ENTREVISTA

Javirroyo, autor de ‘Laborachismo’: “El trabajo es un coto hecho de hombres para hombres”

  • Conversamos con el ilustrador Javirroyo, viñetista en cuartopoder, sobre su nuevo libro

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Muy pocos hombres deciden publicar un libro contra el machismo. Javirroyo (Zaragoza, 1972) ya lleva dos. En el primero retrataba el Homo machus, ese ser cavernícola que ha logrado sobrevivir hasta nuestros días y que impide la transición “de animales a hombres”. Ahora se sumerge en las oscuridades del mundo del trabajo con Laborachismo (Lumen, 2021). Es viñetista actualmente en cuartopoder, humorista grafico de gran éxito en las redes sociales e ilustrador de larga trayectoria. Reconoce que ha llegado tarde a comprender el patriarcado, pero eso no le impide meterse en el jardín a investigar. Para ello ha escuchado a muchas mujeres que han vivido cómo el “laborachismo”, esa discriminación del "día a día", no es precisamente una broma. Y él lo ilustra a través de viñetas que impactan, entretienen y hacen pensar.

– En tu libro anterior nos presentaste al Homo Machus. Ahora saltas al machismo en el mundo laboral. ¿Por qué has elegido este tema?

– En realidad en Homo Machus lo que hice fue ir abriendo melones sobre el machismo. No tenía un gran conocimiento y me interesaba tener una visión más amplia. De todos esos melones que se iban abriendo, me intereso mucho el del trabajo porque creo que es una pieza fundamental. Tiene mucho que ver con la independencia, el manejo del tiempo, la desigualdad del día a día... El trabajo siempre ha sido un coto muy de hombres, hecho de hombres para hombres. Es un sistema machista. Cuando lo bajas a lo concreto, alucinas con las desigualdades que hay. Y los hombres no nos damos cuenta. Creo que es un mundo muy interesante y que tiene que cambiar un montón.

– En Homo machus recopilabas las historias de algunas mujeres. Aquí también ilustras varios testimonios de mujeres de machismo en el trabajo. ¿De dónde te vienen?

"Me hubiera gustado entrevistar a Ana Botín, pero no pudo ser. Me quedé con muchas ganas"

– Me interesa mucho ser transmisor de historias reales de mujeres. Realmente dibujo cosas que me han contado las mujeres. Es un primer paso para decir que los hombres tienen que escuchar más a las mujeres, que hay que empatizar. Y que además no hay otra forma de comprender un tema que tú no sufres, al menos de la misma manera. Puse un anuncio en Instagram y me llegaron como 200 mensajes. A partir de ahí fui seleccionando las historias que aparecen. También he hecho un poco de investigación en empresas grandes donde se esta impulsando el empoderamiento de la mujer como Boreingher, HP y King, que se dedica a los videojuegos. También entrevisté a Irene Montero y a Palmira Tejero, una crack, que tiene un alto cargo en la Sanidad Pública. Me interesaba alguien que hubiera estado este tiempo trabajando con el covid-19. Me hubiera gustado entrevistar a Ana Botín, pero no pudo ser. Me quedé con muchas ganas porque me parecía interesante acercarle el micro a esa visión mas liberal y desde el privilegio, si quieres, pero muy diferente a Irene Montero, que es interesante también. Es el momento de sumar porque hay un enemigo mayor. No se ha alcanzado el nivel de igualdad que se tendría que haber llegado hace tiempo, hace muchos años, y hay que escuchar a todas las sensibilidades. Cada uno que juzgue y se apunte a la que quiera.

– ¿Cuál es tu receta para denunciar la desigualdad sin caer en el mansplaining?

– Mi objetivo último son los tíos. Es un libro de un tío que les habla a otros tíos. Evidentemente no es solo para tíos, porque hay muchas mujeres que lo compran, que también lo están regalando a amigos o a sus parejas hetero. No quiero dar ninguna lección. No quiero ocupar tampoco ningún espacio de las mujeres ni ser protagonista ni nada. Al final mi objetivo es dirigirme a los hombres y hacer que se posicionen para hacer todos fuerza y evolucionar juntos. Yo creo que no hay otra manera de que haya cambio.

Viñeta de 'Laborachismo'

– Durante la pandemia se ha hablado bastante de los cuidados. ¿Crees que hemos evolucionado como sociedad en este sentido?

"El sistema de trabajo está montado como en el siglo XIX"

– Tenemos un sistema que solo premia a quien solo se puede dedicar a su empleo. Creo que hay sensibilidades que vienen a demostrar que sin la sociedad de los cuidados no somos nadie. Pero el sistema de trabajo está montado como en el siglo XIX. Se habla más, pero en la práctica no ha cambiado. Yo no soy muy positivo con eso. Cuando tuvimos la crisis del 2008, en los medios se hablaba de reformular el capitalismo, de replantearlo, de decrecimiento... ¿En qué ha quedado todo eso? Creo que es una buena oportunidad, pero seguimos teniendo el problema de que seguimos con una economía que ignora los cuidados. No son gratis, hay que valorarlos. ¿Son importantes os cuidados para la sociedad? Porque si son esenciales tienen que tener un valor económico. No sé si son las empresas las que deben dar dinero para el cuidado de los hijos o el Estado. Yo no tengo la solución, pero deberíamos darles un valor.

– Llevas muchos años dedicándote a la ilustración, al humor gráfico. ¿Te inspiras en situaciones que has presenciado a lo largo de tu carrera?

"Hay rabia por parte de muchos hombres hacia las mujeres brillantes y con mucho carácter"

– En mi carrera, he visto mujeres que se han tenido que descabalgar de proyectos. Yo trabajo de forma autónoma y vivo en una burbuja, porque hay muchas ilustradoras muy buenas, no es precisamente un mundo tan masculinizado. Sí que hay parejas que conozco que los dos trabajan y el niño está con ella. Es curioso que no se discute mucho esto. En las historias del libro aparece también esa rabia de muchos hombres hacia las mujeres brillantes y con mucho carácter. Sí que hay mucha rabia heredada del machismo de ver una mujer que realmente tiene fuerza. O mucho complejo. Yo he oído de muchas tías que dicen: yo asusto a los tíos. Por desgracia, eso es muy común.

– En el libro también mencionas las nuevas masculinidades. ¿Cuál es tu opinión?

"Las nuevas masculinidades me parecen un camino que hay que recorrer de forma individual"

– Me han invitado a varios grupos que están trabajando en esto y la verdad es que no he ido por falta de tiempo. Sé que van tíos que hablan de sus experiencias, expresan lo que sienten etc. Yo creo que es algo que va a suceder de manera natural en las nuevas generaciones: lo veo mucho en mis hijos y en sus amigos. Su forma de expresarse o identificarse ya no es la nuestra. Las nuevas masculinidades me parecen un camino que hay que recorrer de forma individual, cada uno. En lo colectivo está muy bien que nos borremos un poco de la testosterona, de hablar de tías de esa manera tan incómoda. Yo me he llegado a ir de grupos de Whatsapp con amigos por este motivo. En mi caso fue por los comentarios a un vídeo de dos chicas que se querían dejar bigote. Me parece divertido y en todo caso que cada cuál haga lo que quiera. Con este tipo de masculinidad dan ganas de salir corriendo, y ahora creo que es importante explicar también por qué te quieres ir. Luego, que cada uno encuentre su movida. Hay hombres con actitudes más cercanas a lo femenino que lo masculino. No tiene nada que ver con ser gay como se decía antes. Y ya está, no pasa nada.

– ¿Con qué te gustaría que se quedasen quienes lean Laborachismo?

– Sobre todo con la idea de que el feminismo es la lucha por las libertades. Siempre pienso en los lectores hombres más que en las mujeres, porque las mujeres que compran este libro ya han leído sobre feminismo, tienen un recorrido, están posicionadas... Sí que me gustaría que fuera un paso más para los hombres. Que cuando lo lean digan: “hostia., igual en ese momento debería haber dicho algo o debería ocuparme de esto que hace mi mujer, que no tiene tiempo para ella misma”. Con tal de que sirva para reflexionar y cambiar algo, es un gran logro.

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