron la tentación. La conexión natural entre la flauta de Ian Anderson, el folklore celta y el folklore navideño sirvió de excusa para que el genio escocés sacara a la palestra este producto facilón y oportunista dedicado exclusivamente a hacer caja. Increíble que el autor de esta pachanga sea el mismo tipo que en 1972 estampó una de las mayores blasfemias sonoras del último medio siglo, el evangelio maldito del rock por excelencia. Leáse Aqualung.

CunningTrickster (YouTube)

Raphael vuelve por Navidad

Como si alguna vez se hubiese ido. Autor no de uno, sino de dos impresentables colecciones de temas navideños, el cantante de la gaita en el pecho regresó en 2004 con esta recopilación de espantos que incluye villancicos tradicionales junto a uno imperdonable de George Michael y otro antibélico de John Lennon. No podía faltar, por supuesto, El Pequeño Tamborilero, una canción que en la montaña rusa vocálica de Raphael produce unas irrefrenables ganas de empezar una guerra, de destrozar el tocadiscos a zapatazos o de estrellar una botella de cava en el televisor.

jose carlos romero ruiz (YouTube)

Kenny G. Miracles: The Holiday Album

Al saxofonista más empalagoso de la historia le cabe el dudoso honor de cerrar esta breve selección de engendros con el disco que grabó en 2004. Luego hizo más, pero con éste basta y sobra. El saxo soprano, el mismo instrumento con que marcaron páginas de gloria John Coltrane, Paul Desmond, Jan Garbarek y Wayne Shorter, en manos de Kenny G desciende al nivel de un moscardón. Al oírlo uno recuerda de inmediato el clásico chiste: entra Kenny G en un ascensor, oye la música y dice: "Guau. Qué marcha, ¿no?"

Claudio Alves (YouTube)

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