EXPOSICIÓN En el Museo Thyssen dedicado a la pintora y diseñadora de origen ruso

Los años madrileños de Sonia Delaunay

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Exposición Sonia Delaunay
Vestido que forma parte de la exposición "Sonia Delaunay. Arte, diseño y moda", que presenta el Museo Thyssen-Bornemisza. / Ballesteros (Efe)

En el mundo del arte, Robert y Sonia Delaunay son conocidos como pareja indisolublemente unida, y ello de tal manera que en nuestro país, donde se han realizado varias exposiciones enormes y afortunadas sobre ellos, cabría citar la de la Fundación Juan March en 1982, la que hizo el Museo Picasso de Barcelona en 2001 o la que al año siguiente realizó el Museo Thyssen, pero fueron exposiciones que siempre mostraron la labor creadora de la pareja. Ahora, siguiendo nuevas pautas de comportamiento social, y después de las retrospectivas habidas en Londres y París, el Museo Thyssen realza la figura de Sonia Delaunay y su obra para distinguirla de la de su marido. La cosa no es fácil cuando se trata de personas que han realizado gran parte de su obra en colaboración, pero existe suficientes creaciones firmadas por ella en solitario, sobre todo en escenografía, diseño, publicidad, moda y pintura, que bien podríamos afirmar que en esto semeja la figura de Mariano Fortuny, para realizar con comodidad una muestra como la que presenta el Museo Thyssen en Madrid estos días, se inauguró el 4 de julio, y que estará entre nosotros hasta el 15 de octubre.

Sonia Delaunay. Arte, diseño y moda, es el título de esta exposición que ha comisariado Marta Ruiz del Árbol y que pretende realzar el paso de los Delaunay por Madrid cuando estalló la Gran Guerra y los pilló en Fuenterrabía, en realidad una breve estancia no muy valorada hasta ahora, pero que para Ruiz del Árbol es esencial para entender la gran versatilidad creadora de Sonia, nacida Sarah Elevna Stern en Odessa, ahora Ucrania, en 1885,casada con el pintor Robert Delaunay y que murió en París a los 94 años, después de haber pertenecido con pleno derecho a ser una de las figuras esenciales de las vanguardias artísticas de la primera mitad del siglo XX.

La estancia madrileña de los Delaunay es preciosa para nosotros y esta exposición la realza con creces. En la página 377 de La sagrada cripta de Pombo, Ramón Gómez de la Serna da cuenta de esa estancia madrileña de los Delaunay. De Sonia dice: “Madame Sonnia Delaunay, la esposa de Roberto, es una artista oriental supeditada a las teorías francesas que alimenta su marido y le alimentaron a él. Esas dos cosas fundidas han reaccionado ese arte entremezclado y de un simultanismo de gama más amplia, que es el de una Sonnia”, para seguir luego “... Sonnia ha continuado su exposición hasta exponerse a todo, saliendo con el primer traje simultanista, hecho con colores simpáticos entre sí y frenéticos, dedicándola un poema Blaise Cendrars que comenzaba...” Ese poema, que es parte de una obra conjunta, La prosa del Transiberiano, de Sonia Delaunay y Cendrars, se expone en esta muestra madrileña. Gozoso.

Sonia se acomodó bien en España,aquí conoció no sólo a Ramón, visitando la tertulia de Pombo, sino también a Manuel de Falla, e incluso quiso montar un negocio de arte abriendo galería en la calle Barquillo, cosa que nunca llevó a cabo. Sin embargo sus diseños de ropa fueron envidia de las altas clases madrileñas, hay unas fotos de Blanco y Negro, 25 de julio de 1920, donde se ven a las hijas de los Marqueses de Urquijo luciendo vestidos de Sonia Delaunay y comprados en la tienda que esta vez sí inauguró, Casa Sonia, donde se dedicaba a la decoración de interiores pero también a complementos, es decir, corbatas, chalecos, bañadores de lana, abrigos, uno de ellos para Gloria Swanson, que se expone en el Thyssen junto al lienzo Vestidos simultáneos, sombrillas de playa amarillas y negras, muestrarios de telas para Metz and Co, de Amsterdam, aunque existen dudas de si realmente existió esa afamada Casa Sonia, la comisaria de la muestra no ha hallado ni rastro de esa tienda en todos los registros que ha tocado, y han sido muchos, por lo que Mara Ruiz del Árbol piensa que la tal Casa Sonia era en realidad el piso donde los Delaunay vivían en Madrid, es decir, en el barrio de Salamanca. En el Thyssen se expone una fotografía del Blanco y Negro del 18 de abril de 1920, donde se da cuenta del “comedor de la señorita de Calvo”, es en la decoración de interiores donde triunfó Sonia, donde se adivina esa profusión contrastada de colores que ella tomó de Gauguin y de los fauvistas.... en esto Casa Sonia no tenía rival en la capital española.

La gracia de la obra de Sonia Delaunay es indefinible, pues recuerda a Mondrian, a Klee, a Brancusi,a Matisse, claro, y a Gauguin, pero transformados en otra cosa... más práctica, más cotidiana. En la muestra del Thyssen nos hacemos idea cabal de esas influencias y de sus relaciones, no sólo la obra que creó con Cendrars, sino los vestidos-poema con textos de Tristan Tzara o el boceto de abanico-poema, con ilustración de un poema de Ramón Gómez de la Serna. La pieza que no ha podido venir del Pompidou parisino, debido a su estado, es su primer vestido simultáneo, una colcha patchwork que hizo para su hijo recién nacido.

El gran mecenas de Sonia en Madrid fue Alfredo Escobar, Marqués de Valdeiglesias, que hizo que colaborara en los ballets rusos de Diaghilev... y, con este patrocinio, que contribuyó a que no se centrara sólo en lo alimenticio, ella contribuyó a su manera a la decoración de la ciudad, como hizo con el teatro de variedades, el Petit Casino, al lado del Teatro Benavente, hoy con el nombre de una marca de helados, y hoy desaparecido.

Sonia gustaba de mezclar objetos que compraba en el Rastro, creando figurillas surrealistas. Todo objeto en ella era noble. Para comprobarlo no hay nada mejor que pasarse por el Thyssen.

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