Valle-Inclán, el destronado rey de la bohemia

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Ramón María del Valle-Inclán (en el centro), en una imagen de archivo. / rtve.es

La reciente biografía monumental, de más de 700 páginas, sobre Valle-Inclán que ha escrito el profesor de la Universidad de Málaga, Manuel Alberca, y que ha sido galardonada con el XXVIII Premio Comillas (Editorial Tusquets), se presenta como una biografía canónica, amén de desmitificadora, sobre el autor de Tirano Banderas.

Pocos meses antes de la publicación de este libro, José Esteban, que se ha pasado media vida investigando sobre la bohemia española -la francesa no le despierta mucho interés-, publicó en Renacimiento, Valle-Inclán y la bohemia, un libro escrito en cierta manera en contestación a la nueva generación de hispanistas norteamericanos, que niegan que Valle fuera un bohemio y le adscriben a una condición burguesa, propia e idónea para hacer literatura. Los hispanistas dividen, así, lo literario de la vida real, y reprochan esa visión de 'rey de los bohemios' con que fue ungido ya en vida del autor.

José Esteban, con muy buen criterio, sostiene que el problema que subyace con estos hispanistas norteamericanos es que la bohemia, tal y como se vivió en España, poco o nada tiene que ver con el modo que tienen de entenderla los anglosajones, que ven en ella sobre todo un problema de marginalidad social. Que Valle, con todas sus ínfulas aristocráticas, defendiera la bohemia, se uniera a ella -es más, escribiera el texto más hermoso sobre el fenómeno, dejando a los libros de Paul de Koch como meros comentarios de algo que rebasaba la anécdota-, no es baladí, sino algo intrínseco en la vida literaria española. Para Pepe Esteban la bohemia no es más que la masa pobre, los proletarios de la literatura que, como industria, era algo inexistente. No eran, por tanto, marginados sociales, sino escritores pobres que vivían muchos de ellos del sablazo, cuando no en el límite de la delincuencia. Como resumen, y en eso Pepe Esteban estaría de acuerdo, se recomienda, para poner las cosas en su sitio, leer el libro de Valle Luces de bohemia. Max Estrella lo dice todo. Es, sencillamente, un libro definitivo, propio del genio.

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Portada del último Premio Comillas. / Tusquets

La biografía de Valle, La espada y la palabra. Vida de Valle-Inclán, es una monumental biografía, que ha costado a su autor diez años de investigación sobre el escritor gallego, y es muy de agradecer tamaña prolijidad en los modos de haber biografía, que acercan éstas al canon anglosajón sobre las mismas, algo de lo que estábamos muy necesitados. Dicho lo cual, no hay mucho que decir salvo que el uso que se quiere hacer de la misma es cuestionable.

Por lo pronto, el término de desmitificación. Parece ser que Valle Inclán no era un señor de izquierdas, no era un bohemio, no era pobre; que no era nada antirreligioso... y así . Parece ser que era simpatizante del carlismo, que saludó el triunfo de Mussolini , que criticó la República, que tuvo prebendas oficiales, como cuando se le hizo director del Colegio de España en Roma o supervisó Patrimonio Nacional. La cuestión, como sucede con el concepto de bohemia en el caso de los hispanistas norteamericanos, es cosa de las medias verdades, pues aquí se presenta como descubrimiento algo que no es tal -cosa muy normal en estos tiempos en que se trueca-, y se confunde la desmitificación con el marketing; sucedió con un reciente ensayo sobre González Ruano o el también reciente sobre la aventura como espía de Josep Pla. En todos los casos se presentaba como descubrimiento algo que se sabía y que nadie había intentado ocultar, salvo quizá la lógica discreción de los afectados. Sucede con Valle lo que sucede con todos los escritores, que sus obras hablan por ellos y, si se leen éstas, pocas dudas hay para que luego nos mareen con datos de supuesta objetividad que nada aportan, salvo datos, que son preciosos pero valen en la medida en que valen y no aportan nada a la comprensión de la obra literaria de un autor.

Ahora se quiere hacer pasar a Valle-Inclán  como un escritor que se preocupaba mucho por la autopromoción, que tenía amigos en el establishment cultural , como Julio Romero de Torres, y que no pasó penurias porque se ganaba de manera digna la vida como escritor y articulista. La cosa es cierta, si no fuera porque, dicho así, tiene un tufo de escritor de ahora preocupado por los premios, el pago del IRPF y hacerse un sitio en la pomada, que hace que esta descripción sea sencillamente un anacronismo histórico, lo que en manos de un historiador es poco menos que curioso. Que Valle era monárquico carlista, católico y feo, no hay más que pergeñar al Marqués de Bradomín; que saludó a Mussolini como salvador de Italia al principio, no hizo algo muy distinto a Churchill, a Victoria Ocampo y tantos otros; que tuvo cargos en la República -la verdad, visto el panorama cutre y desalentador del Colegio en Roma, lleno de goteras y con peligro continuo de contraer una neumonía, más vale no meneallo, al igual que el caso omiso que se le hizo cuando denunció el abandono del Patrimonio Nacional-; que no fue bohemio, pues depende de la época, pues si nos atenemos a la definición justa de Pepe Esteban, resulta que lo fue hasta que mejoró su condición económica. De lo que no cabe duda es que fue un “extravagante ciudadano”, según le definió el dictador Primo de Rivera y que fue un antiburgués, lo que no suelen ser los escritores actuales, por muy adscritos que estén a utilizar terminología de claro matiz anarquista.

Saludo los ensayos continuos que revisan nuestra historia intelectual, pero deberíamos cuidarnos de esa tendencia, cada vez mayor, a los titulares de prensa. El revisionismo se basa en cosas más sustanciales, es decir, en descubrimientos de verdad, no en verdades que todos conocemos.

4 Comments
  1. Capa says

    Con el enorme poder de la pasta de los poderosos se premian y después se difunden estas «investigaciones» cuyo fin es intentar presentarnos a personas destacadas de nuestra intelectualidad como lo que no fueron. Difunden esta biografía profusamente los medios del régimen, qué casualidad. Podían difundir también cosas como las de los hermanos Bécker sobre los Borbones o el pensamiento republicano de Blasco Ibáñez. O el pensamiento republicano de Antonio Machado, profundo y extenso. Por ejemplo.

  2. De muestra says

    ESCENA SEXTA
    El calabozo. Sótano mal alumbrado por una candileja. En la sombra, se mueve el bulto
    de un hombre.-Blusa, tapabocas y alpargatas-Pasea hablando solo. Repentinamente se
    abre la puerta. MAX ESTRELLA, empujado y trompicando, rueda al fondo del
    calabozo. Se cierra de golpe la puerta. MAX .- °Canallas! °Asalariados! °Cobardes!
    VOZ FUERA.-°A˙n vas a llevar mancuerda!
    MAX .- Esbirro!
    Sale de la tiniebla el bulto del hombre morador del calabozo. Bajo la luz se le ve
    esposado, con la cara llena de sangre. EL PRESO.-°Buenas noches!
    MAX .- ø,No estoy solo?
    EL PRESO.-AsÌ parece. MAX .- øQuiÈn eres, compaÒero?
    EL PRESO.-Un paria. MAX .- øCatal·n?
    EL PRESO.- De todas partes. MAX .- °Paria!… Solamente los obreros catalanes aguijan su rebeldÌa con ese denigrante
    epÌteto. Paria, en bocas como la tuya, es una espuela. Pronto llegar· vuestra hora. EL PRESO.- Tiene usted luces que no todos tienen. Barcelona alimenta una hoguera de
    odio, soy obrero barcelonÈs y a orgullo lo tengo. MAX .- øEres anarquista?
    EL PRESO.- Soy lo que me han hecho las Leyes. MAX .- Pertenecemos a la misma Iglesia. EL PRESO.- Usted lleva chalina. MAX .- °El dogal de la m·s horrible servidumbre! Me lo arrancarÈ, para que hablemos. EL PRESO.- Usted no es proletario. MAX .- Yo soy el dolor de un mal sueÒo. EL PRESO.- Parece usted hombre de luces. Su hablar es como de otros tiempos. MAX .- Yo soy un poeta ciego. EL PRESO.- °No es pequeÒa desgracia…! En EspaÒa el trabajo y la inteligencia siempre
    se han visto menospreciados. AquÌ todo lo manda el dinero. MAX .- Hay que establecer la guillotina elÈctrica en la Puerta del Sol.EL PRESO.- No basta. El ideal revolucionario tiene que ser la destrucciÛn de la riqueza, como en Rusia. No es suficiente la degollaciÛn de todos los ricos: Siempre aparecer· un
    heredero, y aun cuando se suprima la herencia, no podr· evitarse que los despojados
    conspiren para recobrarla. Hay que hacer imposible el orden anterior, y eso sÛlo se
    consigue destruyendo la riqueza. Barcelona industrial tiene que hundirse para renacer de
    sus escombros con otro concepto de la propiedad y del trabajo. En Europa, el patrono de
    m·s negra entraÒa es el catal·n, y no digo del mundo porque existen las Colonias
    EspaÒolas de AmÈrica. °Barcelona solamente se salva pereciendo!
    MAX .- °Barcelona es cara a mi corazÛn!
    EL PRESO.- °Yo tambiÈn la recuerdo!
    MAX .- Yo le debo los ˙nicos goces en la lobreguez de mi ceguera. Todos los dÌas un
    patrono muerto, algunas veces, dos… Eso consuela. EL PRESO.- No cuenta usted los obreros que caen.

  3. paco otero says

    ¡No es pequeña desgracia!…En España el trabajo y la inteligencia siempre se han visto menospreciados.Aquí todo lo manda el dinero.

    Escena sexta…

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