De José Mercé a Chucho Valdés y Dulce Pontes pasando por Win Mertens

Con el concierto del violinista Ara Malikian y el comienzo de FRINJE 15, el festival de artes escénicas vanguardistas más importante de España, que tendrá lugar en Matadero durante todo el mes de julio, se ha dado el pistoletazo de salida de los Veranos de la Villa, que durante dos meses llenará de cine, teatro, conciertos la ciudad de Madrid en un intento de aunar la distracción del público sufrido que aún no ha tomado vacaciones con el turista, cada vez más interesado en un festival que cuenta con una oferta tan amplia que es difícil no coincidir en interés con alguno de los eventos programados.

Es justo esa variedad la que hace que los Veranos de la Villa no posean, al contrario que la mayoría de los festivales de verano, una personalidad definida, lo que ha hecho que corra el rumor de que es probable que este año sea el último, por lo menos tal y como los hemos conocido, de los Veranos de la Villa. El rumor, basado en hechos poco consistentes y mucha lógica, pues al nuevo equipo de gobierno municipal, con la concejala de Cultura y Deportes Celia Mayer a la cabeza  todavía no le dado tiempo ni a calentar la silla, ha surgido porque el enfoque del festival había sido muy criticado por grupos de la oposición en años anteriores y, por tanto, se supone que el año que viene, donde los nuevos responsables sí tendrán toda la responsabilidad en la programación de los Veranos de la Villa 2016, cambiarán en profundidad la programación porque el modo de concebir el festival será muy distinto. En suma, obviedad razonable y poco más.

Lo cierto es que los Veranos de la Villa tienen la particularidad de que disgustan en conjunto pero gustan en particular. Este año, esa sensación no difiere de años anteriores. Así, junto a Luís Fonsi o el Dúo Dinámico (14 de Julio), que parecen surgidos del Túnel del Tiempo, tenemos a Marlango y a Mikel Erentxun el 8 de Julio, a Dulce Pontes el día 11 de este mes, a Pablo Milanés el 23 de Julio, a Win Mertens Ensemble el 25 de Julio, a Noa el 18 de Julio o Raimundo Amador el 31 de Julio, es decir, y esto sólo en lo referido a conciertos, un mes que en conjunto semeja un popurrí de cantantes y artistas cuyo nexo común es el de ser famosos.

Sin embargo, esto, que es lo más criticado, en lo referente a los géneros no tiene razón de ser. Este año, por ejemplo, se ha habilitado un nuevo espacio escénico, el del Puente del Rey, entre el río Manzanares y la Casa de Campo, que se revela como el lugar idóneo de la programación de flamenco que tendrá lugar en ese escenario y que es espléndida. Juzguen: Estrella Morente, Marina Heredia, Tomatito, El Cigala, Dorantes, José Mercé, Parrita, Carmen Linares, Merche Esmeralda... en fin, un elenco del que carecen muchos festivales especializados en flamenco.

Porque si algo caracteriza a los Veranos de la Villa es que programan para gustos no sólo contrapuestos sino enemigos. Chucho Valdés estará entre nosotros, también Rosario, el 22 de Julio, pero junto a ellos, La Unión, el 28 de Julio; la Orquesta Buena Vista Social Club, el 21 de Julio, y por poner un contraste lo suficientemente curioso, Nicola Di Bari, el 9 de Julio, que retrotraerá a muchos a tiempos donde el color televisivo era pura imaginación y donde los italianos llenaban la parrilla musical.

Y no sólo esto: concierto en la Plaza Mayor, como es costumbre, el sábado 11 de julio a las 22 horas a cargo de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, que dirigirá Víctor Pablo Pérez , con obras de Sibelius, el maestro Padillla, Gershwin y Shostakovich, es decir, un concierto ya clásico que se ha convertido en uno de los más esperados del año por su éxito popular y que, es un suponer, gustará poco a los amantes de John Cage, que, sin embargo, tienen a su disposición conciertos de jazz en el Conde Duque más atractivos, o, incluso, de rock o Soul, todo esto en el Patio Sur, y no sólo conciertos, sino obras escénicas, como el teatro representado por la Joven Compañía, aunque en lo tocante a este punto el plato fuerte es FRINJE 15 con espectáculos como Calderón cadáver o Ghost Opera o un seminario titulado Stanislavsky hoy, que es un recorrido por lo mejor de las vanguardias escénicas rusas, desde Meyerhold a Anton Chéjov y Anatoli Demidov...

Y, claro, el cine, que es la programación más popular de los eventos en los Veranos. Desde luego las más de 200 películas de Fescinal, en el Parque de la Bombilla, donde el respetable puede ver un film de noche mientras espera a que refresque y se come un cucurucho de pipas, para no faltar a la tradición. Cine que se convierte en lugar de culto y con una programación más especial en la Galería de Cristal de CentroCentro Cibeles, con restaurante lounge incluido.

Los escenarios ya tradicionales, como el del Teatro Circo Price para los conciertos de rock y los de los cantantes solistas y artistas varios, acogerán a Chucho Valdés y Raimundo Amador y se llevarán la parte del león respecto a la música, si descontamos el nuevo escenario del Puente del Rey, aquí con el flamenco, se unen con nuevos y más adecuados a las nuevas tendencias, como el MadGarden de Matadero o las veladas de la Fundación Olivar de Castillejo, un oasis de verdor en medio de Chamartín.

Lo dicho: para todos los gustos.