OBITUARIO

El Día Después, PC Fútbol o su Informe: Michael Robinson, uno más en nuestras casas

  • Obituario del exfutbolista inglés y comentarista deportivo fallecido
  • "Michael Robinson ha acompañado, en diferentes formatos, a una generación de aficionados al deporte. Además ha conseguido ponerlos de acuerdo en admirarle"
  • "Su Informe Robinson. Sin medias tintas, no creo que haya habido, o al menos no lo recuerdo, un programa deportivo mejor que ese. Periodismo con mayúsculas"

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Hace más de dos décadas gané varias Copas de Europa de fútbol (lo que ahora se llama Champions League). También algunas ligas y Copas del Rey. Lo hice con el Lugo, al que subí desde la Segunda B hasta las glorias internacionales. No, no fui entrenador ni futbolista. Ni fue un sueño. Ni siquiera soy seguidor de ese equipo gallego. Pero lo hice. Como seguro que mucha gente de, más o menos, mi generación lo hizo también con otros equipos. Yo, por motivos obvios, también gané títulos con mi Albacete. Era el mundo virtual, en tiempos sin internet, que recreábamos en el juego PC Fútbol. Y ahí, imponente, en su portada, estaba él. Michael Robinson.

Nacido en Leicester (Reino Unido) en 1958, Robinson era un jugador de fútbol, delantero para más señas, que brilló especialmente en el Liverpool a mediados de los años 80. De allí llegó al Osasuna en 1987. En Pamplona pasó un par de temporadas y media. Se retiró prematuramente debido a una lesión de rodilla. Pronto se ha ido también de este jodido mundo por una maldita enfermedad, el cáncer contra la que luchaba desde hace un par de años y que había anunciado públicamente manteniendo una compostura y una profesionalidad envidiables.

Pero Michael y yo ya nos conocíamos ya de antes de aquellas victorias con el Lugo o el Albacete. Gracias al trabajo de mis padres nunca nos faltó de nada y por suerte pudimos acceder a la llegada de las televisiones privadas. Yo tenía cuatro años, pero recuerdo perfectamente aquel descodificador con llave blanca mediante el que se veía Canal Plus. Se nos abría un nuevo mundo de posibilidades audiovisuales. El chico que lo instaló nos explicaba los horarios de los nuevos dibujos animados que podríamos ver. Pero la gran revolución de aquel aparato llegaría los domingos. Durante mi infancia mi casa sonaba a fútbol. Y ahí, junto a su compañero inseparable Carlos Martínez, estaba él. Con su acento inglés, claro.

Después del domingo llegaban los lunes. Es decir, El Día después. Después de los partidos tocaban los análisis, las entrevistas o “Lo que el ojo no ve”. Una manera de tratar todo lo que rodea al fútbol que nos enganchaba a mayores y pequeños durante un rato. Estaba la sección de la táctica, con aquellas míticas pizarras de Atocha, las risas de Ramos Marcos…Y ahí estaba Michael, claro.

Y así pasaron los años. Horas delante del ordenador con su imagen en la mesa mientras avanzaban las versiones de “tu juego”. El 5.0, el 6.0, PC Fútbol 7, el PC Calcio….Horas delante de la televisión viendo los partidos que comentaba. Esa música de la previa. Esos personajes que sacabais en las gradas los lunes. Esa realidad, esa vida. El fútbol como cultura popular, sin gritos, sin insultos, sin fanatismo. Así me gusta recordar esa época.

Otro programa revolucionaba también la televisión por aquel entonces. Eran los guiñoles. Ya en mi adolescencia Michael se había convertido en una imagen icónica. Tanto, que le “ascendieron” a presentador de Las Noticias del Guiñol. Otro rato más que Michael echaba con nosotros, en nuestras casas. Y eras bienvenido siempre, claro.

He de reconocer que, momentos importantes aparte, mi conexión con el fútbol (verlo, de jugar nunca he parado) fue menguando cuando llegué a la Universidad. Los PC Fútbol, además, se acabaron y se abrieron paso los Fifas o los PES. Por allí no estaba Michael. Él seguía comentando partidos, pero lo veíamos vemos.

Y entonces llegó su obra máxima. Su Informe Robinson. Sin medias tintas, no creo que haya habido, o al menos no lo recuerdo, un programa deportivo mejor que ese. Periodismo con mayúsculas. Michael amplió su campo de acción y nos regaló un buen puñado de programas sobre historias personales, historias colectivas, historias desconocidas, historias de los de abajo. Creo que los he visto todos y no sabría quedarme con uno: El sobrecogedor sobre el alpinista Iñaki Ochoa; los retratos históricos de las exitosas selecciones españolas de fútbol y baloncesto campeonas del mundo; el descubrimiento de un futbolista peculiar como “El Trinche”; leyendas e historias populares como la de un hincha del West Ham que acabó jugando su equipo; retratos de estrellas como Gasol o Nadal; retratos de estrellas de deportes minoritarios….La lista es interminable. Ahora, que tenemos tiempo seguro que caen repetidos algunos.

El formato de Informe Robinson funcionaba también a la perfección en la radio, en el Acento Robinson que emitía la Cadena SER. Tu última aventura, creo, fue junto a Raúl Ruiz, en el programa Caos FC. Te acercabas a equipos de fútbol amateur que eran un desastre, los acompañabas, les llevabas a algún futbolista retirado y tratabas de motivarlos para que ganaran algún partido. Bajo esta apariencia de un Pesadilla en la cocina futbolístico se escondían historias personales maravillosas con la excusa del fútbol. Porque el fútbol también es eso. Me he tragado todos los programas.

Michael, por cierto, siempre tuvo muy claras ciertas ideas. De vez en cuando las expresaba. Cuando le preguntaban, digo yo. Apoyaba a Jeremy Corbyn. O afirmaba cosas como que “el fútbol está secuestrado por el dinero desde hace tiempo”. Nunca olvidó sus orígenes de clase obrera y sabía bien lo que representaba el fútbol, o el deporte, para mucha gente.

Curiosamente Robinson trabajó muchos años con Josep Pedrerol que, con programas como El Chiringuito o Punto Pelota, parece su némesis. "Yo ya le he dicho alguna vez que él hace el Salsa Rosa del fútbol. Y no creo que Punto pelota haga ningún favor al fútbol, porque se dedica a crispar y devaluarlo, aunque a Pedrerol lo quiero con locura, es de los mejores compañeros con quien he trabajado”, señaló en una entrevista.

Michael ha acompañado, en diferentes formatos, a una generación de personas aficionadas al deporte. Y además ha conseguido ponerlas de acuerdo en admirarle. Como profesional y como persona, según todos dicen. Yo no conocí nunca personalmente a Michael. Ni siquiera lo vi personalmente en ningún sitio. Pero parece, y echando la vista atrás, uno más de nuestras familias, de nuestras vidas. Es un lugar común decir este tipo de cosas, especialmente cuando alguien fallece. En este caso os aseguro que es real. Y por eso, permitidme la osadía, le llamo Michael. Gracias por tu legado.

1 Comment
  1. Miguel says

    Grande Robinson ; bien podríamos aprender mucho de esta extraordinaria persona que nos ha dejado prematuramente.Y no me gusta ya el fútbol pero era un placer ver la calidad de los programas deportivos que nos ofreció , pues el fútbol lo vivía plenamente
    You’ll never walk alone , Michael.

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