40 años de ‘Aterriza como puedas’, la gamberrada que dejó la comedia patas arriba

  • La película marcó un antes y un después en el terreno de las películas que parodiaban otras películas
  • Toda la producción de ‘Aterriza como puedas’ se gestó en un mes, algo inaudito para una película de sus dimensiones
  • El modelo de avión utilizado en la película se encuentra conservado y expuesto en el museo de los estudios de Las Colinas, en Texas

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En los ochenta la comedia gruesa triunfaba entre los espectadores de todas las edades y sobre todo entre niños y adolescentes. Uno de los reyes de la estantería de comedia en el videoclub era Mel Brooks, pionero en rodar películas que parodiaban otras películas con films como La última película (parodia del cine mudo norteamericano), Máxima ansiedad (parodias del cine de Hitchcock) o La loca historia de las galaxias (parodia de Star Wars).

Además de Brooks, y sin olvidar las parodias de los hermanos Marx de las películas del oeste o de Casablana, otro cómico que había rodado films que parodiaban otros era Woody Allen. En Toma el dinero y corre parodió el cine carcelario, en El dormilón las películas de ciencia ficción y en La última noche de Grushenko, la literatura rusa. Era un Woody Allen más gamberro, de humor menos sofisticado que el que vendría con Annie Hall o Manhattan. Y fue Allen el que le regaló a David Zucker, uno de los directores de Aterriza como puedas, uno de los mejores momentos de su vida. Estaba disfrutando de un partido de baloncesto en el Madison Square Garden cuando Allen se levantó de su asiento, se acercó a él y le dijo que Aterriza como puedas le había parecido la comedia más divertida que había visto en mucho tiempo.

Su año de estreno fue 1980 y usando el mismo humor paródico y a veces grueso (que no fácil), arrebató a Brooks y a Allen el trono de aquel subgénero de la comedia. Aterriza como puedas, que en España puede verse en Amazon Prime Video, marcó un antes y un después en el terreno de las películas que parodiaban otras películas.

Y en aquella época lo mejor que se podía parodiar era el cine más taquillero, que era el cine de catástrofes, inaugurado por Aeropuerto, de Universal, y explotado por Irwin Allen en películas como La aventura del Poseidón o El coloso en llamas. Aterriza como puedas parodia, además, otro histórico taquillazo de los setenta: Tiburón. La película empieza con los inolvidables acordes de John Williams y una cola de avión atravesando las nubes como si fuese la aleta de un tiburón en el mar. Lo más curioso es que un año antes Steven Spielberg había parodiado su propia película en el inicio de 1941. Pero con una diferencia: 1941 es una comedia que no tiene ninguna gracia.

Aparte de la evidente parodia a las películas de catástrofes como Aeropuerto, hay una parodia directa y nada subliminal a la película Suspense... hora cero, de 1957. La trama de aquella película protagonizada por Dana Andrews fue fusilada casi entera: una intoxicación deja sin piloto a un avión de pasajeros. En multitud de escenas hasta los diálogos eran iguales. Y es que Suspense... hora cero era tan mala que solo exagerando el contexto se convertía en una tronchante comedia.

Los creadores de Aterriza como puedas fueron el trío conocido como ZAZ (David Zucker, Jim Abrahams y Jerry Zucker), que comenzaron su carrera con el guión de la comedia de bajo presupuesto Made in USA (cuyo título original es The Kentucky Fried Movie), dirigida por un joven realizador que acabaría siendo muy famoso y cotizado: John Landis.

Toda la producción de Aterriza como puedas se gestó en un mes, algo inaudito para una película de sus dimensiones. El protagonista, Robert Hays, estaba grabando a la vez la comedia televisiva Angie y los ZAZ, raro ejemplo de tres directores para una sola película, aparecen en pequeños cameos. A los hermanos Zucker los podemos ver como dos desastrosos empleados de pista que hacen que un avión se estrelle contra una cristalera y Abrahams es un Hare Krishna al que golpea Robert Stack.

Usar a Stack como una de los protagonista fue un acierto ya que era un actor serio y conocido por la famosa serie Los intocables de Eliot Ness. Otros actores dramáticos utilizados para semejante cachondeo fue Peter Graves, muy popular por la serie Misión: imposible. Y lo hizo con un personaje (el capitán Clarence Oveur) que hace cuarenta años fue muy valiente y lo es incluso hoy. A Oveur le gusta ojear la revista de porno gay Modern Sperm y cuando un niño le visita en la cabina le pregunta si ha visto alguna vez a un hombre adulto desnudo, si le gustan las películas de gladiadores o si ha estado alguna vez en una prisión turca.

Otro de los actores serios embarcados en Aterriza como puedas fue Lloyd Bridges, conocido, entre otras, por Solo ante el peligro y también controlador aéreo en la serie San Francisco International Airport. Completaba el reparto de veteranos Leslie Nielsen, que había aparecido como un asesino en la serie Colombo y cuyo personaje, el doctor Rumack, fue antes propuesto a Christopher Lee.

Nielsen, que había debutado en el prestigioso programa Actor´s Studio y en cine en la mítica Planeta prohibido, se especializó en este cine paródico (y en general bastante malo) en la saga Agárralo como puedas, Reposeída (parodia de El exorcista), Drácula, un muerto muy contento y feliz, Espía como puedas (parodia de la saga de James Bond), Acampa como puedas, Vaya un fugitivo (parodia de El fugitivo), 2001: despega como puedas, Esquía como puedas, Scary Movie 3, Superhero Movie y hasta en la española Spanish Movie con el personaje del doctor Nielsen.

Otra actriz fiel a la saga Agárralo como puedas es Charlotte Zucker, madre de los hermanos Zucker. Uno de los gags de la película está protagonizado por ella, que ya había aparecido en Made in USA. Charlotte interpretó a mujer que intenta maquillarse y acaba pintándose toda la cara por las turbulencias. También apareció en la comedia Top Secret y otro exitazo de taquilla de su hijo: el melodrama sobrenatural Ghost.

Escena de "Aterriza como puedas". / Paramount Pictures

Un gran gag también ligado al reparto, y que solo se puede apreciar en la versión original, es el que protagonizan dos actores negros que hacen de pasajeros e improvisan todos sus diálogos. Los dos hablaban en la jerga de las bandas callejeras, argot que ni los hermanos Zucker ni Abrahams entendían para nada, ni una palabra. Les dejaron decir lo que quisiesen en ese momento ante las risas del equipo de rodaje.

Otro de los gags que salieron casi por accidente es el del sonido del avión, que es el sonido de un avión de hélices cuando en pantalla vemos uno a reacción. Los directores querían que fuese de hélices, igual que el de Suspense… hora cero, pero en Paramount Pictures impusieron que se viese un avión a reacción, como los de la saga Aeropuerto. Así, una solución de compromiso (un avión a reacción con el sonido de uno de hélices) se convirtió en otro de los muchos gags de la película.

El modelo de avión utilizado en la película, por cierto, se encuentra conservado y expuesto en el museo de los estudios de Las Colinas, en Texas. No tuvo la misma suerte Otto, el piloto automático que era un muñeco hinchable. Otto, que sobaba a las azafatas y al final acaba con una compañera hinchable en la cabina del avión, se lo quedó Abrahams como recuerdo y lo tiene abandonado en un rincón de su garaje.

Inolvidable también es el estupendo gag de la pasajera en estado de shock, puede que el más famoso de la película. La mujer es presa de un ataque de pánico y para calmarla vemos a una fila de pasajeros que le da bofetadas y está dispuesta a golpearla con un bate o una llave inglesas, a amputarla con una sierra y hasta a dispararle con un revolver.

Más gags memorables: el matrimonio que son las voces de la megafonía del aeropuerto y acaban discutiendo sobre si ella debe abortar o no (chiste a cuenta de dos personajes de Aeropuerto), la parodia de Fiebre del sábado noche, las palizas que mete con su pasado el protagonista a sus compañeros de asiento y que hace que se suiciden, la niña enferma que casi muere por culpa de una guitarra, la mujer del controlador aéreo que le pone los cuernos con un caballo, la mujer que mira con desdén a un pasajero que bebe güisqui antes de meterse dos filas de coca...

La imparable acumulación de gags llegan hasta los créditos (en los que se incluye a "El autor de Historia de dos ciudades, Charles Dickens") y hasta después de ellos. Si no han llegado hasta el final de Aterriza como puedas se han perdido una escena post-créditos en la que un personaje sigue esperando en el interior del taxi que Ted Striker conduce y abandona en el comienzo de la película.

Aterriza como puedas costó 3’5 millones de dólares (un presupuesto muy bajo bajo para 1980) y solo en Estados Unidos recaudó 83 millones de dólares, convirtiéndola en una de las películas más rentables de todos los tiempos. Por supuesto, Paramount buscó seguir recaudando millones con Aterriza como puedas II, pero el trío ZAZ se negó a participar en ella y a día de hoy confiesan no haber visto ni un plano de aquella secuela que acabó en manos de un tal Ken Finkleman. El resultado de su trabajo fue un rotundo fracaso en taquilla.

Es evidente que Aterriza como puedas no es una comedia distinguida, sutil o culta. No es un Lubitsch o un Tati, pero ni falta que le hace porque en su terreno, el del cine grueso y paródico, es de las mejores. Su cine es un cine simple, desnudo, físico y ordinario pero también muy necesario. Tan necesario como aquellas tardes con amigo en la que alquilabas en el videoclub “una de risas” y las tenías aseguradas. Y te sabías cada gag de memoria.

Y si has conseguido que un gag recurrente como la expresión “Elegí un mal día para dejar de... (fumar, beber, tomar tranquilizantes o esnifar pegamento)” formen parte de la cultura popular y del lenguaje coloquial es que has llegado muy alto con tu comedia.

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