La realidad oculta de Pepe Caballero Bonald

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Caballero Bonald, el martes, en su casa de Madrid, horas antes de presentar 'Desaprendizajes'. / Paco Campos (Efe)

No sabemos si es autoengaño o coquetería o algo imprevisible o las tres cosas a la vez, pero lo cierto es que los tres últimos libros publicados por José Manuel Caballero Bonald, que ya tiene la prometedora, casi bíblica edad de 88 años, eran aquellos en los que se despedía de la literatura. Entreguerras, publicado en 2012, por ejemplo, pretendía ser su salida definitiva del mundo poético y ahora, tres años después, se nos descuelga con nada menos que 91 poemas en prosa que el propio autor, para no desdecirse ya de esas despedidas, quiere continuidad de Entreguerras, lo que en cierto modo es verdad si tenemos en cuenta que su obra es extremadamente coherente y cada libro se remite al siguiente en un cúmulo de significación con evoluciones pero sin enormes rupturas.

Desaprendizajes es el título del libro. Definitivo, sí, y definitorio. En realidad el libro es un ejercicio de pureza, de quitarse adherencias y quedarse con lo esencial que le ha acontecido en vida, desde los paisajes ligados a su infancia y adolescencia, Jerez, Coto de Doñana... a otros de especial significación vital como Colombia, donde escribió su primera novela, Dos días de septiembre, y tuvo su primer hijo. También, y esto es importante, aquellos autores que le han hecho ser lo que en definitiva es, como escritor y también como persona, como artista, en definitiva: la lista es larga pero conviene tenerla muy presente porque es esclarecedora: desde Empédocles y Horacio a Walter Benjamin existe un inmenso arco donde aparecen Góngora, Quevedo, Mallarmé, Sotomayor, Juan Ramón, Antonio Machado, Federico García Lorca, Luís Cernuda, el descubrimiento de Ocnos fue un acontecimiento en la vida de Pepe Caballero, Octavio Paz, en fin, Juan Carlos Onetti, por poner un novelista de raza entre tanto canon poético.

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Cubierta del nuevo libro de Caballero Bonald.

José Manuel Caballero Bonald se ha definido como un poeta simbolista con ribetes surrealistas con mezcla de romántico, suponemos que por querencia de su poeta Espronceda, que Pepe ama desde que lo descubrió muy joven, por lo que le es ajena la poesía de lenguaje sencillo, descarnado. En realidad Caballero Bonald es un poeta barroco inmerso en el mundo actual, del que ha aprendido, al modo que hizo Lezama Lima, maneras de Modernidad de las que se aprovecha, pero que en el fondo se muere por un adjetivo colocado en el lugar que él cree debe estar. Desaprendizajes es, ya dijimos, un libro de poemas en prosa, que bordó en libros ya lejanos como Laberinto de fortuna o Descrédito del héroe, y del que un viejo ya Pepe Caballero piensa que podría aprovecharse en lo que tenían de impulso en una nueva manera de decir y significar el poema en prosa. Dicho y hecho. Y el resultado es esclarecedor pues no deja de ser un modo de restar lastre a tópicos, convenciones, en un ejercicio de didáctica derivada, que es muy de Pepe Caballero, que ahonda en cuestiones sociales y políticas pero al que no le gusta utilizarlas al modo de carteles de agitación y propaganda. Antes bien, todo lo contrario.

Así, en una reciente entrevista Caballero Bonald afirmó que la Transición había sido un apaño, algo que para muchos es obvio pero que se enfrenta a la versión oficial de la misma. Desde luego es absurdo rebuscar atisbos de cosas así en Desaprendizajes pero hasta cierto punto, pues no podemos olvidar que esos desaprendizajes cumplen como objetivo principal el despojarse de los tópicos impuestos. El libro, pues, es un ejercicio de libertad intelectual y vital, con especial incidencia en desmontar aquello que nos parece obvio. A este respecto convendría tener en cuenta un poema como Ay de aquel que no olvida sus victorias, realizado especialmente para que no pensemos que lo terrible es sólo la derrota. A veces sucede lo contrario.

De ahí que este poeta, a sus 88 años, se preocupe con fenómenos como el de Podemos, del que se siente cercano por su crítica del capitalismo, aunque en ciertos aspectos los ve aún un poco bisoños, y que crea que esta moda de que profesores y profesionales de la cultura se metan en política, Ángel Gabilondo, Luís García Montero, Ángeles Caso, Fernando Delgado... pueda dar como resultado enterrar el neofranquismo aún imperante en nuestra cultura oficial. Pepe, como buen heterodoxo español suspira por algo que España, en su devenir histórico, nunca pudo darle, una derecha civilizada, anhelo que, insistimos tiene una relación soterrada con los poemas contenidos en este libro pues éste no es otra cosa que una búsqueda armónica, no exenta de pasión, ante una realidad oculta, el rostro verdadero de las cosas, cuya presencia no es casi siempre la más obvia. Algo que, en definitiva, define toda su obra poética.

Y para desmentirse vuelve a desvelar que no para, que después de este Desaprendizajes, que le ha llevado tres años, está preparando unos retratos en prosa de gente que ha conocido, donde suponemos rendirá homenaje a grandes amigos suyos, como Carlos Barral, del que piensa que es poeta superior a otro amigo suyo, Gil de Biedma. El libro promete ser jugoso pues es tradición en la que han incurrido grandes nombres de nuestra literatura, desde el Juan Ramón de Españoles de tres mundos al Ramón de Retratos Contemporáneos o el mismo Octavio Paz en un libro de bella factura, Hombres en su siglo.

Desaprendizajes, el nuevo libro de Pepe Caballero Bonald, el último... por ahora.

1 Comment
  1. paco otero says

    magnifico,elocuente y profundo comentario, de un gran hombre, un gran poeta

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