Más de mil personas cortan las calles del centro de Madrid por el desalojo de La Ingobernable

  • Una concentración ha derivado en una marcha espontánea que ha recorrido el Paseo del Prado, Cibeles, la calle Alcalá y Gran Vía

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La concentración de este miércoles por la tarde en el centro social La Ingobernable, que ha sido desalojado esta madrugada por decisión del Ayuntamiento de Madrid, ha derivado en una marcha espontánea que ha recorrido el Paseo del Prado, Cibeles, la calle Alcalá y Gran Vía. Al paso de los manifestantes, la Policía ha ido cortando el tráfico.

Tras un primer intento en agosto, el Gobierno de José Luis Marínez-Almeida ha terminado desalojando La Ingobernable esta madrugada, sin dar opción a la resistencia de sus defensores y los movimientos sociales que la integran. No obstante, colectivos y personas se han concentrado a las 19.00 a las puertas del centro, para protestar por su cierre como centro social y muchos han extendido por decisión propia la protesta.

"Madrid será la tumba del fascismo", "ingobernables, indesalojables" o "un desalojo, otra okupación" son algunas de las consignas que cantan los manifestantes, la mayoría muy jóvenes, muchos con los rostros encapuchados. En conversación con cuartopoder.es, un grupo de jóvenes ha comentado que pertenecían al grupo de teatro del centro social, una de las múltiples actividades culturales y políticas que se han realizado en La Ingobernable en sus más de dos años de vida.

Varios cientos de personas han realizado una sentada sobre las 22.00 de la noche en la Plaza de Callao, aunque pasadas las 21.00 la organización de La Ingobernable comentaba con este medio que ya habían desconvocado la protesta y no se responsabilizaban de los incidentes que se puedan producir en las próximas horas.

Los manifestantes a su paSo por Cibeles./ M.F.S.
Los manifestantes a su paSo por Cibeles./ M.F.S.

La Ingobernable ocupó el céntrico edificio, esquina con la calle Alcalá, el 11 de mayo de 2017. En 2015 Botella cedió el uso del inmueble a la fundación privada Ambasz por 75 años para convertirlo un museo, pero se encontraba vacío desde entonces, sin ninguna noticia. El Ayuntamiento de Manuela Carmena quería destinar el espacio para otros usos y mantuvo una relación tensa con quienes lo okupaban. Durante todo este tiempo el lugar ha servido para alojar a movimientos sociales como el feminista o el de los jóvenes contra la emergencia climática.

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